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Era de noche y, sin embargo, llovía

Carlos Ruiz Villasuso
sábado 21 de julio de 2018

Hay un machismo soterrado y torticero, camuflado en un buenismo último modelo, el animalismo feminista. Los extremos se tocan. Lo de Ruth Toledano es el tipismo de la afirmación anterior. Equipara en prioridad de lucha femenina, la condena a los actos de La Manada, una abyección del macho alfa que deplora todo ser humano y que constata que ley y justicia no son lo mismo, con su tema predilecto y prioritario, el falso animalismo bienestarista desde el icono anti corrida. O sea, un torero es asesino y su maltrato es igual a los aberrantes actos de La Manada. Una lógica propia del intelecto meticulosamente coherente de Toledano: era de noche y, sin embargo, llovía.

No sorprende esta lógica de feminismo/animalismo teniendo en cuenta que la mujer Toledano se ampara en la autoridad de Nietzsche para dar cobertura intelectual a su bienestarismo animal. Un filósofo a quien el feminismo cierto le muestra la espalda, al ser un intenso estructurador ideológico de la usabilidad de la mujer como vientre del súper hombre. No seré yo quien, además, diga que el tal súper hombre fuera escrito a medida de Hitler, sería falso. Pero lo que sí es cierto es que el genocida (animalista, por cierto, y hasta vegano, la historia es tozuda al respecto) usó esa teoría para dotar al ario de eso que fueron las cámaras de gas sobre las razas inferiores. Como tanta gente cultísima de hoy, Toledano jinetea mal, copia y pega lo que ni ha leído ni leerá. A Nietzsche.

Hay un machismo soterrado y torticero, camuflado en un buenismo último modelo, el animalismo feminista. Los extremos se tocan. Lo de Ruth Toledano es el tipismo de la afirmación anterior

Este era de noche y, sin embargo, llovía de RT, consiste en una paranoia: buscar referencia en un machista intelectual cum laude para amparar la ideología animalista (porque un día dijo algo del perro, animal superior a la mujer, por supuesto) pero siendo feminista a ultranza. Ir al entierro para bautizar a un niño que no se ha muerto. Un abracadabra propio de esa situación en donde dos extremos contrapuestos se llegan a rozar las yemas de los dedos. De una parte, la ideología prioritaria animalista y, del otro, el feminismo prioritario… Eso sí, ambos dentro del contexto cool del RT: el primer mundo. Porque RT es cool. Su mundo de élite. Un mundo que consiste en el mundo de derechos y bienestar de solo 98 de los 194 existentes.

RT es animalista/feminista que jamás se ha destacado por denunciar la situación de las mujeres (mujeres, niños, ancianos, sin derechos algunos, ni siquiera el derecho a su propia rabia…) en 96 países del mundo que ella y otros bienestaristas obvian, priorizando energía, tiempo, espacio y medios para la buena vida animal sin gastar un solo gramo de su energía en sus iguales de raza. No es demagogia, es descripción. A RT y sus acólitos su ética les permite vivir en paz decente sabiendo que sus mascotas viven con mejores recursos que los habitantes de 96 países, más los 100 millones de excluidos sociales del mundo avanzado.

RT es la buena en este buenismo feminista/machista, animalismo/sectario en que nos hemos instalado, que pretende hacer de un torero un violador y asesino. Ella, la que asesina la ética natural en un genocidio humanista ideológico que prioriza a su mascota frente a una mujer de Myanmar o Etiopía o frente a un español sin techo. RT y los suyos han logrado que no haya perros vagabundos en un Madrid plagado de humanos vagabundos. Un Madrid más justo. RT participó junto al actual ministro de Cultura en “Madrid Capital Animal”, financiado por una ONG animalista que fue subvencionada con 270 millones de euros por una empresa dedicada a la carne de laboratorio o carne clonada. Industria que, curiosamente, es recurrente inversión de las grandes empresas productoras de carne. Que proviene de los animales para la que RT pide derechos. Toda una cadena de ética coherente.

RT y su bienestarismo es, además, partidaria de la castración de nueve millones de mascotas en España, más de 60 millones en Europa y no se sabe cuántas en el mundo. Desnaturalización aberrante de animales para convertirlos en domésticos animales de compañía, sin que haya el mínimo rubor moral sobre el gran maltrato en el que se basa un mercado de 45.000 millones de euros anuales. Los maltratadores son ellos. Los encubridores morales de negocios sobre el maltrato animal son ellos. Y RT no es otra cosa que un déficit moral traducido en bondad, insertado en la demagogia de una sociedad de clase A que ya no hace nada por la mitad de su raza, condenada al olvido.

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