Hace apenas dos meses que ingresó en el escalafón de novilleros con picadores y las sensaciones que está causando son bastante positivas. De familia taurina, el joven de Tielmes Alfonso Ortiz está viendo cómo poco a poco se van cumpliendo aquellos sueños que tenía cuando siendo tan solo un niño dijo en su casa que quería ser torero. Sabe que el recorrido es largo y las exigencias múltiples pero piensa disfrutar el camino hasta ganarse “un puesto en la cima”. – “Pienso que puedo aportar mucho. El clasicismo es lo que me puede definir en la plaza delante de los novillos. No soy un torero de rodillazos, pero no suelo caer mal, no me considero un torero apático”
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