El palco

Presidentes fuera del Reglamento

Rafael Comino Delgado
domingo 28 de octubre de 2018

Llegar a ser presidente de una plaza de toros es muy fácil; solo hace falte ser nombrado, pero ejercer el cargo con acierto es algo más difícil, aunque no crean que se necesita tener un master (ni siquiera de los regalados), o haber hecho una tesis doctoral (ni siquiera plagiada como la de Pedro Sánchez) sobre el tema. Solo hace falta conocer el Reglamento taurino, tener sentido común y querer ser justo. Estos requisitos, aparentemente tan simples, les faltan, total o parcialmente, a algunos presidentes.

Solo nos vamos a referir a un aspecto muy concreto, “la concesión de la primera oreja”.

El Reglamento español de 1996, artículo 82-2, dice exactamente: “La concesión de una oreja se realizará por el Presidente a petición mayoritaria del público; la segunda oreja de una misma res será exclusiva competencia del Presidente…” El reglamento andaluz de 2006, artículo 59-2b, dice exactamente: “La concesión de la primera oreja se realizará por la Presidencia a petición mayoritaria del público, mediante la tradicional exhibición de pañuelos blancos o elementos similares”. Por tanto,

en ambos reglamentos queda meridianamente claro que la primera oreja la concede el público, mediante su petición mayoritaria. Y en los demás reglamentos de la España autonómica más o menos igual. El presidente solo debe valorar si el número de pañuelos es mayoría o no, y como no es cuestión de contarlos debe hacerse aproximadamente, lo que conlleva un cierto grado de subjetividad. Por ello vamos a limitar más aun el tema que nos ocupa, y nos quedaremos solo con los casos en que no hay la menor duda de que la petición es prácticamente unánime. Toda la plaza está pidiendo la oreja. No hay la menor duda de que es petición mayoritaria.

Bueno pues ocurre, y este es el motivo de nuestra protesta, que hay casos en que existiendo esa petición prácticamente unánime, el presidente o la presidente se niegan a conceder la oreja. ¿Por qué? ¿Para demostrar que allí mandan ellos? ¿Para llamar la atención? ¿Para tener su minuto de gloria? No lo entiendo. No cabe decir, al día siguiente, que se equivocaron, pues ya sabían que se estaban equivocando voluntariamente cuando lo hicieron. También suelen decir que lo hacen para prestigiar la plaza pero, ¡señores presidentes, una plaza se prestigia, no quitando orejas sino siendo justos y cumpliendo el reglamento!

Esto sucede, a lo largo de la temporada, más veces de las que sería de desear. En los últimos tiempos recuerdo varios casos, pero el más flagrante que he vivido fue en la Feria de abril de Sevilla de 2017, en que la Sra. presidente negó, o mejor le robó, una oreja a el Fandi. Así lo reconoció todo el mundo, y lo cantó toda la prensa. Y en la pasada la feria del Pilar de Zaragoza, día 10-octubre, de nuevo con el Fandi de perjudicado, el día 11 en que el robado fue Antonio Ferrera, en el cuarto toro de la tarde, el 12 el maestro Ponce y alguno más.

En los casos a los que nos estamos refiriendo los respectivos presidentes incumplieron deliberadamente el reglamento, por eso decimos que son unos “fuera del reglamento”, a similitud con los que incumplen la ley, que les llamamos unos “fuera de la ley”.

Los que hacen esto deberían ser cesados inmediatamente por la autoridad competente o, al menos, sancionados

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