Elecciones

Este domingo 2 de diciembre hay elecciones en Andalucía. Es la oportunidad de ejercer el voto de forma libre como se entiende en un estado democrático. No se me escapa que a la hora de votar, el andaluz debe valorar de forma prioritaria temas de primera necesidad, como la vivienda, el trabajo, la sanidad o la educación. Pero hay muchos ciudadanos que tienen como afición o profesión el mundo de los toros. A este tipo de personas es conveniente recordarle lo que los distintos partidos políticos han hecho, o han dejado de hacer, en pro de una actividad que genera un notable movimiento económico y que es la principal dedicación de ocio de muchos españoles, al tiempo que da de comer a muchos andaluces.

El PSOE gobierna en Andalucía con una mirada amable y poco comprometida hacia la Fiesta. No puede ser de otra forma. Tal vez, como signo de lo que es la propia miseria de la política, muchos le pedimos que tenga una actitud uniforme en toda la nación y que no se comporte en determinadas comunidades solo en función de la búsqueda de votos, algo que por desgracia es lo que está ocurriendo.

No hace falta ser un lince en cuestiones políticas para admitir que PSOE ganará las elecciones del 2 de diciembre. La novedad, como ya ocurrió en la anterior legislatura, es que tendrá que gobernar en coalición. El drama para la Fiesta de los toros es que quien apuntalará y gobernará junto a los socialistas será el grupo formado por Podemos e Izquierda Unida. Esta coalición electoral populista no apoyará nada a la Fiesta. Es más, si tiene posibilidades intentará torpedear todo lo taurino en el territorio andaluz. Alguno se sorprenderá y me considerará exagerado, pero no es más que la cruda realidad. Como me ha dicho algún socialista, ‘los vientos que vienen de Madrid son los de gobernar con los izquierdistas antisistema de Podemos; y ya sabes los que estos pretenden hacer con los toros’. Sería un desastre que los que van a apuntalar a los socialistas ocuparan una Consejería con influencia en la Fiesta. Quienes tienen al toreo como absoluta prioridad por su afición, o porque es su medio de vida, ya saben cuál puede ser el futuro si se consuma lo que adelantan los sondeos, aunque también deben saber adónde no pueden dirigir su voto. Hay razones para estar preocupados.