La revolera

¡Silencio!… torea Roca Rey

Paco Mora
jueves 24 de mayo de 2018

Las Ventas parecía esta tarde una olla de grillos. Un público gritón y levantisco protestaba de todo enfadado por el poco juego de una descastada corrida de Victoriano del Río. Habían naufragado los esfuerzos de Perera y Talavante frente a lo que no podía ser y además era imposible. Todo se había perdido menos el honor.

Cuando el sexto, el de más peso y trapío de la corrida, saltó a la arena la protesta subió de tono con estentóreos e injustos gritos de ¡Toro, toro, toro!, y el runrún de los tendidos era el propio de las grandes broncas. Pero hete aquí que el joven peruano, que ya había tapado muchas bocas con el quite de recibo con el capote, después del tercio de banderillas, protagonizó un comienzo de faena con la muleta realmente espeluznante. Serio, firme y con una entrega sobrehumana, Roca Rey comenzó a hilvanar una obra de arte inesperada que nadie sospechaba que con el toro que tenía delante fuera posible ni en el mejor de los sueños.

Con un valor a prueba de bomba fue enhebrando pases y más pases, recios, comprometidos, ajustados y despaciosos, preñados de empaque, quietud, temple y calidad, que hicieron el milagro de acallar primero las protestas y poner después al público en pie aplaudiendo rabiosamente. La plaza, llena hasta la bandera, se convirtió en un clamor. La estocada fue de libro y el victoriano cayó a la arena como fulminado por un rayo. En ese momento, Roca Rey se convertía en mito. Aquí al lado tiene usted, querido lector, la crónica de la corrida. Yo me limito a relatarles lo mejor que puedo lo que la tarde tuvo de acontecimiento. Porque Madrid se ha rendido a un torero con un frenesí que hacía mucho tiempo que no lo había hecho. Al menos quien esto firma tendrá que hacer un esfuerzo de memoria para recordarlo.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando