Todo el mercadeo de despacho de los últimos días no es nada si miras a las alturas de la nación, allí donde cocinan la realidad. Recuerdas la postura de Pedro Sánchez y ciertamente se te hiela el corazón de aficionado, se te va la color si hablamos en términos taurinos, pero si tiras de archivo encuentras a Carmen Calvo defendiendo los toros en foros públicos y hasta acudiendo a los toros, y si hablamos de mi paisano Ábalos, sobresaliente del jefe, más de lo mismo, acude a los toros sin complejos, cuenta que su padre fue novillero y pide respeto y espacio para las partes en litigio. Nada que ver con la señora Narbona, que también va en el paquete, hija de un gran aficionado, aficionado y escritor taurino, ¿se acuerdan de ella?… que no solo no ha seguido la pasión de su padre sino que la ha combatido con saña cada vez que le han dado una oportunidad. Ya ven, la inspiración del gran Machado sigue más vigente que nunca. Y en todo ese maremágnum político, los planes del señor Benzo han saltado por los aires. Tampoco creo que ande preocupado. Su dichoso Pentauro, aquella idea con la que calmaba y satisfacía el ego de los amantes de la moqueta y el postureo, se ha ido al limbo del que nunca llegó a salir. Por todo ello, sumas, restas y llegas a la conclusión que de momento, de momento, la esperanza es que los toros sean el enésimo tema del que quieran ocuparse y/o que al menos no nos tomen como conejillos de distracción. Madrecita que me quede como estoy.
POSDATA.- Después de la aparición de esta columna en Aplausos papel llegó otra aparición impactante, de rango ministerial nada menos, la de Màxim Huerta y sus tweets… Su batería de sentencias y mensajes en la red generan desazón por doquier a la espera de una explicación. Y a ser posible una rectificación. El tipo es inteligente, así que cabe esperar que se dé un baño de realismo y respeto a las ideas ajenas y deje de jugar con las cosas del querer… y del comer de tantos y tantos españoles. Vicepresidenta, explíqueselo, por favor.
