ENTREVISTA CON JUAN BAUTISTA

“Durar es lo más difícil en el toreo, pero yo lo he hecho”

"En mi carrera ha habido de todo, pero en los momentos álgidos he conseguido dejar faenas y triunfos que se recordarán. Tengo tres puertas grandes en Madrid, orejas en muchas plazas de primera. Creo que dejo un recuerdo bonito", expone el torero de Arles
Raquel Barba
lunes 03 de diciembre de 2018

Cuando la temporada de Juan Bautista estaba en alza y a punto de entrar en su vigésimo aniversario de alternativa, las circunstancias quisieron que su vida diese un giro inesperado. La próxima temporada toreará en una única corrida, en la goyesca de Arles, “donde todo empezó” y donde se despedirá de los ruedos. Sin embargo, nada le ha impedido disfrutar sus últimas tardes al máximo, entregándose y viviendo nuevas experiencias de las que reconoce sentirse orgulloso. A partir de ahora empieza una nueva etapa con nuevas responsabilidades.

-¿Por qué este año para anunciar su retirada?

-No estaba previsto así, pero son las circunstancias de la vida. El invierno pasado estaba preparando la temporada con mucha ilusión, toreando en América, pero no imaginaba que habría cambios en mi vida personal, por la enfermedad de mi padre. Decidí aguantar la temporada, pero ha sido desagradable y me he encontrado muy solo porque mi vida y mi carrera han estado muy ligadas a mi padre y este año, desde el invierno pasado, no me ha podido acompañar. Luego llegó el momento fatídico, pero cuando ocurren cosas así eres consciente de que el final puede ser ese y era consciente también de que iba a tener muchas otras responsabilidades a partir de ahora.

-¿Por qué el comunicarlo antes de la goyesca de Arles?

-Desde julio ya lo tenía claro, pero lo he mantenido en secreto hasta entonces porque lo quería anunciar en mi tierra, delante de mi gente. Fue un acto muy emocionante, donde nos reunimos todos los que estuvieron a mi lado durante toda mi carrera. Aunque era un día de torear, era una forma muy simbólica de hacerlo.

-¿Resulta difícil mantener algo como la retirada en secreto?

-Es muy difícil. Muy poca gente lo sabía. Mi cuadrilla lo supo una semana antes de anunciarlo públicamente. Ha sido un alivio anunciarlo.

-¿Qué significa la goyesca para usted para que sea el lugar del comunicado y el punto final el año que viene?

-La goyesca de Arles es una invención de mi padre que tiene alrededor de quince años. Yo las he toreado casi todas. Me despediré el día de la goyesca porque además coincide con mis veinte años de alternativa. Quería que el círculo se cerrase donde empezó y además en una corrida de tanto prestigio. Para mí no había ninguna duda. Tenía que ser de esa forma y así lo hubiera querido mi padre. Esa será mi única corrida el año que viene. La única y la última.

-Fue algo imprevisto para usted y algo imprevisible para los demás porque el Juan Bautista de este año se ha mostrado con muchas ganas.

-He querido dar la cara durante todo el año, intentando que sea un punto seguido a mi carrera. Y aunque la decisión estaba tomada y muchas veces cuando pisaba una plaza pensaba que sería la última vez que lo hacía, delante del toro he intentado arriesgar, buscarle soluciones y disfrutar.

-¿En qué momento se retira?

-Esta temporada ha sido dura, y yo soy de los que más transparente tiene el traje. Cuando estaba en un momento fantástico, de madurez y de técnica, los cambios de la vida me afectaron. Al final de la temporada las sensaciones han sido buenas, pero ha sido un año duro en lo personal que me ha afectado mucho en lo profesional.

-¿Qué deja en el toreo?

-Lo que dejo lo decide el público, el aficionado. En mi carrera ha habido de todo, pero en los momentos álgidos he conseguido dejar faenas y triunfos que se recordarán. Tengo tres puertas grandes en Madrid, orejas en muchas plazas de primera. Yo creo que dejo un recuerdo bonito, pero yo me llevo mucho más. Empecé en el toro a los 13 años y desde entonces me ha dejado momentos inolvidables.

-¿Se siente satisfecho con su paso por el toreo?

-Sí. Siempre uno quiere más, la faena perfecta nunca ha llegado y la temporada perfecta tampoco, pero estoy muy orgulloso de lo conseguido. Durar en esta profesión es probablemente lo más difícil, pero yo he aguantado.

“Me despediré el día de la goyesca porque coincide con mis veinte años de alternativa. Así lo hubiera querido mi padre”

-¿Ha sido esta temporada como esperaba?

-No, ni esta ni ninguna. Creo que uno tiene que adaptarse a las circunstancias. Mi evolución y la de cada torero es distinta. Es todo improvisación y no siempre es como queremos, pero luego sale el toro y hay que adaptarse a él. Ha habido muchas cosas muy positivas y otras que no tanto, pero en general ha estado bien.

-¿Qué hará cuando termine la goyesca?

-Lo primero, espero que termine bien, que ese día sea un día de bonitas sensaciones, de un último encuentro con mi gente, un momento agradable que sea positivo para todos y, a partir de ahí, me dedicaré a mi familia y a mis nuevas responsabilidades, que es lo primordial y lo que requiere mi atención ahora.

Momento agridulce

La de Logroño será una tarde que Juan Bautista recordará siempre: fue el día en que le propinaron su primera cornada. “Aunque suene raro decirlo, me alegro de que el toro me diese la cornada. Algunas veces entrenando con compañeros me resultaba raro porque yo había toreado lo mismo que ellos y sus piernas estaban muy marcadas pero las mías casi nada”, explica. Es de los pocos casos en los que en veinte años de trayectoria nunca le ha tocado vivir esa sensación: “Algún arañazo, volteretas, trajes destrozados, pero nunca una cornada. Me siento orgulloso de que haya llegado porque así me llevo ese recuerdo. Me llevo además una cicatriz que no es de cualquier ganadería, sino de Victorino Martín –ríe-. Me la llevo con alegría. Por suerte ha llegado al final y no ha sido fuerte”. Por suerte.

Fotos: ARJONA y ROLAND COSTEDOAT

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