FERIA DE SAN ISIDRO

El Juli cuaja la faena de la Feria

El madrileño aprovecha un extraordinario toro de Alcurrucén al que le corta una oreja por fallar con la espada; Ginés, entregado con la suerte en contra
Gonzalo I. Bienvenida
jueves 24 de mayo de 2018

Fotos: JAVIER ARROYO

El mano a mano de la Corrida de la Cultura arrancó con un emotivo encontronazo en quites. El fino toro de Victoriano del Río había empujado en el largo primer puyazo de Salvador Núñez. Quitó primero Juli por tijerillas. Tras el segundo puyazo lo hizo Ginés Marín por gaoneras dando generosa distancia al toro. Replicó El Juli muy arrebatado por chicuelinas con el compás abierto, exigiendo mucho al de Victoriano. La media del remate fue extraordinaria. El capote de Soler lidió con precisión. El Juli exigió mucho por abajo al de Victoriano, que apuntó buena condición sin terminar de ir humillado hasta el final. Dos tandas duró, después quedaron algunos naturales de trazo largo de El Juli, que no se aburrió buscando el temple. La estocada trasera llegó tras un pinchazo.

El segundo lució el hierro de Alcurrucén. Hondo, apretado, armónico. Padeció alguna protesta de salida por su bonita expresión de cara. Se venció en los primeros capotazos de Ginés Marín a pies juntos. No se empleó en el peto. En banderillas mostró falta de recorrido. La faena de Ginés Marín se inició a pies juntos y por alto. Pasó cerca el toro, que se partió en los saltos por alto buscando la muleta. A partir de ahí echó el freno de mano. Marín lo intentó sin éxito. Fulminante estocada tras pinchazo.

El tercero fue de Alcurrucén, completamente en el tipo de la ganadería: bajo, con cuello, de lomo recto, con la cara hacia delante. También tuvo el comportamiento propio de su procedencia, ya que no se definió hasta el último tercio. Suelto de salida, un punto abanto en los tercios posteriores pero colocando la cara siempre. El Juli fue a por el toro antes de que terminasen de sonar clarines y timbales con gesto decidido. El inicio por abajo fue impresionante, el toro acometía con transmisión y Juli lo esperaba con entrega. Algunos espectadores ya se pusieron en pie tras el inicio. La tarde había explotado. Juli cuajó por la derecha tres tandas llenas de poder y ajuste. El toro se comía la muleta y en ocasiones pedía algo de espacio entre muletazo y muletazo. La exigencia, como la entrega, de los dos protagonistas fue absoluta. Al natural costó más el acople por la fuerte arrancada del gran toro de Alcurrucén. Juli le cogió el son perfectamente en un cambio de mano por detrás que desembocó en un natural eterno. El faenón iba camino de las dos orejas. El final antes de coger la espada tuvo torería, sentimiento y ritmo. Pero la fea estocada quedó trasera. Oreja.

El cuarto de Garcigrande fue bajo y largo. Estrecho de sienes y la cara hacia delante. Se acostó en algunos lances quizá poco marcados por Ginés Marín que se salió con él con confianza. Quedó el toro poco picado en el peto de Guillermo Marín. En banderillas destacó El Fini. Brindó al público Ginés Marín. El toro fue complicado porque pese a su humillación sorprendió por su prontitud, midió en el embroque, soltó la cara con genio y siempre supo lo que dejaba atrás. Ginés lo intentó con entrega absoluta pero en ocasiones falta de gobierno hasta que llegó un duro volteretón del que se escapó de milagro. La estocada fue por el camino de la verdad como el conjunto de su actuación. Saludos.

El quinto fue de Domingo Hernández, fino de hechuras y armónico en su conjunto. El Juli lo recibió ayudándole a romper a embestir. En varas se picó lo justo pese a que empujó con fuerza en el primer encuentro. José María Soler saludó tras dos arriesgados pares. El toro le hizo hilo en una agria oleada interrumpida por la muleta de El Juli. El toro hizo un extraño tras el inicio de Juli. Quizá mermado en sus facultades. Quizá reservándose toda su fuerza. Las embestidas fueron ásperas cuando fueron y las miradas agrias cuando esperaba reservón. Juli se dobló con él con profesionalidad tras intentar torearlo por ambos pitones. La estocada cayó muy pasada. Saludos.

El enorme sexto fue de Victoriano del Río. Alto, hecho cuesta arriba, abierto de cara, astifino. Tomó el capote de Ginés Marín con nobleza. Algunas verónicas tuvieron aire templado. En el tercio de varas se arrancó con espectacularidad galopando y empujando de verdad. Tuvo vibración el inicio y las primeras tandas. El de Victoriano repitió y se encontró la muleta de Ginés siempre en la cara. Después se vino abajo sacando la cara por encima del palillo y sin el fondo necesario para que la faena tomase vuelo. A Ginés Marín no se le pudo reprochar nada de nuevo por su entrega. El final por manoletinas tuvo mucho riesgo. La estocada llegó tras un pinchazo. Silencio.

Madrid, jueves 24 de mayo de 2018. Feria de San Isidro. Toros de Victoriano del Río (1º y 6º) -bien presentados, no dieron opciones-; Alcurrucén (2º y 3º) -bien presentados, excelente el 3° y sin posibilidades el 2°-; Garcigrande (4º) -correcto de presentación, geniudo-; y Domingo Hernández (5º) -bien presentado, se lastimó sin poder desarrollar su condición-. El Juli, palmas, oreja y saludos; y Ginés Marín, silencio, saludos y silencio. Entrada: “No hay billetes”. José María Soler saludó tras dos arriesgados pares en el quinto y Agustín Navarro escuchó una fuerte ovación tras un gran tercio de varas al sexto de la tarde.

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