REPORTAJE

Los Maños: un año redondo

La de 2018 se planteaba como una temporada especial para Los Maños y ha terminado siéndolo. Cumplir treinta años como ganaderos ha sido el menor de los regalos para la familia Marcuello, que ha visto cómo sus pupilos les han obsequiado un puñado de alegrías en forma de embestidas bravas. Superaron con nota el reto de debutar en Madrid, donde tomaron antigüedad, y repitieron triunfos en plazas ya conquistadas. Su año ha sido redondo.
José Ignacio Galcerá
lunes 22 de octubre de 2018

La felicidad recorre la finca Vistahermosa, de Luesia. La satisfacción se ha apoderado en casa de los Marcuello, motivos de sobra tienen para ello. La temporada de 2018, año en el que se ha cumplido el trigésimo aniversario de la fundación de la ganadería, ha colmado las ilusiones de una familia que vive por y para el toro. ¿La receta del éxito? “Humildad y trabajo”, asegura José Luis Marcuello, hijo de Pepe y representante actual de la divisa. Los Marcuello, decíamos, están dedicados en cuerpo y alma a la ganadería aunque no descuidan el negocio familiar de las carrocerías para vehículos industriales en el que trabajan desde hace casi cuarenta años y en el que son figuras. Cada uno se encarga de su cometido aunque todos arriman el hombro cuando la situación lo requiere. Entre la primera generación, la de los fundadores, con Pepe Marcuello y sus hermanos Joaquín, Félix y Jesús, y la segunda, con José Luis, sus primos y la familia política, suman esfuerzos y conforman un equipo de trabajo de cerca de una veintena de personas que llevan a la par ambas actividades, el toro y las carrocerías, cumpliendo cada uno su función a la perfección. Unos en el campo y otros en la empresa. “Todos estamos implicados, lo que nos da los frutos es estar juntos. Así funcionamos. En la ganadería suelo estar yo mientras que con las carrocerías están mis tíos, mi hermana y mis primos, pero nos vamos turnando”, señala antes de apostillar: “Aunque al final, quien tiene la última palabra es el sheriff, lo que él dice es lo que cuenta, es quien manda en ambos sitios”. El sheriff es Pepe Marcuello, fundador de las carrocerías y de la ganadería, proyecto que inició en 1977 con la compra de los primeros animales y que tres décadas después está disfrutando viendo lidiar sus toros en las principales plazas.

-Estará contento su padre.

-Es que ha sido un año pletórico. En todos los sitios donde hemos lidiado se ha visto un buen espectáculo, ha habido posibilidades de triunfo y de salir por la puerta grande con animales nuestros.

-¿Es el mejor año de la historia de Los Maños?

-El más completo seguro. Ha sido una temporada muy buena de principio a fin. Aspiramos a tener la ganadería en este nivel, otra cosa bien distinta es que luego se consiga. Trabajamos y sufrimos para que las temporadas salgan como esta y para lidiar toros que nos hagan emocionarnos como este año. Unas veces se logra y otras no, pero se trabaja para que suceda.

“Ha sido el año más completo, muy bueno de principio a fin. Aspiramos a tener la ganadería en este nivel, el reto es mantenerlo en el futuro”

-El destino ha querido que la temporada más redonda coincida con el trigésimo aniversario de la ganadería.

-Era una fecha muy especial para nosotros, durante el año ha habido momentos muy bonitos para la familia como fue tomar antigüedad además de ver que han embestido muchos animales en plazas importantes. El reto es mantener este nivel en el futuro.

-No debe ser fácil ser ganaderos en Aragón.

-Ser ganadero no es fácil en ningún lado. En Aragón, además, tenemos la desgracia de que no hay prácticamente festejos de muerte, no se hacen novilladas, tampoco corridas, y hemos tenido que salir fuera de nuestra tierra a exponer nuestro producto. La suerte es que hemos tenido buena acogida, de hecho estamos repitiendo en muchas plazas.

Sin hacer demasiado ruido se han ido abriendo camino. Ha sido una trayectoria de muchos años, con paciencia, humildad y trabajo, esas son las claves del éxito. Desde la base del mismo festejo popular, donde la ganadería tiene su origen, pasando por los pueblos pequeños, hasta llegar a los grandes escenarios. Primero conquistaron su tierra, Zaragoza, con aquel Quejoso que inmortalizó Varea en 2014, y cuatro años más tarde han lidiado en cinco plazas de primera categoría. “No queremos olvidarnos de los pueblos, que es de donde venimos y donde queremos seguir lidiando”, confiesa José Luis Marcuello. En toda trayectoria exitosa, o que va camino de serlo como es la de Los Maños, suele haber un punto de inflexión que cambie el rumbo, un antes y un después. José Luis Marcuello lo sitúa en 2007, cuando se produce la compra de veinte vacas y dos sementales de Bucaré, propiedad de Javier Buendía, con el objetivo de adquirir lo más puro del encaste Santa Coloma. “Se portó maravillosamente y le estaremos siempre agradecidos. Nos echó vacas muy buenas y los sementales que adquirimos nos han dado productos muy buenos”, recuerda.

-¿Con otro encaste serían ganaderos?

-Creo que no, tanto hermanos como primos nos hemos criado a revueltas de esta ganadería, tenemos mucha pasión por Santa Coloma, es lo que nos gusta. Otro encaste no nos daría las satisfacciones que nos da este. Nos gustan los cárdenos y seguiremos manteniéndolos mientras se pueda.

-¿Cuál es la mayor dificultad de criar este tipo de toro?

-Cuesta mucho ir a plazas de primera con este encaste por su morfología. En nuestro caso, estamos muy agradecidos a presidentes, autoridad y veterinarios porque siempre nos han entendido. En este sentido, nos respetan y están apostando por nosotros. La ganadería ha tenido buena acogida allá donde hemos ido pero personalmente me gustaría ver en más plazas el encaste Santa Coloma. Aun así, hemos lidiado novillos con demasiado volumen para la morfología de este encaste. En cuanto a las caras, llevamos años intentando tener toros con más cara y poco a poco lo vamos consiguiendo.

Cuando estas páginas vean la luz, El Juli habrá lidiado el toro de Los Maños reseñado para su gesta en solitario en Zaragoza. La empresa de la Misericordia, encabezada por Carlos Zúñiga, contactó con la familia Marcuello y tras una visita al campo le propusieron a Julián la posibilidad de estoquear un toro de esta casa, a lo que accedió el madrileño. “Para nosotros es un orgullo que Julián lidie un toro nuestro”, afirma José Luis Marcuello, que cuando se hizo esta entrevista relataba una bonita y curiosa historia con Callejuelo. “Hablo todos los días con el toro. Cuando le echo el pienso le digo: “Mira, tienes que ir al caballo dos veces, de largo, empujar con estilo, con la cara abajo…, y en la muleta tienes que aguantar las seis o siete tandas sometidas de Julián. Él me decía siempre que sí”, cuenta entre risas, antes de agregar: “Con esa ilusión se vive en el campo. Si salen las cosas bien, de lujo, y si salen mal, ¿cuántos toros malos se lidian a lo largo del año?”.

-Las figuras, ¿lejos o cerca?

-Si los tenemos cerca, perfecto. ¿Quién mejor que una figura del toreo puede matar un toro bravo y encastado? Si lo hicieran en más sitios y de forma más asidua se refrescaría la Fiesta. Si hay toros y los quieren torear, bienvenidos sean. Lo único que tengo claro es que en el caso de que quieran torear lo nuestro, serán toros de Los Maños, no de los toreros.

UN AÑO REDONDO

Tal y como apuntaba al comienzo de la conversación José Luis Marcuello, la temporada para Los Maños ha sido redonda. En España y en Francia. Muchas han sido las satisfacciones del curso, pero el orgullo máximo de este 2018 ha sido debutar en Las Ventas en una novillada en la que tomaron antigüedad. “Salió muy bien, castigaron mucho a la novillada en el caballo, pero eso quiere decir que la ganadería arrea y que los novillos tuvieron emoción. En general, estamos satisfechos aunque siempre existe algún detalle que se puede mejorar pero todo tan perfecto no puede ser. Hay ganaderos que llevan toda la vida y no les salen las cosas, así que no vamos a ser nosotros, que llevamos cuatro días en esto como aquel que dice, a quienes nos salga perfecto el primer día. Nos damos con un canto en los dientes”.

-¿Volverán a Madrid en 2019?

-Yo creo que sí, otra cosa es que en el campo haya animales para volver. Hay que repasar bien la camada y, sobre todo, esperar a que pase el invierno aquí, que estando en el Prepirineo es muy duro.

-Recientemente lidiaron una notable novillada en Valencia.

-En Valencia quiero aclarar que la culpa de que saliera al ruedo el primer novillo -de escaso trapío y pobre cara- fue mía, pero no quería romper la novillada y que saliera otro de una ganadería distinta. Quería que la novillada se lidiara completa. Además…

-Dígame.

-Tenía mucha confianza en él y así lo demostró porque fue extraordinario. Tuvo nobleza, gran clase y muchas opciones para el triunfo. En general, hubo novillos que se movieron más y otros menos pero lo hicieron todo por abajo. El de más picante fue el sexto, que a mí me encantó. Luego se arrancaron de largo al caballo, cosa que deberíamos recuperar en las plazas, debemos enseñar más la suerte de varas porque la estamos perdiendo y es maravillosa.

-¿Salieron contentos de Zaragoza?

-Era una novillada fuerte, salieron utreros con más transmisión y otros con menos. El segundo fue extraordinario y se le llegó a pedir el indulto. En el campo se trabaja día a día para criar animales como ese y que una plaza como Zaragoza lo reconozca. Hubo otro novillo, el sexto, con mucha transmisión y calidad pero cogió a Alejandro Mora. De no ser por la cogida, hubiese sido una tarde redonda.

En Francia, Los Maños lidió por tercer año consecutivo en dos plazas: Bayona y Vic-Fezensac. En la primera, “lidiamos una novillada que no era exagerada de trapío, esta es una plaza que entiende nuestro encaste muy bien y les encantó el conjunto. Hubo muchos novillos buenos pero especialmente destacó uno, el más chico de todos además, al que le pidieron la vuelta al ruedo. Salenc le cortó las dos orejas”, recuerda Marcuello.

En Vic acudieron dos tardes, una con tres toros en un desafío ganadero con Valdellán y otra con un toro para la corrida concurso. “Esta es una plaza muy nuestra, llevamos tres años yendo y dos llevándonos el trofeo de la concurso”, comenta. “El toro de la concurso se desplazó y lo hizo bien en el capote… y a un toro que de salida lo hace bien no se le puede castigar tanto en el caballo como se le castigó. Es muy complicado que poniendo en el primer puyazo al toro de punta a punta de la plaza, el picador lo coja bien y más a la velocidad a la que iba el toro. Le dieron mucho y se vino abajo. Venía de una reata muy buena y tenía mucha confianza en él, pero no lo vimos como queríamos verlo. Fue un fastidio”. Al hilo de ello, José Luis Marcuello, reflexiona: “El caballo está para medir al toro. En Madrid pasó lo mismo con un novillo que embistió bien de salida y tenía opciones. Cuando ocurre eso, hay que cuidarlo porque tenía posibilidades para la muleta. Los que rodean a los chavales deben estar más avispados, cuidando esos detalles se puede triunfar con estos toros si no los revientan en el caballo”.

Esos detalles a los que hace referencia son los que él mima y en los que pone toda la atención. José Luis Marcuello predica con el ejemplo. Antes que ganadero se considera aficionado. Para muestra, un botón. “A los sorteos llevo los lotes hechos según considero para que toque un toro de garantías a cada torero. Me hacen caso al 99%. Pierdo mucho tiempo en el campo, miro y remiro las reatas, las hechuras, los pelos, hago los lotes pensando en lo que llevan dentro… intento cuidar todos esos detalles para que se vea un buen espectáculo”, concluye.

La corrida ideal de Los Maños en 2018

1.- Chinchoso, cárdeno, número 70. Lidiado en Zaragoza por Adrien Salenc. “En el campo no era el más bueno del mundo, no te podías fiar de él. Había que ir mirándolo siempre para que no se arrancara. Tuvo todas las virtudes, en los corrales se comía las puertas y hasta las paredes. En el caballo se arrancó de largo, empujando muy bien y en la muleta Adrien Salenc le hizo virguerías”.

2.- Bonito, cárdeno claro, número 49. Lidiado en Valencia por Cristian Climent. “Las dos arrancadas que hizo de largo al caballo me encantaron. En la muleta no fue la tonta del bote. Si le hacías las cosas bien, metía la cara y transmitía mucha emoción. Los aficionados nos quejamos porque muchas tardes echamos de menos la emoción y ese novillo la tuvo. Fue un novillo muy bravo y encastado”.

3.- Bonito, cárdeno claro, número 43. Lidiado en Madrid por Jesús Martínez. “Tuvo una calidad enorme, lo hizo todo por abajo, hacía surcos en la arena, iba con el hocico por el albero. Las hechuras me gustaban mucho. Era un novillo muy bajo, incluso algo justo para pasar el reconocimiento pero en la plaza demostró que tenía muchas cualidades. Muy humillador”.

4.- Barbatristes, negro entrepelado, número 29. Lidiado en Madrid por Ángel Téllez. “Fue de los novillos que te dan las orejas. Durante toda su lidia derrochó mucha raza y movilidad, que son cualidades que nos gustan mucho. Ángel Téllez estuvo muy bien con él menos con la espada. Tenía la oreja ganada. Disfrutamos mucho con esa actuación”.

5.- Secretario, negro entrepelado, número 12. Lidiado en Bayona por Adrien Salenc. “Fue un novillo muy bravo desde que pisó la arena. Todo cuanto hizo fue por abajo, desarrolló mucho motor y nobleza, con un fondo de casta importante. Le tenías que hacer las cosas muy bien para que él se acabara entregando. Adrien Salenc rayó a muy buen nivel y le cortó las dos orejas”.

6.- Jardinero, negro bragado calcetero y girón, número 37. Lidiado en Albalate del Arzobispo por Varea en un festival. “Fue excelente, tuvo una calidad extraordinaria. Varea lo aprovechó muy bien. Le dio muletazos de los que no se pueden explicar con palabras, eso hay que vivirlo. Un novillo de mucha clase, noble y humillador. Lo sometió y le mandó mucho, le redujo la velocidad hasta embestir al paso”.

Fotos: KAKEL

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