Diego Ventura: “Ahora mismo vivo en una nube”

Veinticuatro horas después de cortar un rabo en Las Ventas, el rejoneador de La Puebla del Río, Diego Ventura, responde feliz y pletórico a la llamada de APLAUSOS. Se muestra aún impactado por lo vivido y no duda en afirmar que su actuación supone una repercusión importante para el toreo: “Seguro que va a tener una repercusión tremenda porque se ha notado con el impacto mediático… todos querían conocer cómo había sido. Ahora mismo vivo en una nube”.

La tarde del 9 de junio de 2018 se aproximó a la tarde soñada por Ventura cuando en los cuarteles de invierno se prepara a conciencia para el triunfo, pero un rabo en Madrid, aunque soñado, siempre se antojó complicado, por eso no duda en afirmar: “Uno siempre tiene la ilusión de poder tener una tarde redonda en Madrid. Una tarde que se pareciese a esta, con un triunfo grande, pero lo de cortar un rabo en Madrid todos sabemos que es complicado. Yo llevaba años con ello en la cabeza, pero todos sabíamos que es una cuestión prácticamente imposible, pero los sueños son sueños y siempre quieres hacerlos realidad”.

El festejo comenzó para Ventura con un triunfo de dos orejas que sirvió, como él afirma, para templar nervios y alejar tensiones: “El primero fue un toro extraordinario que me permitió torear muy templado y hacerle cosas muy bonitas. Cortarle las dos orejas hizo que me calmase, que los nervios desapareciesen y que todo fluyera más, saliendo a relucir ese Diego Ventura que quiero ser. Un Ventura con inspiración, disfrutando de la tarde, y lo hice. Salieron momentos muy bonitos y mágicos que en casa había hecho con las becerras pero que había que hacerlo ante el toro y en una plaza y tuve la fortuna de que todo confluyese en la más importante del mundo. Después de una actuación muy redonda y el público entregado, la tarde fue a más. Uno piensa que puede ir a mejor, pero nunca eres capaz de pensar que puedes llegar a cortar un rabo en Las Ventas y que todo salga tan bien”.

Llevaba años con el sueño de cortar un rabo en Las Ventas pero todos sabíamos que es una cuestión prácticamente imposible… pero los sueños son sueños y siempre quieres hacerlos realidad

Pero ocurrió en su segundo. “Así fue. Me fui a chiqueros y, en ese momento, mi obsesión era cuajar el toro. Salió, lo recibí con la garrocha y fueron momentos muy emocionantes con el público disfrutando y vibrando de inicio. Después, el toro, aunque fue el más complicado, sirvió mucho para dar mayor transmisión a la actuación. El tercio de banderillas con Fino fue de dos pares de banderillas increíbles, de punta a punta de la plaza, dándole las ventajas al toro, que llegaba con mucha fuerza, con alegría… El caballo se metía con él, salía de su cara con mucha torería de un terreno muy ajustado y las banderillas fueron ejecutadas con muchísima verdad y pureza en todo el estribo. Después hubo dos o tres adornos muy arriesgados pegado a tablas y el público se emocionó mucho. Bronce también rayó a una altura muy grande, tremenda, y hubo un par a dos manos a lomos de Dólar y sin cabezada que fue soberbio. Las Ventas se entregó. Luego tuve la suerte de matarlo muy bien, por arriba, sin derrame y sin capotazos, y la plaza explotó en cuanto rodó el toro. Cuando noté que empezaban a pedir el rabo me quedé sorprendido y, cuando vi que el presidente lo concedía, salté de alegría”.

La tarde vino rematada con una nueva actuación vibrante ante el sexto, donde, según apunta Ventura, se produjo un momento mágico que será para él difícil de olvidar: “Con el sexto toro había una expectación absoluta y cuando salió cuajé una portagayola perfecta y de nuevo Las Ventas se entregó. Hubo un momento, además, que tardaré en olvidar y fue en un cambio de caballo cuando me disponía a rematar la faena. En ese momento, al volver al ruedo, vi cómo Las Ventas estaba gritando ¡torero, torero! Aquello fue emocionante, son cosas que uno recordará siempre, que no se olvidan”.

Tras el triunfo histórico de Ventura en Las Ventas, uno puede caer en la fácil conclusión de que este es el techo artístico del genio de La Puebla del Río, pero Ventura, presto al quite, apunta rápidamente: “Ahora viene un Ventura aún mejor porque este tipo de triunfos te dan una paz y una seguridad que hacen que tú sepas que esto puede volver a repetirse en otro momento. En ocasiones sales muy presionado a la plaza y no puedes desarrollar el toreo que llevas dentro al nivel que uno quiere, pero con un triunfo como este sabes que eso puede volver a ocurrir porque ya ha pasado una vez, ya ha ocurrido, y, por tanto, sales más calmado, con más paz, porque puede volver a ocurrir en otra ocasión. Así que seguiré saliendo cada día a disfrutar más del toreo, a torear como lo siento y, así, que el público disfrute aún más de Ventura”.