Cada domingo la plaza de toros de Arnedo acoge el Aula de Cultura Taurina Diego Urdiales, capitaneada por el matador de toros que le da nombre, que desde hace ocho años trabaja activamente para hacer llegar a lo más pequeños (y no tan pequeños) todo lo que envuelve a la Tauromaquia. Este proyecto nació para hacer frente a una necesidad: enseñar a los aficionados lo que sucedía en el ruedo. “Todo vino a raíz de un festejo en el que vimos que la gente no sabía nada de lo que estaba viendo”, explica Desirée Hernández, monitora del Aula.
El aula cultural capitaneada por el torero de Arnedo inicia a decenas de niños en su afición por la Tauromaquia
Siempre en beneficio de los más pequeños, la inscripción no cuenta con límite de edad y es totalmente gratuita, pues el torero es quien se hace cargo de todos los gastos. Sin embargo, los niños sí cuentan con un requisito indispensable: que intenten mejorar las notas y evolucionar como personas. “Queremos que los niños trabajen, que se esfuercen, que tengan respeto por los demás. Lo que queremos es que evolucionen como personas”. Sin embargo, no podemos hablar de una escuela taurina, sino de un lugar en el que la afición a los toros se cuida desde la raíz, creando futuro de forma lúdica a la vez que educativa. “Nosotros les enseñamos conceptos, los valores de la Tauromaquia, les hablamos de Costillares, de Belmonte, todo muy liviano. Pero sobre todo jugamos a ser niños, a hacer el paseíllo, a hacer el quite al compañero”, señala antes de añadir: “También aprenden a torear de salón y si alguno quiere seguir adelante, lo apoyamos. Pero nosotros no queremos hacer toreros, sino grandes aficionados que empaticen con lo que pasa en el ruedo”.
El papel de Diego Urdiales es muy importante para los jóvenes aficionados. Tener tan cerca a un torero y vivir las experiencias que él vive es muy satisfactorio para ellos, una referencia con la que pueden hablar libremente y con quien comparten largas jornadas en el campo. “Los niños nos dan lecciones todos los días porque tienen un referente que les fascina y les da mucha seguridad”. Entre otras actividades que realizan se encuentran múltiples obras benéficas a diferentes organizaciones y, como fecha más esperada por todos, el “premio de notas”, una escapada en la que los niños pueden sentirse toreros. Estos años han hecho especial hincapié en el tema del animalismo, en el que fomentan a los niños el respeto por los animales a la vez que les enseñan la realidad, “para que se den cuenta de las cosas y que no se crean lo que les digan por ahí. Nuestros niños aprenden cuál es la diferencia entre un animal y una persona”, matiza.
“Les enseñamos conceptos, los valores de la Tauromaquia, historia… pero sobre todo jugamos a ser niños, a hacer el paseíllo, a hacer el quite al compañero”
Del Aula de Cultura Taurina Diego Urdiales se podrían contar muchas cosas más, pero con lo dicho queda bastante definida la gran labor que hacen en favor de la fiesta brava, creando un futuro, entendido, respetuoso y enfundado en los valores que rigen la Tauromaquia. Aficionados de diez. “Nosotros somos un grupo sin ánimo de lucro que procura enseñar a los niños a no tener miedo de decir que son aficionados, que les gustan los toros. Aquí son taurinos sin complejos, juegan al balón igual que con el capote”, apunta Desirée Hernández, que concluye: “Este proyecto está teniendo muy buena acogida en Arnedo y estaría muy bien que se proyectase a otras partes de España”. Tomen nota.
Fotos: ARCHIVO
