TOMÁS CAMPOS

“El toreo necesita entrega plena y rechazar muchas comodidades”

“Ser fiel a un concepto no es fácil. Hay caminos por los que puede llegar el triunfo, pero yo creo en algo diferente, tengo fe ciega en ello”, señala el extremeño
Antonio Girol
domingo 14 de octubre de 2018

Si por algo destaca Tomás Campos, además de por la pureza de su concepto de tauromaquia, es por su capacidad reflexiva. Seguramente una cosa lleve a la otra y por eso exprese al hablar tal hondura como cuando cita de frente con la muleta y se enrosca las embestidas de los toros en la cadera. Sigue dando pasos en el camino que se trazó cuando comenzó a jugar al toro en su Llerena natal. No le importa el tiempo que le lleve alcanzar la meta que se marcó porque si de algo está convencido es de que el éxito le va a llegar porque la verdad siempre termina imponiéndose.

El eco de los pasos de Tomás Campos resuena por las calles de Arnedo, la ciudad que le catapultó a la fama allá por 2012 cuando se calzó el Zapato de Oro y que desde aquel 29 de septiembre le robó para siempre el corazón. Hasta el punto de hacer la maleta y trasladar su residencia desde Llerena (Badajoz). Aquí, además, encontró el maestrazgo de Diego Urdiales, que deparó en sentida amistad y admiración mutua, tal y como confiesa: “Decidí, en un momento en el que no me sentía bien artísticamente, venirme a vivir aquí porque Dios me puso en el camino a un grandioso amigo y torero como es Urdiales. Creí que él me podía guiar por el camino que yo sentía y a las pruebas me remito. Acerté al tomar la decisión de cruzarme España y estar sin el apoyo de mi familia y amigos de toda la vida. Son decisiones que no son fáciles de tomar, pero el toreo necesita de una entrega y una dedicación plena, para la cual tienes que rechazar muchas comodidades. Mi deseo es seguir creciendo para llegar a ser un grandioso torero y de ese modo hacer felices a muchas personas”.

Ese deseo comienza a vislumbrarse. Esta temporada, el torero extremeño ha dado un nuevo paso en su crecimiento. Así lo siente: “Este ha sido un año importante para mí. Si bien el principio de temporada no fue fácil porque hubo un par de corridas de toros en las cuales no salieron las cosas y psicológicamente no estaba pasando por un momento bueno, el día de la confirmación de alternativa en Las Ventas sí supuso un punto de inflexión. Gracias a Dios remonté a partir de esa tarde y todo el mundo se ha quedado con ganas de más”.

“El toreo necesita de una entrega y una dedicación plena, para la cual tienes que rechazar muchas comodidades. Mi deseo es seguir creciendo para llegar a ser un grandioso torero y de ese modo hacer felices a muchas personas”

Una tarde, la del 24 de junio, que ha quedado marcada en el calendario como de las más señeras del año taurino venteño. En sus dos toros, del hierro de Montalvo -Jilguera y Confiado-, hubo pasajes de mucha importancia que al torero le llenaron interiormente: “Fue una tarde muy importante para convencerme en mi concepto. Puedo hacer al toro de plaza de primera aquello que siento. Ese día cogí un impulso grande y aunque no se reflejó en el número de orejas, porque no entraron las espadas, sí di un toque de atención”.

Han pasado los meses y aquellas faenas, como los buenos caldos de La Rioja en la que ahora fija su residencia, ganan en cuerpo y gusto: “El hecho de que a lo largo de la temporada te encuentres con aficionados y profesionales que me han recalcado lo importante que fue esa tarde, lo que sintieron, es muy bonito. Eso es porque allí pasó algo grande porque hay otras tardes que conforme pasa el tiempo van menguando y en cambio esta va en aumento, de ahí el recuerdo tan intenso”.

“Ser fiel a un concepto no es fácil. Hay caminos por los que puede llegar el triunfo, pero yo creo en algo diferente, tengo fe ciega en ello”

Para Tomás Campos, Francia es fundamental. Cuando escaseaban las oportunidades en España, en el país vecino sí hubo comisiones taurinas que apostaron por la pureza de su toreo. Por eso, Francia sigue siendo clave temporada tras temporada: “Este año ha habido tres tardes muy importantes: Orthez, Dax, que tuvo una gran relevancia, y Bayona, por cómo fue la corrida y cómo se desarrollaron los acontecimientos con la gravísima cornada de Joubert. Reponerse al percance de un compañero es muy difícil y poder sacar lo que uno lleva dentro con esas embestidas enfrente es maravilloso porque te sientes realizado y satisfecho de ser capaz de cruzar la línea cuando es necesario. Con lo que eso significa que puedo ser un torero para tener en cuenta a la hora de abrir huecos en las ferias”.

En el primer número de 2018, Tomás Campos hablaba para APLAUSOS de buenas sensaciones de cara a la temporada que empezaba a alborear. Cuando estamos a punto de ponerle broche, toca preguntarle si se han cumplido: “Cuando se da un paso hacia adelante y se reafirman las cosas eso significa que se han cumplido, pero uno como artista siempre quiere más. Quieres entrar en más sitios y que haya triunfos en plazas que podían haber llegado, pero la espada lo impidió como en la tarde de la confirmación. Pero sí, en general, la temporada la termino diciendo que he vuelto a dar un paso hacia adelante y he correspondido con toreo y triunfos a la gente que ha creído y apostado por mí. Esto es muy bonito porque sé que voy creciendo y que mi carrera va hacia adelante. Para el año que viene las cosas se han quedado aún mejor que cuando hablábamos el pasado diciembre”.

“¿La pureza? Es la manera de encontrarte con tus sentimientos y usar los mínimos recursos para expresarlos junto a la embestida del toro”

Su reflexión no es más que la constatación del convencimiento más absoluto de un ideal: “Mantenerse fiel a un concepto no es fácil porque sabes que hay otros caminos por los que puede llegar el triunfo y que eso te reporta estar anunciado en más sitios, pero yo creo en algo diferente y tengo puesto una fe ciega en ello. He sido capaz de aguantar esos momentos de duda y ser persistente y ahora que empiezo a ver los resultados me doy cuenta de que hice bien en ser fiel a mí mismo. Que no es más que sentirme feliz cuando me voy a la cama sabiendo que merece la pena porque es lo que siento y eso luego se refleja en la plaza”.

La pureza, la piedra angular

Si por algo destaca Tomás Campos es por su concepto, en el que la pureza es la piedra angular sobre la que descansa su tauromaquia. Hablar de pureza con él es como hablar de epistemología con un filósofo: “Para hablar de la pureza necesitaríamos mucho más tiempo del que vamos a destinar a esta entrevista. A grandes rasgos, podríamos definirla como la manera de encontrarte con tu alma, con tus sentimientos y usar los mínimos recursos posibles para expresarlos junto a la embestida que te presta cada toro”. Esa pureza tal vez sea la parte que más le cuesta comprender al público generalista a diferencia del aficionado, que sí busca más en su interior a la hora de nutrirse con lo que pasa en el ruedo. Tomás asiente ante la reflexión y puntualiza: “Es cierto que los aficionados la captan mejor y la saborean aún más, pero eso no significa que el otro tanto por ciento que asiste a la plaza no la aprecie, lo que ocurre es que a lo mejor no están del todo educados en esos conceptos. Incluso se puede dar el caso de que les cueste más apreciarlo en un chaval joven, como en mi caso, porque a veces existe la falsa percepción de que el torero que comienza tiene que torear de otra forma”, reflexiona.

Fotos: ANDRÉ PIMENTEL, CARMELO BETOLAZA Y ROLAND COSTEDOAT

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