Fotos: JAVIER ARROYO
Complicado y peligroso fue el lote de Miura que correspondió a Rafaelillo. El murciano hubo de hacer un honrado esfuerzo a sabiendas de no haber posibilidad de recompensa. Su primero le cogió de fea manera al entrar a matar, estando en el suelo a merced del de Miura durante unos dramáticos e interminables segundos. Afortunadamente, todo quedó en la paliza y en un fuerte varetazo en el cuello y en la cara.