ENTREVISTA

Emilio de Justo: Bendita revelación

Jorge Casals
miércoles 14 de noviembre de 2018

Emilio de Justo ha sido uno de los toreros revelación de la temporada 2018. Después de once años de alternativa, le ha llegado su momento. La espera ha valido la pena. La lucha, el sacrificio, la paciencia y la constancia han sido esenciales para la grata irrupción de este torero con un concepto clásico que impone a todo tipo de toros y encastes. Su escalada este año ha sido peldaño a peldaño, triunfo a triunfo, hasta que llegó a tocar el cielo de Madrid con una puerta grande que le consolida como uno de los toreros más esperados para el próximo curso. El extremeño tiene en sus manos el sueño por lo que tanto ha sacrificado.

Sin apenas tregua, Emilio de Justo se encuentra inmerso en la preparación de una intensa temporada americana. Un punto y seguido en el que sin duda ha sido el mejor año de su vida. Lo encontramos en Sanlúcar de Barrameda, la tierra que se ha convertido en cuartel general del extremeño desde hace ya tres años. Allí reside en el apartamento de unos amigos franceses que son como su familia. Sus playas se convierten en pista de atletismo y por la tarde cambia esa arena por el albero de la plaza, donde torea de salón junto a muchos toreros, novilleros y banderilleros. Persiste muy viva esa llama de la disciplina casi militar que implantó Diego Robles al lado de toreros como Padilla, Litri, Ferrera, Pepín Liria, El Tato, Óscar Higares… “Es un lugar emblemático gracias al cual muchos lograron, como yo, cambiar su situación por esa disciplina, el entrenamiento, la constancia y la capacidad de sacrificio con la que se vive el toreo”, asegura el torero con voz serena, con la seguridad del deber cumplido pero con la lógica responsabilidad de que todas las miradas estarán puestas en él el próximo año.

-¿Ya ha asimilado todo lo que le ha ocurrido esta temporada?

-Trato de asimilarlo y digerirlo, pero no es tan fácil. En la situación tan difícil en la que me encontraba, con un presente tan negro, ser capaz de haber revertido esa situación y haberme hecho un hueco en las ferias, no es algo que uno lo asimile de la noche a la mañana, cuesta creerlo, pero poco a poco voy siendo consciente de que los esfuerzos han tenido recompensa. Eso es lo más bonito del toreo, que en tan poco tiempo te cambie la vida tanto.

-¿Está feliz entonces?

-Muy orgulloso sobre todo de lo que he hecho. Estar tantos años sin torear apenas o haciéndolo en los pueblos que apenas tenían repercusión a vivir ahora mismo este momento tan bonito en el que me encuentro, hace que lo disfrute todo mucho más.

-El secreto ha sido resistir.

-Totalmente. El éxito ha sido la constancia, aguantar todos esos momentos duros y difíciles cuando casi todo está perdido, creer en mí cuando nadie lo hacía, prepararte con la misma intensidad como si tuvieras contratadas cuarenta corridas de toros… todo eso ha hecho posible que en el momento de llegar ese segundo tren de mi vida, me haya podido montar en él. La ilusión y la motivación que tengo ahora mismo es no bajarme de ahí.

-¿No perdió la ilusión?

-No porque afortunadamente nunca estuve sin torear. Hacía mucho campo en Extremadura, toreaba algunas corridas en los pueblos y eso me mantenía ilusionado. Fue duro porque aquello no tenía repercusión ni recompensa alguna, pero me siento orgulloso, porque ahora miro para atrás y veo que todo eso ha sido positivo y necesario para llegar a ese momento de madurez que atravieso. Sin esa travesía por el desierto no hubiese estado tan maduro ni preparado para afrontar todos los retos. Esos momentos me han influido mucho y han forjado mi destino.

-¿Es este Emilio de Justo mejor torero que el de hace unos años?

-He crecido como torero y en ese sentido, pues sí soy mejor. Crecer como torero te da la seguridad y confianza de dar una dimensión más grande con cierto tipo de toros. Mi concepto es el mismo, pero en esa evolución la mano de mi apoderado Luisito ha tenido mucho que ver.

“Sé que me va a tocar apretarme los machos cada día porque todo este logro se puede esfumar en un momento. Mi ilusión es llegar a ser un torero importante”

-Un concepto al que se ha mantenido fiel ante cualquier tipo de encaste, otra de las claves de su éxito.

-Sí, soy fiel con mi forma de sentir el toreo. No por matar una ganadería u otra cambio mis formas, a todas les he intentado imponer mi concepto del toreo.

-Ha demostrado que el toreo clásico nunca pasa de moda, que tiene aceptación.

-Como todo en la vida: la ropa, el perfume, la música clásica, nunca pasan de moda y siempre están ahí. Lo clásico es lo que me llena, me atrae y me hace sentir. Desde que empecé, el clasicismo fue la fuente de la que bebí y trato de ponerlo de manifiesto en mi toreo. En los tiempos que corren parece difícil que toreros clásicos puedan ser capaces de resurgir, cuando el toreo de emoción o efectismo parece que es lo que esté demandando la gente, por eso estoy muy agradecido a los públicos, porque han sabido comprender mi toreo.

-¿Pensó que podía ser tan bonito?

-Uno sueña en que esa recompensa es muy grande, y es muy bonito cuando te sientes reconocido por los aficionados, prensa y profesionales, pero la responsabilidad es mayor porque los públicos cada vez te exigen más. Bendita responsabilidad, que me motiva mucho.

-¿Ha notado esa presión a lo largo del año?

-Sí y cada vez más. La temporada ha ido cogiendo un ambiente bueno de mitad hacia adelante y eso ha hecho que la presión fuera mayor. A ello hay que añadir la responsabilidad de las plazas que he pisado. Han sido 23 corridas de toros que eran como jugar 23 finales. Sí que lo he disfrutado, pero esa tensión te come por dentro porque sabes que triunfar es una obligación. En ese aspecto estoy muy orgulloso porque he sido capaz de afrontarlas con toda la entrega del mundo.

-La recompensa también llega en forma de dinero. El aspecto económico siempre es una inyección que reconforta.

-Siempre es importante porque te motiva que poco a poco llegue esa recompensa económica a tanta lucha, pero yo me considero más un torero de afición y pasión que de ambición económica. Me guío más por el reconocimiento del público, eso es lo que realmente me motiva.

-¿Es lo último que pregunta en una contratación?

-Prácticamente sí, antepongo muchas cosas. Eso sí, no dejo de pensar que el dinero es importante porque los toreros nos tenemos que sentir recompensados por jugarnos la vida como lo hacemos.

“Para ser un torero importante hay que dar la dimensión con todo tipo de toros y encastes. Por supuesto, quiero que Victorino esté siempre ligada a mi carrera, me gusta mucho su embestida”

-¿Algún capricho se habrá permitido entonces?

-Alguno que otro, creo que es importante porque supone una motivación para los toreros. El primer dinero que he podido ahorrar ha sido para un coche porque me hacía falta para viajar, así que más que un capricho era una necesidad, por fin el coche viejo que tenía podrá descansar. Me he dado cuenta con ello que, gracias al toro, se pueden alcanzar tus sueños. Y todo de la noche a la mañana.

-Noto que tiene los pies en el suelo.

-Tengo 35 años, he vivido momentos muy difíciles en el toreo y sé que me va a tocar apretarme los machos cada día porque todo este logro se puede esfumar en un momento. Mi ilusión es llegar a ser un torero importante y durar muchos años en la profesión. Soy consciente de que no he logrado todo lo que uno desea, quiero mucho más y eso hace que no deje de exigirme al máximo.

-Me ha sorprendido que, pese a ser un torero con once años de alternativa, le resulte nuevo para la afición.

-He sido una sorpresa porque no estaba visto en las ferias. Mis once años de alternativa han estado eclipsados por esa oscuridad del principio, por eso he sido una sorpresa para muchos.

-¿Quién fue el culpable de esa oscuridad de la que habla?

-En primer lugar yo, porque no fui capaz de aprovechar en mis primeros años como matador de toros las oportunidades que me brindaron. No estaba lo suficientemente preparado ni mentalizado para afrontar esos retos y los dejé ir, eso me llevó a una situación difícil. Y todos sabemos lo difícil que es este mundo, en el que para llegar arriba uno tiene que reunir una serie de cualidades que yo en aquel momento no las tenía. Poco a poco me di cuenta de que podía lograrlo.

-¿En qué momento concretamente se dio cuenta que podía conseguirlo?

-En los años 2012 y 2013 me enfrenté a varias corridas de Urcola, el hierro de Victorino, por varios pueblos de mi tierra, y me sentí muy capaz. En 2015 me encerré con seis toros en Hervás (Cáceres) y di una dimensión muy buena para ser un torero que toreaba tan poco. Ahí me autonconvencí de que en cuanto me diesen la oportunidad de meter cabeza en una feria importante, podía pasar algo. Y así fue. En 2016 debuté en Francia como matador de toros, en Orthez, y ahí fue cuando me empezó a cambiar la vida.

-Francia y Colombia fueron dos países esenciales.

-Sí, Colombia fue clave para no perder la ilusión porque cuando tenía el futuro tan negro, allí me abrieron las puertas con cariño y eso me hizo seguir adelante, me vino muy bien moralmente. Y Francia es la que profesionalmente me ha hecho resurgir. Es un país donde la exigencia es grande, quieren que se haga todo lo más de verdad posible. Yo caí de pie en aquella afición y me siento muy respetado y querido.

EL BROCHE DE OTOÑO

El mejor broche a la mejor temporada de su vida fue la salida a hombros de Las Ventas en la Feria de Otoño tras cortar dos orejas a los toros de Puerto de San Lorenzo. ¿Ha sido la mejor tarde de su carrera?

-La más importante de mi vida y la más especial que he vivido en mi profesión porque supone un pasito más para consolidar mi nombre en esos puestos importantes, pero como torero he vivido otras tardes más completas. Esa tarde no pude demostrar toda la dimensión que llevo dentro porque me tocó un lote medio. Ha habido otras tardes más redondas.

-¿Por ejemplo?

-La tarde de Nimes con la corrida de Victorino, en Valladolid con la corrida de El Pilar, en Azpeitia con los de Ana Romero, otra de las tardes importantes aunque sin cortar orejas fue la de Arles con los toros de Baltasar Ibán, Daimiel con la de Guadalmena… Y sin duda, el mejor toro que he toreado esta temporada es uno de La Quinta en Mont de Marsan. Son plazas que han visto a un Emilio de Justo en plenitud, más rotundo.

-¿A qué supo esa tarde de Madrid?

-Fue cumplir un sueño que tenía desde niño. Cuando pasaba por delante de la plaza siempre miraba esa puerta y me imaginaba lo bonito que sería salir a hombros por ella, pero debo confesarte que la realidad superó aquel sueño, fue indescriptible y grandioso. Cuando la estaba cruzando me acordaba de muchos momentos de mi carrera y de mi vida.

“Desde arriba mi padre me dio esa fuerza que necesitaba para poder hacer el paseíllo en Las Ventas y que ese día cumpliera mi gran sueño”

-Cabe añadir el mérito que tuvo aquella tarde por todo lo que pasó una semana antes, donde un toro de Victorino le dio una cornada en Mont de Marsan, el mismo día que falleció su padre.

-Fue una pena muy grande porque ha sido una persona clave en mi vida y mi carrera. Él no era profesional, ni taurino, él ha sido albañil de profesión y me aportaba muchas experiencias de su vida, por lo que sus consejos y apoyo fueron fundamentales para tener la ilusión de seguir luchando. Ha sido un palo muy gordo, me acuerdo de él a diario. Es una pena que no pudiese ver la puerta grande de Madrid porque era una cosa que él soñaba tanto o más como yo.

-Un día para olvidar por todo lo que pasó.

-Sí porque él falleció a las seis de la mañana y pocas horas después yo hacía el paseíllo en Mont de Marsan. Decidí torear ese día porque quería hacerle un homenaje desde mi corazón, que así me lo dictaba. Fue una tarde muy emotiva. Y después llegó la cornada. Hay días que están destinados a que ocurran cosas y ese 22 de septiembre se juntó todo. La cornada me tuvo con una angustia grande porque no sabía si podía llegar a Madrid. Yo sabía que debía estar porque presentía que algo grande iba a pasar y él, mi padre, sé que desde arriba me dio esa fuerza que yo necesitaba para poder hacer el paseíllo en Las Ventas y que ese día pasara lo que pasó.

-Ese día, no solo el concepto y las formas sostuvieron ambas faenas, también la espada, que ha sido un arma fundamental de este año para amarrar esos triunfos claves que le han dado regularidad.

-He tenido tardes en las que he matado toros muy bien, otras no tanto, así que voy a seguir mejorando para conseguir la mayor regularidad posible. Mi técnica y forma de entrar a matar siempre ha sido la misma, entrar con el corazón. Cuando tengo un toro que sé que no se me puede escapar, me tiro con mucha entrega. Las estocadas como las de Madrid deseo repetirlas con más frecuencia el próximo año.

-Por cierto, ¿va a seguir matando tantas corridas de Victorino?

-Por supuesto. Quiero que Victorino esté siempre ligada a mi carrera, por lo menos hasta que yo pueda mental y físicamente ponerme delante de ellos. Me encuentro en un momento bueno para poder hacer los esfuerzos que requiere ese toro, que por otra parte me gusta mucho por su forma de embestir. Aunque lógicamente también me gustaría entrar en otro tipo de corridas, porque quiero ser un torero amplio, no quiero matar únicamente un encaste, sino dar la dimensión con todo tipo de toros. Para ser un torero importante hay que hacerlo, mi forma de pensar es así y ojalá sea capaz de lograrlo.

-Si este año ha sido clave, el que viene debe ser el de la consolidación. Para ello, Emilio de Justo deberá estar en todas las grandes ferias, como así se espera.

-Ojalá sea así y pueda estar en esas ferias que siempre fueron mi meta desde que quise ser torero. Quiero estar en ellas y afrontarlas con la mayor responsabilidad y entrega. Para ser un torero importante hay que afrontar retos mayores. Quedan muchos sueños por cumplir aún, sé que va a costar muchísimo porque el poder no se regala, pero estoy dispuesto y preparado a conseguirlo.

-Esto solo acaba de empezar.

-Es el principio del camino, queda mucho todavía.

Y ahora, Perú, Colombia y ¿México?

Le espera una temporada americana importante. La primera cita fue en Perú, en la Feria del Señor de los Milagros de Lima. Y después llega Colombia, donde le esperan las principales plazas: Cali, Manizales, Medellín y “me haría ilusión confirmar la alternativa en Bogotá… Es muy importante lo que me espera y estoy muy contento por poder estar anunciado en esas ferias de tanto prestigio”, señala el torero. ¿Y México?, le preguntamos: “De momento no hay nada cerrado, aunque me encantaría confirmar en la Monumental, que es otro de mis sueños”.

¿Cambio de apoderados?

“No”. Se muestra tajante ante la pregunta de si va a cambiar de apoderados. Continúa con Luisito y Alberto García, que este año han formado un buen tándem. “Cuando las cosas funcionan bien de verdad, cambiarlas no es lo más correcto. Me siento muy a gusto con los dos porque cada uno en su parcela me aportan mucho. Ellos han apostado por mí y yo he sido capaz de revalorizar en el ruedo los esfuerzos que ellos han hecho. Hemos formado un equipo bonito e ilusionante”.

Fotos: ARJONA Y JAVIER ARROYO

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