La Pincelada del Director

El bombo de Madrid y el bombo de las enfermerías

No se sostiene que la responsabilidad de un médico se remunere con un puñado mínimo de euros en muchas ocasiones tras previo regateo. Plazas hay en las que los veterinarios cobran más que los médicos. Y sin regateos
José Luis Benlloch
lunes 03 de septiembre de 2018

Semana movida. Con cuestiones que pueden llegar a tener gran trascendencia si encuentran quién las maneje con tino. Uno. El pasado lunes se concretó el tema del bombo de Madrid. Aunque de difícil continuidad abre un camino y demuestra que no era tan dramático para los intereses de las figuras. De momento se ha convertido en el gran animador de una feria que languidecía ante la indiferencia, interesada, de quienes han tiroteado la iniciativa en un claro no hacer ni dejar hacer. Ahora tendrá continuidad o no, pero… arrancó. Es una nueva herramienta que puede servir en muchas ferias que quieran transmitir autenticidad y/o para tapar bocas. Dirán que en San Isidro o en Sevilla o en Fallas… no es viable y seguramente sea así, pero quién sabe. El otro tema caliente de la semana ha sido la cuestión de la asistencia médica en las plazas de segundo orden y demás… Las declaraciones/denuncia en Aplausos de El Tato, apoderado de Escribano, que vivió la tragedia en primerísima persona en la plaza de BelmonteTalavera, Manzanares, Linares, Pozoblanco, Colmenar, Aire-sur-l’Adour… me vienen a la memoria- levantaron la indignación general por un problema conocido, dormido y nunca resuelto con responsabilidades directas en varios frentes: Administración, los propios toreros con sus remilgos ante el tema, empresas e incluso los médicos y la pasta como telón de fondo. Todos, la mayoría conocen el problema y saben la solución pero vaya usted a saber por qué extraña fuerza oculta nadie le pone el cascabel al gato de las enfermerías de una manera definitiva, subrayen lo de manera definitiva porque mejorar sí se ha mejorado en los últimos años.

El sorteo se ha convertido en el gran animador de una feria que languidecía ante la indiferencia, interesada, de quienes han tiroteado la iniciativa en un claro no hacer ni dejar hacer

Lo mejor de este alboroto es que esta vez se ha levantado sin víctima mortal de por medio, así que convendría aprovechar. Más y mejores medios, mayor cualificación o especialización de los facultativos que atiendan los festejos, máximo rigor en el control… y si todo eso vale dinero, que lo vale, sería comprensible que saliese de la Administración, que tiene sus obligaciones de cobertura, y de los posibles afectados. No se sostiene que un médico cargue con semejante responsabilidad, dedique una jornada de su tiempo y le remuneren con un puñado mínimo de euros en muchas ocasiones tras previo regateo y/o una palmadita en la espalda. Plazas hay -si no son todas- en las que los veterinarios cobran más que los médicos. Y sin regateos, porque si alguien osa… Y no cabe decir que la responsabilidad sea la misma. Así que o se ponen manos a la obra ¡todos! para resolver el problema o llegará el momento de las lágrimas y crujir de dientes. Seguir así es como meter cada tarde a la torería andante en otro bombo, solo que menos festivo y sí mucho más decisivo. Que no nos toque.

NOMBRES DE LA SEMANA

En los ruedos, superado la Virgen de Agosto y la Semana Grande de Bilbao, qué bonitas las referencias eclesiásticas, tan nuestras y tan alejadas de la terminología sajona imperante, decía que pasadas esas fechas la temporada parece que se amansa camino de las vírgenes aparecidas del 8 de septiembre, la otra gran concentración taurina del año. Las ferias de Palencia y Bayona, cuentan las crónicas que transcurrieron a buen nivel.

Ya asoman los carteles del Pilar: Padilla, Manzanares y Talavante; seis toros para Juli; Ponce y Urdiales… y un reto, apaciguar la tormenta que desencadenó la Diputación

Y como suelo recordar, no sólo de grandes plazas vive el toreo, estaríamos perdidos, basta con repasar los festejos de Aplausos para darnos cuenta. En Sacedón la tele de la Mancha me dio la opción de ver el punto y seguido al Juan Ortega de Madrid. Me reafirmo en mi creencia. A poco que persista hay torero. Gusto, templanza y aroma. Solo hace falta eso, que persista. Por cierto no sé cómo estando como estuvo en la Virgen de la Paloma no ha estado en el bombo de Otoño. Su ausencia rompe una tradición de la plaza y un estilo del productor que implica repescar a los que triunfan. Suena parecido a la posible ausencia de Román en Zaragoza, donde triunfó el año pasado. En Requena -sin pueblos no hay paraíso- fueron el mismo Román, Duque y Lea, señores y señoras, toreros y toreras, quienes torearon a placer y dieron argumento y alegría a la Vendimia. Con un matiz, lo lograron sin toro. ¿Milagro o generosidad?… Se lo pasaron bien. En Daimiel, Emilio de Justo, otra televisada por Castilla la Mancha, siguió haciendo camino hacia las alturas; y en Utiel, gran corrida de Martín Lorca y gran triunfo de Galdós, que venía con mucha moral de Bayona.

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