CÁDIZ

Daniel Crespo, alternativa y puerta grande en El Puerto

Morante firmó lo mejor toreando de capote y fue abroncado en su segundo mientras que Manzanares no tuvo suerte con su lote
Luis Rivas
sábado 04 de agosto de 2018

Fotos: ARJONA

El ya matador de toros de la tierra Daniel Crespo tuvo ante sí el toro soñado para una alternativa. El de Núñez del Cuvillo, noble, repetidor, con temple en sus acometidas sirvió para el que toricantano se estirase en el recibo de capote lanceándolo con mano baja a la verónica con lo que dejó una buena impronta. Se lució en el quite por chicuelinas como también lo templó con el capote Sergio Aguilar durante su labor en la brega. Ya en faena, con las borlas de doctor, Crespo cuajó una actuación sobre ambas manos llena de temple, gusto, buen hacer y torería. Humillador el toro fue un dulce para el diestro que tras una estocada logró la oreja del toro de su alternativa.

Lo mejor en el segundo de la tarde vino cuando Morante desplegó su magia con el capote en el recibo a este de Núñez del Cuvillo. Duende, temple, suavidad, mano baja, terciopelo y enjundia solo al alcance de los genios. Grande fue el recibo del de La Puebla como también lo fue el quite por chicuelinas que cuajó. Después en la muleta el toro bajó en intensidad sus acometidas dada su poca casta. Le echó ganas en el comienzo Morante pero el toro le echó la cara arriba por el derecho y a partir de ahí, defendiéndose como se estuvo, José Antonio decidió abreviar tras intentarlo. Palmas tras aviso.

Con el tercero del festejo Manzanares poco pudo lucirse en el recibo de capote. En los medios, con la muleta, intentó sujetar al toro que siempre marcó querencia a tablas como finalmente así fue. Los mejores momentos del alicantino vinieron precisamente en ese arranque de faena donde el toro le dejó gustarse mínimamente sobre ambas manos. Después, el toro cambió a peor, manseando y cerrado en tablas con lo que Manzanares tuvo que abreviar su actuación. A pesar de todo se le pidió la oreja y el diestro recibió, finalmente, una cálida ovación recogida desde el tercio.

Al berrendo que hizo cuarto bis, del hierro de Fernando Sampedro, Morante de la Puebla no lo quiso ni ver. Así lo demostró en los primeros compases de la lidia del astado, lo confirmó en el segundo tercio y lo ratificó en la muleta. Masacraron en dos puyazos, sin miramientos, al toro entre una bronca monumental al de La Puebla por consentirlo en un preludio de lo que después fue el último acto de la lidia de este cuarto toro. Y con la muleta se armó la mundial. Cogió muleta y espada José Antonio, le quitó las moscas por delante de la cara al de Sampedro entre una bronca descomunal y remató su actuación pasando de la gloria capotera del segundo al desastre incomprensible del cuarto. Esta vez, el genio no quiso saber nada.

No tuvo la suerte de su parte Manzanares quien con el quinto tampoco pudo lucirse en exceso. Huidizo de salida, sin casta ni condición alguna, el toro fue manso en todo momento y solo le aguantó unos minutos al de Alicante en los medios donde ahí lo intentó sujetar y armar faena. Se impuso en su condición deslucida el astado y terminó defendiéndose y en tablas, a lo que Manzanares solo pudo estar entregado y voluntarioso. Un esfuerzo que fue reconocido por el público con una ovación.

Una larga cambiada de rodillas fue la declaración de intenciones de Crespo ante el que cerró plaza. Un toro que como los lidiados tampoco tuvo excesiva casta ni celo para seguir las telas lo que hizo que el toricantano se las tuviera que ver hilando una faena sobre ambas manos tesonera, paciente, seria y siempre buscando el lucimiento. Actuación de entrega buscando el triunfo necesario en forma de trofeo para lograr la puerta grande en el día de su alternativa, lo cual lo consiguió tras una estocada que cayó baja pero que no fue impedimento para que el público le concediese la oreja y lo llevará en volandas por la puerta grande.

El Puerto de Santa María (Cádiz). Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y uno de Fernando Sampedro (4º bis) justo de presentación. Excepto el que abrió plaza que fue noble, con clase y repetidor, el resto resultaron descastados y sin lucimiento en líneas generales. Morante de la Puebla, palmas tras aviso y bronca monumental; José María Manzanares, ovación con saludos tras petición y ovación tras aviso; Daniel Crespo, que tomó la alternativa, oreja y oreja. Entrada: Más de media plaza. El toro de la alternativa atendió al nombre de “Utrijo” herreado con el número 160, colorado de capa y con 510 kilos de peso.

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