CURRO DÍAZ

“Siempre me guío por las sensaciones”

José Miguel Arruego
viernes 07 de diciembre de 2018

No es torero de números, se nutre más de las sensaciones, pero asegura que necesita los triunfos, porque, como todo artista, vive del reconocimiento del público. Y necesita su estímulo en forma de trofeos para constatar que cuanto hace empatiza con el se acomoda en el tendido. Pondera la intención por encima de la técnica y le sale hablar de lo que siente antes de rememorar esta o aquella faena. Su discurso es como su toreo: diferente. Y de ley.

-¿Un torero como usted analiza cada temporada o se alimenta más de las sensaciones sin importar un tiempo concreto?

-Cualquiera podría decir eso de “ha sido un año muy bonito, he toreado mejor que nunca, para el año que viene se han quedado las cosas muy bien…” pero hoy en día, con todos los adelantos de la técnica, todo el mundo sabe cómo has estado hasta en un tentadero… por eso yo siempre he preferido guiarme más por las sensaciones.

-¿Las sensaciones por encima de los trofeos y las puertas grandes?

-Sí, pero sin dejar de lado la parte material, porque por muy satisfecho que yo saliera de una plaza, si lo que hago no gusta, yo sería un equivocado; entonces el reflejo de que lo que yo he hecho ha transmitido se ve en el triunfo, y este año ha sido muy bueno porque ha habido mucha regularidad y muchos triunfos.

“Tengo la suerte de haberme sentido siempre comprendido por el que paga; ahora, en un momento dulce de mi carrera, noto el calor del público”

-Y de todos ellos ¿con cuáles se queda?

-No soy torero de norte ni de sur, sino de encontrarme a gusto en un sitio y un momento concreto. Este año volvía a Sevilla después de tiempo y el regreso fue hermoso, estuvo la gente receptiva. Tuve un debut muy bonito en San Sebastián, triunfé otro año más en mi tierra, Linares, en Guadalajara, Almería, Vistalegre… más que por los límites geográficos, ha sido una temporada marcada por dónde me han embestido los toros.

-La espinita fue Madrid ¿me equivoco?

-En Madrid las corridas de toros resultaron inservibles. Ha sido una pena. Fueron tardes de esfuerzo, pero muchas veces el esfuerzo sirve solo para taparte. Es una plaza en la que hago el paseíllo con muchísima responsabilidad porque sé de las ganas con las que va la gente a verme, pero desgraciadamente no hubo opción.

-¿Es consciente de que es un torero al que esperan?

-Totalmente. Tengo la suerte de haberme sentido siempre comprendido por el que paga, incluso en los comienzos; y ahora, en un momento tan dulce de mi carrera, noto el calor del público y la conexión muy rápida con los tendidos. Ha habido momentos muy buenos, muy malos… seguramente hubiera acelerado mi carrera si la hubiera llevado por otros derroteros. Pero no hubiera sido yo.

-Un ejemplo más del axioma de Belmonte: se torea como se es…

-Yo siempre tuve una personalidad marcada, tanto para lo bueno como para lo malo. Intenté torear como lo sentía antes de adquirir oficio, y luego, cuando adquirí esa base que no tenía, la he empleado para torear a mi forma. Yo no he tenido una técnica y a base de la técnica he depurado mi estilo; sabía lo que quería hacer, pero a veces no sabía cómo hacerlo y ha sido el tiempo el que me ha permitido cuajarme en lo que he querido ser.

“Me gustaría cumplir 25 años toreando, 25 años de alternativa. Me encuentro en plenitud de facultades, me gustaría cerrar un ciclo en mi vida y llegar a esa fecha toreando”

-¿Cree que hoy en día se adquiere la técnica antes que el propio concepto? ¿Va esto en detrimento del espectáculo?

-Lo que veo ahora es una profesionalidad y un oficio tremendo a la hora de enfrentarse con los animales. Los chavales que empiezan se aprenden la técnica antes incluso de saber lo que quieren hacer delante del toro, y eso hace que desarrolles cierta facilidad a la hora de torear, pero también se traduce en que la gente en el tendido le quite importancia a lo que estás haciendo, que es grandioso.

-¿Cree que la técnica es extrapolable a otros profesionales o es personal de cada uno y por tanto intransferible?

-Es cuestión de adquirirla y adaptarla a tu forma de torear. Por ejemplo, un año en Sevilla tuve un percance que me limitó la movilidad. Tenía que manejar el toro con las muñecas, con la cintura…en definitiva tuve que adecuar mi concepto a esa merma.

-¿Se ve mucho más tiempo toreando?

-Me gustaría cumplir 25 años toreando, 25 años de alternativa. Me encuentro en plenitud de facultades, me gustaría cerrar un ciclo en mi vida y llegar a esa fecha toreando. Hasta entonces me gustaría seguir viviendo intensamente lo que me quede y no dejarme nada dentro.

Su feeling con Almería

Tardó en debutar, pero desde su presentación en 2016, sus paseíllos en la Feria de la Vírgen del Mar se cuentan por triunfos. Este año no ha sido una excepción y los abonados al coso de la Avenida de Vilches le vieron salir en hombros después de cortar tres orejas a un lote de El Torreón.

“Me siento un afortunado por haber triunfado en esa plaza. He tenido mucha suerte de entrar en esa afición. Es una fecha importante cada año en mi calendario, en el agosto de la temporada, cuando uno ya viene rodado… es una feria muy agradable y percibo que lo que hago allí gusta y transmite mucho”, asegura el torero.

Fotos: ARJONA

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