ESTUVO DOS AÑOS EN ACTIVO

Muere Roncal, leyenda de la cuadra de Pablo Hermoso

El caballo del rejoneador navarro destacó en todas sus actuaciones hasta que una lesión en la mano lo obligó a apartarse de los ruedos
Redacción APLAUSOS
viernes 27 de julio de 2018

Roncal, leyenda equina de la cuadra de Pablo Hermoso de Mendoza, ha dejado de galopar y ha terminado con un justo y más que merecido jubileo. Fue uno de los máximos exponentes de la ortodoxia en el primer tercio y cuya facultad principal era la facilidad para adaptarse a las condiciones de los toros. Caballo con una sangre atípica para el toreo, como era la mezcla entre pura sangre y lipizano, le dotaba de un cuerpo que todavía hacía más meritoria su gran elasticidad y agilidad. Su imagen adornó también el camión de Pablo Hermoso de Mendoza, e incluso se convirtió en el logotipo de la página web y de las redes sociales.

Una lesión en la mano lo apartó de los ruedos prematuramente, pero eso no impidió que Roncal dejase en sus dos temporadas en activo toda una cátedra de torear en el primer tercio y reunir los rejones de castigo.

El rejoneador lo adquirió a finales de 2001. El navarro acababa de perder por un accidente a Tabasco, caballo árabe de salida y estaba buscando un sustituto. Entonces encontró a Roncal en México y en apenas unos días, concretamente el 13 de enero de 2002, el caballo debutaba en el primer tercio en la plaza de toros de Tepic (Nayarit). A partir de ahí, el caballo se hizo indispensable en las actuaciones del jinete, llegando a cerrar veintidós tardes en México y colocando cuarenta y tres rejones de castigo.

Comenzó la temporada europea 2002 y Roncal ya era pieza fundamental en la cuadra de Hermoso de Mendoza, hasta que un toro de Guardiola en la plaza de toros de Colmenar Viejo, el 24 de agosto, le infirió una cornada en su muslo derecho, que ya lo dejó fuera de combate para lo que quedaba de temporada. Hasta ese incidente, Roncal había actuado en cuarenta festejos, colocando seis farpas y setenta y seis rejones de castigo.

Roncal comenzó la que iba a ser su temporada más importante en Europa, haciendo pleno en las diez primeras corridas y haciéndose imprescindible en las actuaciones de Pablo en las plazas más importantes del circuito de los primeros meses del calendario taurino. Pero esa temporada quedó cortada de golpe. Pero lo que nadie contaba en aquella tarde del 24 de mayo de 2003 es que Roncal iba a firmar su última tarde en los ruedos. Aquel complicado toro de Passanha que le tocó parar iba a ser el último de su carrera porque días después se le detectó una lesión en una mano que le impediría actuar más.

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