Cuba II. Uno de los grandes toros de San Isidro 2018. Eso tiene sitio fijo en las hemerotecas. Toro superior, habría que decir en términos camperos, superior, superior, dos S. Más allá de lo que acaben dictaminando los jurados, ese reconocimiento ya no se lo quita nadie. Llegó desde El Puerto de la Calderilla, en el lote que envió Lorenzo Fraile y familia para el gran compromiso de San Isidro. Marcado con el número 151, con 585 kilos, aseguraba la tablilla, guapo, bien hecho, eso que ahora llaman armónico. Toro de los que te quitan la cartera con toda la razón del mundo. Luego en la plaza fue tan bravo, bravo en el sentido más completo del término, como guapo y deseado era por la mañana. José Juan Fraile, su criador, lo tiene claro.
– “El toro tuvo muchas de las virtudes de las que llevamos mucho tiempo seleccionando en casa. Clase, fijeza, humillación… cualidades que surgen a partir de la bravura”
– “Todos los ganaderos vivimos con la ilusión a cuestas. Este Cuba aunaba muchos factores positivos tanto genética como morfológicamente, así que… lo esperaba, sí. Siempre se sueña”
– “Cuba II es hijo de Cigarrero, una línea que se distingue por la casta. El toro Cigarro mismamente, el de la puerta grande de Julio Robles del año 83, lo fue. Aquel transmitió mucho, fue muy enrazado”
– “Marcan más los ganaderos que los encastes. El Puerto se diferencia de todo lo demás que hay de este encaste en cuanto que llevamos seleccionando muchos años según nuestros criterios e independientemente de sus orígenes”
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