– Santiago López: “En aquellos años los pueblos de la Comunidad Valenciana eran la mejor escuela que podía haber”
– Santiago López: “A medida que toreabas en algún pueblo y estabas bien, te ibas granjeando cierto nombre entre los aficionados y captando la atención. Si estabas bien, venían a buscarte”
– Ricardo de Fabra: “En las calles era donde uno se hacía torero. El oficio se aprendía con las volteretas. Antiguamente era todo a base de palos. Ibas a un pueblo y salías de allí desnudo de las cogidas”
– Ricardo de Fabra: “Los clavarios de las fiestas me daban 12.000 o 15.000 pesetas. Venían a casa a buscarme, luego el alcalde me invitaba a cenar y al baile. Cada vez que iba a torear a un pueblo era una fiesta enorme”
– Vicente Nogueroles: “Hay que sumar, no se puede dejar escapar ninguna oportunidad que vaya en beneficio de la Fiesta”
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