REPORTAJE

Darán que hablar

Quedó ya claro que las escuelas de Tauromaquia no son fábricas, “los toreros no salen por molde”, como señaló hace un tiempo en Aplausos Luis Reina, director artístico de la escuela de Badajoz. Y para muestra un botón: Valentín Hoyos, Rafael León, Jorge Martínez, Villita, Manuel Perera y Miguel Polope son el resultado del esfuerzo, la constancia, el trabajo y las ganas, lejos de ecuaciones matemáticas perfectas y exactas. Cada uno tiene una historia, su historia, que contar…
Raquel Barba
lunes 22 de octubre de 2018

En los medios de comunicación y en el mundo del toro en general se habla mucho de las ferias, de cuatreños y cinqueños, de los doctorados en la profesión, de las figuras e incluso de las novilladas con picadores. Pero ahora toca darles el protagonismo a los novilleros sin caballos. Sí, ellos. Los que acaban de salir del cascarón, los que irradian ilusión por la profesión a la que se adentran, quienes, aun viendo el largo camino que les espera, no tiran jamás la toalla. Ellos son el futuro de la Tauromaquia.

Manuel Perera: “Soy muy exigente conmigo mismo. Quiero ganarlo todo, aunque sé que no se puede”

Para ello nos trasladamos a varios puntos de España en busca de los seis noveles más destacados del escalafón menor. Con solo 17, 18 y 19 años, han logrado destacar en lo que más les gusta, cada uno con una historia particular.

En Salamanca, Valentín Hoyos entró en el mundo del toro “el día que la Escuela de Salamanca decidió abrir una sede en mi pueblo, La Alberca, en la que yo medio engañé a mis padres para apuntarme. Ellos siempre me apuntaban al fútbol, pero no me llenaba, así que tuve que decirles que iba a probar. Luego por mi parte decidí tomarme en serio la profesión y les dije a mis padres que quería dedicarme a ello. Por suerte lo entendieron”, cuenta. Valentín ha afrontado una temporada llena de grandes momentos, entre ellos pisar el ruedo de su plaza de toros en el certamen Destino La Glorieta. “En Salamanca me sentí muy arropado con toda la gente y vi lo que era torear con gente que conoce. Esta ha sido una temporada muy bonita porque ha habido bastantes compromisos. He sabido lo que es pisar plazas de responsabilidad y, a pesar del fallo con la espada, las sensaciones han sido muy buenas”.

Otro protagonista es Rafael León. Participó también en el certamen salmantino, llegando incluso a la final del pasado 11 de septiembre. “El certamen fue muy bien. Yo no pensaba que iba a llegar tan lejos porque en el tentadero de selección vi que había mucha gente. Sin embargo, poco a poco se fueron dando las cosas y de repente me vi en la final”. Pero su desempeño más reciente no se frena ahí. Ha pisado plazas importantes como Málaga, en la que cortó dos orejas, y Valencia, haciendo de esta temporada “una muy importante y la mejor de todas, sin duda”.

Rafael León: “No pensaba que iba a llegar tan lejos en el certamen Destino La Glorieta y de repente me vi en la final. Esta temporada ha sido la mejor de todas”

Jorge Martínez ha sido, junto a Rafael León, uno de los finalistas de Destino La Glorieta. En 2014 entró en la Escuela Taurina de Murcia y dos años después se trasladó a Almería, donde entrena ahora. Esta temporada ha llevado su nombre por todos los rincones de la geografía española, proclamándose triunfador del XIX Encuentro Andaluz de Escuelas Taurinas, saliendo a hombros en Málaga y toreando en Sevilla, “una bonita experiencia”, a pesar de la espada. “Esta temporada he toreado en muchos festejos y he podido ir evolucionando tanto fuera como delante del toro. Poco a poco voy evolucionando y consiguiendo esos pequeños objetivos que me planteaba a principio de temporada”. Que Jorge haya elegido el toreo como profesión no es nada raro, pues el contacto con la profesión lo ha tendio en la puerta de casa: “Mi padre quiso ser torero y siempre lo veía entrenar. Desde muy pequeño lo vi como algo muy cercano a mí y me entró el gusanillo”.

Miguel Polope: “Esta temporada he podido torear en Nimes, Valencia, Bayona… y en México, que cambió mi forma de pensar”

Juan José Villa “Villita” ha conocido muy de cerca la profesión de torero. Comenzó su andadura a los 11 años en la Escuela Taurina de Madrid, a la que su padre estuvo muy unido en su etapa de novillero, y ahora, seis años después, se ha visto como el triunfador de las novilladas nocturnas de Sevilla, una oportunidad que le ha abierto muchas puertas esta temporada. “Que te digan que vas a torear en Sevilla es algo que sueñas cuando empiezas y yo he tenido la suerte de cumplirlo, llegar a la primera clasificatoria, cortar una oreja, situarme en la final y ese día, con el único novillo que dio opciones, ganar el certamen. Es un sueño cumplido y tengo muchas ganas de volver”.

Villita: “Todos tenemos miedo al animal que te puede quitar la vida, pero al final la afición y las ganas te hacen suplir todos los miedos”

A Manuel Perera, alumno de la Escuela Taurina de Badajoz, lo que no le faltan son triunfos. Solo este año se ha alzado con el primer puesto en el III Bolsín Taurino Botijo de Filigrana de Alba de Tormes, quedó finalista en Peñaranda de Bracamonte, semifinalista en el VII Bolsín Tierras de Zamora y logró cortar una oreja en Sevilla. Pese a ello, que no es poco, se muestra contento pero no satisfecho con sus resultados: “Soy muy exigente conmigo mismo. Quiero ganarlo todo, aunque sé que no se puede. En algunos bolsines me esperaba avanzar más, pero puedo decir que ha sido una temporada positiva”. Perera ha tenido siempre muy clara cuál era su afición, aunque el querer ser torero viniera unos cuantos años después: “Desde pequeño veía los toros en la televisión en lugar de dibujos animados porque con los toros me quedaba quieto y con los dibujos, lloraba”, afirma entre risas.

Desde Valencia, Miguel Polope pone tiempo y espacio al momento en que decidió que el toro era el mundo al que quería adentrarse: “Todo empezó en una plaza de toros, un verano, en El Puerto de Santa María. Manzanares realizó una obra magistral, creando gran conexión con el público. Ahí me llegó el venazo”. Además, no duda en destacar lo impactante que fue su inicio, un primer contacto con la profesión lleno de puertas grandes que no ha dejado de repetir a lo largo de sus tres años de preparación. “Esta temporada ha sido preciosa pero algunas veces he fallado con la espada y por el número de trofeos no ha sonado tanto. Taurinamente, sin embargo, estoy muy contento porque he podido torear la primera novillada en Nimes, en Valencia, en Herrera del Duque, con una puerta grande, Bayona… y el viaje a México, en el que aprendí mucho de la vida y con el que cambió totalmente mi forma de pensar”, muestra satisfecho.

EL ESPRINT DE SALIDA

Muchos de ellos ya mostraron de qué pasta estaban hechos desde muy temprano. La perseverancia la cogió Manuel Perera el día que toreó su primera becerra: “Fue en la ganadería de Murteira Grave. Salí de tapia detrás del matador, pero no le pegué ni un pase -ríe- y enseguida me cogió. Pero me volví a levantar. En 2016 me apunté a la Escuela y a los seis meses maté mi primer becerro. Fue todo en un tiempo muy corto y yo estaba poco toreado, pero así surgió”. Y solo dos años después ha conseguido situarse entre los novilleros sin picadores más punteros. Esa misma línea siguió Polope, quien a los siete meses de ingresar en la Escuela de Tauromaquia de Valencia participó en su primera clase práctica. “Mis inicios fueron soñados. Debuté en Chelva, donde le corté el rabo al becerro -ni más ni menos-. Posiblemente fue el día más feliz de mi vida”, recuerda.

Valentín Hoyos: “En Salamanca vi lo que era torear con gente que conoces. Esta temporada he sabido lo que es pisar plazas de responsabilidad”

Villita conoce también las exigencias del toreo, que requieren adaptar un ritmo acelerado in crescendo y adaptarse a las circunstancias de cada momento: “Sin querer, tal y como están las cosas, tienes que ir rápido. Muchas veces echo la vista atrás y digo “jo, cuánto he avanzado”. Pasas de verte con casi ninguna presión de triunfar a tenerla a tope. Pero yo lo estoy llevando bien. Sé lo que quiero ser y estoy muy sacrificado por esta profesión. El que vayan las cosas rápido, si van bien, no me preocupa, y si tienen que ir rápido, que vayan rápido”.

UN SUSTO AL MIEDO

Siempre que algún joven toma la decisión de apuntarse a una escuela taurina se encuentra constantemente con esta pregunta: ¿Y no te da miedo ponerte delante de un toro? Pero eso es quedarse en el principio.

Cuando en la entrevista se les preguntaba por sus miedos, alegaban el miedo hacia el toro, a la responsabilidad, a la incertidumbre e incluso al fracaso. “Todos tenemos miedo hacia el animal que te puede quitar la vida, pero hay que afrontarlo y salir. También hay miedo a que las cosas no salgan bien, pero en su lugar piensas que todo va a salir bien. A veces piensas en las dificultades que conlleva todo esto, pero al final la afición y las ganas te hacen suplir todos los miedos y disfrutar de la pasión hacia el toro”, asegura Villita, a lo que añade Miguel Polope: “Yo solo pienso en disfrutar. Sí que son muchas las incertidumbres antes de salir, pero al verte vestido se te olvida todo lo malo”.

Jorge Martínez: “Esta temporada he podido ir evolucionando tanto fuera como delante del toro. Voy consiguiendo los pequeños objetivos que me planteaba”

Como se aprecia, el miedo tiene muchas caras, pero ellos tienen muchos más ases en la manga para burlarlo y salirse con la suya: “El miedo es un poco relativo pero si tenemos miedo no vamos a ningún lado. Si no lo intentas no sabes si vas a llegar o no. Yo creo que si queremos conseguir cosas en la vida no tenemos que tener miedo, aunque esté ahí. Hay que superarlo”, apunta el novillero pacense Manuel Perera.

¿EL CAMINO? “PA’LANTE”

Por su vocación, estos novilleros y todos aquellos que se adentran al mundo del toro han sido capaces de dejarlo todo atrás para dedicarse en cuerpo y alma a una profesión incierta pero que, sin dudarlo un segundo, es su profesión. Día a día cada uno va construyendo su propio camino, con el objetivo de “llegar a ser figura del toreo”, “dar el salto a novillero con picadores” e incluso “ser feliz en la profesión”. Y aunque el camino sea largo, si quieren de verdad y ponen todas sus ganas en ello, lo conseguirán.

Valentín Hoyos, Rafael León, Jorge Martínez, Villita, Manuel Perera y Miguel Polope son seis de los que más están destacando en el escalafón, pero hay más que conviene seguir: Jordi Pérez, Isaac Fonseca, Miguel Aguilar… hay cantera. El futuro de la Tauromaquia se construye poco a poco, día a día, y estos son solo unos pocos nombres que lo definen y a los que, por supuesto, no hay que perder la pista. ¿Por ahora promete, no?

Si se trata de soñar, que sea a lo grande

Entre los carteles preferidos por estos seis novilleros hay tres nombres estrella: Morante, Talavante y José Tomás. Entre las distintas combinaciones posibles, Perera ha elegido a Roca Rey para completar la terna, Rafael León y Jorge Martínez no querían perderse a ninguna de las figuras y Valentín Hoyos compartiría su cartel con Alejandro Marcos “porque con él paso muchas horas y tenemos gran amistad. Morante y Marcos son dos toreos con los que me veo identificado”, explica.

Villita y Miguel Polope, sin embargo, apuestan por una composición tan increíble como imposible. El madrileño querría compartir cartel con Paco Camino y Manzanares padre, mientras que al valenciano le gustaría un cartel compuesto por Manolete y José Tomás “con uno lo puedo cumplir, pero con el otro ya no”, concluye entre risas.

Fotos: ARJONA, VIARD, TOROMEDIA Y PLAZA 1

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando