FERIA DE SANTIAGO

Ponce, Juli y Ginés Marín, tarde redonda en Santander

La terna salió en hombros tras repartirse seis orejas de un encierro de Garcigrande y Domingo Hernández
Licinia Muñiz
jueves 26 de julio de 2018

Fotos: ARJONA

El primero de Ponce salió distraído de chiqueros, sin fijarse en el capote del de Chiva. Lo templó tras el puyazo de Quinta, probándolo en los medios a la verónica. Inició después por doblones cogiéndole la altura poco a poco. Rajado y parado el de Garcigrande, no dio opción alguna de triunfo. Ponce lo intentó sin descanso. Mató de estocada certera.

El segundo de Garcigrande salió con mejores condiciones que el toro que abrió plaza y atendió bien al capote de Julián. Tras el tercio de varas El Juli lo probó por lopecinas en los medios desatando la emoción en los tendidos. Destacó Álvaro Montes con los palos. Buen fondo presentaba Persuasor, que se arrancaba con buen tranco y transmisión a los cites del madrileño. Excelso el pitón izquierdo, de embestidas sedosas. El toro pasaba por donde el torero mandaba. Soberbio toreo en redondo, volviendo loca a la afición. Abrochó con ayudados por alto a pies juntos. Faena redonda del madrileño, coronada con una estocada en el hoyo de las agujas que dejó al toro sin puntilla. Pañolada en Cuatro Caminos. Oreja y petición clamorosa de la segunda.

Al tercero, que arrollaba como un tren de mercancías, Ginés Marín lo recibió con una larga cambiada en el tercio. Fuerza desmedida en el caballo la del toro, pero sin emplearse. El extremeño Marín inició la faena de rodillas, pero, aún distraído el toro, tuvo que cambiar de terrenos para conseguir la arrancada. En redondo le dio una tanda que puso al público boca abajo. Comenzó sobre el derecho, con una tanda templada. Se resbaló y Santiago le echó el capote de la feria evitando que el toro le prendiera. Fue a peor el de Domingo Hernández y Ginés se envalentonó dejando serios pasajes. Valiente y con garra, le dejó una de las estocadas de la feria. Oreja.

Y Ponce volvió a cumplir su particular “Misión” en Santander. Sucedió ante el cuarto, con el que deletreó el toreo al compás de la obra de Morricone. Fue en los mismos tercios que con Bendecidito, de Miranda y Moreno, hace dos años. Cadencia y muñecas rotas. Erguido cual junco, el maestro se rompió. Bajo los gritos de ¡torero, torero! Ponce dibujó los cambios de mano más largos, las poncinas tan propias y tan bellas… y se tiró a matar totalmente entregado a su labor, cayendo el toro tras sonar el primer aviso. Dos orejas y una nueva lección de maestría.

El Juli le formó un lío también al quinto, un gran toro de Garcigrande que tuvo una clase y una movilidad excepcionales. Lo entendió y mandó durante toda la faena el torero. De poder a poder le cuajó tandas totalmente redondas. Faena estructurada y medida, de técnica depurada. Sobre ambos pitones dejó muletazos largos y profundos. Estocada. Oreja.

En el sexto y último de la tarde, Ginés no tuvo tanta suerte con la condición de su oponente. Complicado e incierto, el de Garcigrande no era claro en la embestida. Aun con eso, Marín dejó bellas tandas al natural consiguiendo meterlo en el canasto. Su ambición de acompañar a Ponce y Juli por la puerta grande le hizo exponer toda su tauromaquia y jugársela. Terminó la faena con unas bernadinas ajustadas y muy emocionantes. Estocada y ovación tras sonar el primer aviso. Hubo petición y el presidente accedió a conceder el trofeo.

Santander, jueves 26 de julio de 2018. Quinta de la Feria de Santiago. Toros de Garcigrande y Domingo Hernández (3º). Enrique Ponce, silencio y dos orejas; El Juli, oreja con fuerte petición de la segunda y oreja; y Ginés Marín, oreja y oreja tras aviso. Entrada: Lleno aparente.

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