FERIA DE SAN ISIDRO

Roca Rey, oreja, salva la mansada de Victoriano en Madrid

Destaca el peruano en el sexto de una desrazada corrida que impidió el lucimiento de Perera y Talavante
Gonzalo I. Bienvenida
miércoles 23 de mayo de 2018

Un castaño de Victoriano del Río, grandón pero de buena morfología, inauguró una tarde en la que se palpó tanta expectación como tensión en el ambiente. La afición se olvidó de obligar a Miguel Ángel Perera a saludar tras el paseíllo pese a ser el triunfador de la Feria de Otoño 2017. Como dormido embistió de salida el toro, sin emplearse y a base de oleadas. Javier Ambel banderilleó con acierto. Perera brindó al público. El inicio de convirtió en una tanda en redondo, despaciosa. Perera dio distancia al toro y aprovechó la noble inercia en dos tandas con parsimonia. Sin terminar de humillar, el toro respondió con obediencia. Después echó el freno de mano y se complicó todo. La hostilidad de parte de la afición se hizo presente al torear con la mano izquierda ya que la falta de fuelle del toro obligaba a Perera a darle tiempo entre muletazo y muletazo descubriendo su colocación. Pinchó en dos ocasiones y descabelló.

Se protestó de salida al segundo. Un toro serio, ancho de sienes, astifino. De culata un punto estrecho. Blandeó desde salida en las exigentes verónicas de Talavante en terrenos del 8. Las protestas continuaron por su debilidad de remos. Alejandro Talavante no pudo hacer nada ya que el toro perdió las manos repetidamente. Había humillado sin ritmo alguno hasta el momento. La estocada cayó trasera y tuvo que emplear el descabello en varias ocasiones.

Cuando asomaba por chiqueros el altote tercero de Victoriano del Río rompió a llover con fuerza en Las Ventas. No importó a Roca Rey que recibió por delantales ganando terreno al colorao chorreado de generosa cara. Empujó en el caballo de Quinta. En el tercio de banderillas ya se advirtió que el piso se iba poniendo pesado. Brindó Roca Rey a lo que quedaba de público. El toro mostró entonces su auténtica condición: embistió con transmisión dentro de un genio complicado de domar. Roca Rey apostó desde el inicio por cambiados por la espalda. Lo que duró el toro hasta rajarse lo aprovechó con inteligencia y mucha firmeza. Pinchó antes de lograr la estocada y también descabelló.

Precioso de hechuras fue el cuarto de la tarde. Un punto acapachado de cara, serio en su belleza. Apuntó buena condición de salida en los vuelos de Miguel Ángel Perera. El tercio de varas fue un trámite. En banderillas se delató en un traicionero arreón a Curro Javier que resultó arrollado tras un gran par. Mostró entonces su falta de casta. En la muleta duró tres tandas embistiendo con profundidad a la recia exigencia de Perera. El defecto de querer irse afeaba los finales. Se rajó y Perera insistió ya en tablas sin recuperar el buen nivel alcanzado en la primera fase de la faena. Se atascó con los aceros.

El que hizo quinto fue protestado de salida pese a que abría la cara y estaba cuajado en su tipo. Alejandro Talavante lo recibió con disposición pero el toro respondió con abanta actitud. Cumplió en el caballo, empujando en el primero sin verdadera entrega. En banderillas destacó la facilidad de Juan José Trujillo. El inicio de la faena de Talavante estuvo preñado de torería: a dos manos, por bajo, con compás. Después el toro desarrolló una importante falta de ritmo que impidió estructurar a Talavante la faena. Cuando humillaba embistiendo en redondo se quedaba corto y cuando lo hacía a su aire no decía nada. Nuevo toro con falta de entrega y, en definitiva, de raza. Talavante buscó el pitón contrario con pureza. Estocada y descabello.

También se protestó al sexto de Victoriano del Río por estrecho de sienes aunque estaba tocado arriba y tuvo cuajo. Roca Rey fue a por él tras emplazarse de salida. El toro se arrancaba como un rayo y humillaba con transmisión. Apareció la versión más lidiadora de Roca Rey que recogió la locuna embestida. Empujó en el primer encuentro con el peto de Sergio Molina que lo cogió atrás. Roca Rey protagonizó un quite impresionante por saltilleras rematado con una larga y una templadísima media. En banderillas el toro continuó desordenado, apretando hacia las tablas en indómitos arreones. La lidia de Domínguez fue importante. El inicio de la faena fue por impertérritos estatuarios. La salida suelta del toro ocasionó que se viniera cruzado en ocasiones. No se inmutó el peruano que llegó a cambiárselo por la espalda en un espacio imposible. Roca Rey le cogió el aire con la mano derecha: temple, profundidad, ritmo. Se sucedieron tres tandas importantes. Al natural no encontró el mismo acople. Un largo pase de pecho le llevó a volver al pitón derecho. El toro, ya más aplomado, perdió las manos por la exigencia de los ochos dibujados alrededor del cuerpo del peruano. Un arrimón mayúsculo. La plaza respondió con emoción. La estocada tuvo efecto fulminante.

Madrid, miércoles 23 de mayo de 2018. Feria de San Isidro. Toros de Victoriano del Río, correctos de presentación. Faltos de raza en su conjunto, con mayores virtudes el sexto. Miguel Ángel Perera, silencio tras aviso y silencio; Alejandro Talavante, silencio en ambos; Roca Rey, silencio y oreja. Entrada: Lleno de “No hay billetes”.

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