Villaseca de la Sagra, localidad toledana distante apenas 21 kilómetros de la capital manchega, va camino de convertirse -si no lo es ya- en el referente de la promoción de la Tauromaquia a nivel nacional. Y no es una opinión. Es un hecho contrastado y contrastable. Ahí están las múltiples iniciativas llevadas a cabo desde hace casi dos décadas, las cuales se han visto incrementadas en cantidad y en calidad en los últimos años, primero con la celebración del Alfarero de Plata, durante marzo y abril, para novilleros sin picadores -que este año cumplió su quinta edición, con Borja Collado como ganador-, y más recientemente con el Día Internacional de la Tauromaquia, cuya segunda edición se celebró el pasado 30 de junio, e incluyó exhibiciones de recortadores, anillas, saltos, forcados portugueses, enanitos toreros, encierros y suelta de reses. Por tanto, podríamos decir que la localidad toledana vive y promociona la Tauromaquia no solo en septiembre, sino a lo largo y ancho de toda la temporada taurina.
Jesús Hijosa: “Cada año recibimos muchas peticiones para poner a distintos novilleros, pero no nos dejamos influenciar. Al Alfarero de Oro intentamos traer a los novilleros que tengan un mayor oficio y puedan brillar con novilladas que son muy serias”
El próximo 5 de septiembre dará comienzo el Alfarero de Oro, certamen de novilladas con picadores que este año cumple su décimo novena edición. Y lo hace con la misma seña de identidad que caracterizó esta iniciativa desde sus inicios, y que es, en palabras de su principal impulsor, el alcalde de Villaseca de la Sagra, Jesús Hijosa: “La seriedad. Nosotros intentamos poner todo de nuestra parte para que el Alfarero de Oro sea un referente en el conjunto de certámenes de novilladas con picadores. Tenemos una trayectoria a nuestra espalda que hace que hayamos podido ir mejorando poco a poco aspectos en los que antes pudiera haber algún fallo. Ahora también los habrá, pero intentamos que sean los menos y menores posibles”.
Hijosa abunda en el rasgo distintivo referido a la seriedad organizativa con más argumentos, asegurando que “el mundo taurino es complejo. Cada año recibimos muchas peticiones para poner a distintos novilleros en el certamen, pero no nos dejamos influenciar. Al Alfarero de Oro intentamos traer a los novilleros que tengan un mayor oficio y puedan brillar con novilladas que son muy serias. Algunos creen que demasiado, pero esa es una de nuestras señas de identidad, y no queremos cambiarla, porque de momento no nos va mal”.
“Una de las mejores maneras de recuperar una ganadería es dar oportunidad de que lidie en plazas con cierta repercusión, como es el caso de Villaseca”
Abundando en el componente ganadero, otra de las bases del Alfarero de Oro es la variedad de encastes a lidiar. De todos es sabido que en la mayoría de las ferias el encaste predominante es uno, el de Domecq. Sin embargo, en Villaseca, la presencia de esta procedencia es casi testimonial. De hecho, en la edición de este año, tan solo dos de las ganaderías tienen Domecq, y no en su totalidad, sino parcialmente, como son las de Baltasar Ibán, que el año pasado se alzó con el premio a la mejor ganadería, y la de Cebada Gago.
En la edición 2018 habrá dos debutantes, como son las vacadas de Monteviejo y Dolores Aguirre. Según Jesús Hijosa: “Son dos ganaderías que nos gustan y que creo que pueden aportar emoción e interés al Alfarero de Oro de 2018. Son hierros encastados, que han brindado muchos éxitos, sobre todo en el caso de Dolores Aguirre. Respecto a Monteviejo creímos que era oportuno apoyar a una ganadería que se lidia poco y con la que Victorino Martín está haciendo un gran esfuerzo con el fin de recuperar un encaste que estaba en peligro de desaparecer. Y una de las mejores maneras de apoyar esa recuperación es dar oportunidad de que se lidien en plazas que tengan cierta repercusión, como es el caso de Villaseca con el Alfarero de Oro. Imagínese lo que sería un triunfo de Monteviejo a las puertas de Madrid. Sería un impulso para esta ganadería realmente importante. Ojalá estas ganaderías y el resto embistan y brinden el triunfo a los novilleros que están anunciados con ellas”.
“O se bajan los gastos para organizar festejos o nadie se atreverá a dar toros porque son deficitarios”
Otra de las señas de identidad del Alfarero de Oro es su asequible política de precios, como así señala Hijosa: “Los precios de los espectáculos taurinos suelen ser muy altos. Pero también es cierto que los gastos que conlleva organizar, como en nuestro caso, novilladas con picadores son demasiado elevados. Este es uno de los aspectos que a mí, personalmente, más me preocupan y que espero que tenga presencia en el próximo Congreso Internacional de Tauromaquia a celebrar en Murcia este año. Deberíamos recapacitar todos, instituciones y profesionales, para hacer estos gastos de organización más asequibles. De lo contrario puede llegar el momento en que nadie se atreva a organizar festejos taurinos porque en su gran mayoría son, inevitablemente, deficitarios. En Villaseca intentamos hacer todo lo que está en nuestra mano por facilitar que si alguien quiere ir a los toros, pueda hacerlo con el menor desembolso posible. Tenemos un abono general de 60 euros y otro especial de 50 euros para desempleados, jubilados y jóvenes de 12 a 21 años con los que se puede presenciar la feria al completo, que consta de cinco festejos, en una plaza que es muy cómoda, y que incluso es cubierta para evitar posibles molestias en caso de lluvia. Y los niños hasta 12 años tienen acceso gratis”.
UN PALMARÉS ENVIDIABLE
El Alfarero de Oro celebra este año su decimo novena edición, en los dieciocho años anteriores han pasado por Villaseca de la Sagra los novilleros más importantes, que han tenido en este certamen un respaldo importante de cara a dar el salto a matador de toros. Solo hace falta repasar el palma- rés de triunfadores o de autores de las mejores faenas de cada una de las ediciones para comprender la entidad del Alfarero de Oro. Un listado plagado de toreros que hoy en día están en las ferias como Roca Rey, José Garrido, Álvaro Lorenzo, Ginés Marín o López Simón, entre otros.
