Las noches de radio a veces son mágicas. O polémicas. Ahí está el mal pago a Talavante, que gana de calle la feria de San Isidro (eso siempre era categoría, respeto, dinero y reconocimiento) y que por cantar el gallo le cortan la cresta. Y no solo no le suben sus acciones, sino que le dejan en la calle en plazas importantes como Pamplona y Bilbao, entre otras vendettas. Hasta sin apoderado se ha quedado. Pero en fin, esto ya entra en el terreno de lo privado; y la película entera solo la han visto Alejandro y Matilla. Y algo ha saltado por los aires. Y es raro, porque Matilla ha tenido siempre parches para todo, y, sin embargo, ahora llegó el divorcio. Y ese ya es terreno privado.
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