Hay donde elegir para arrancar una columna. Hay de todo, bueno, malo, regular, datos para la esperanza y datos para lo contrario y hasta para el escalofrío. Nubarrones en Aragón mismamente, donde, lo nunca visto, un empresario gana un concurso, por los concursos en este país siempre se mataba, y renuncia. Las cosas que hay que ver. Teniendo en cuenta que no han cambiado las condiciones, uno se pregunta con qué intención se presentaría este hombre, qué buscaba. Hablo de Teruel, es evidente, sin que por otra parte sepamos mucho de lo que pasa en Zaragoza, donde todavía no se ha cerrado la concesión de su plaza. Sin salirnos del tema empresarial: se aclara el cielo por el sur, El Puerto de Santa María tiene empresa tras el parón gremial que le dieron los empresarios a las primeras intenciones del ayuntamiento y Málaga, me cuentan, va a tener una gestión digamos que más malagueña a diferencia del conglomerado que la rigió el año pasado. Estoy por decir que mejor así. Del saber popular siempre escuché que para los momentos de compromiso ¡que mande uno aunque mande como mande! Y hasta hubo noticia bomba en los despachos, lo leyeron en aplausos.es, Talavante y Matilla lo dejaron de un plumazo, en este caso de un comunicado, así que mientras no se diga lo contrario dos piezas grandes vuelan libres por el cielo taurino, Talavante y Ferrera. O mucho han cambiado las apetencias o las primeras escopetas de este país deben andar relamiéndose.
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