Desde el Arenal

Apoderados

Carlos Crivell
sábado 15 de diciembre de 2018

Hubo un tiempo en el que los apoderados eran muy influyentes en las carreras de los toreros. Recuerdo nombres que en los años ochenta del siglo pasado eran taurinos de categoría y ponían a sus poderdantes en los carteles. Solo pongo un nombre sobre la mesa: Pepe Luis Segura, un mítico apoderado de tantos y tantos toreros. Segura logró que Julio Aparicio fuera el torero más contratado en Sevilla, junto a Curro Romero, el año 1992, lo cual es una buena muestra de su trabajo como apoderado.

A Pepe Luis Segura le cuadraba a la perfección ese concepto de apoderado independiente que ahora se ha puesto de moda. La realidad es que en aquellos años casi todos los apoderados iban por libre sin ser, al mismo tiempo, ni empresarios ni tampoco ganaderos. Con el paso del tiempo, hasta llegar al momento actual, los apoderados sin el respaldo de un potente entramado están abocados a desaparecer. Ahí está el caso de Fernando Cepeda, con el que Miguel Ángel Perera ha caminado durante doce años.

La situación actual es distinta. Se ha forjado un tinglado de grupos que reúnen bajo su mando a toreros, ganaderías y empresas para poder controlar con más facilidad el negocio. Y todo ello conduce a una confusión lamentable. Con este entramado torean con más facilidad y frecuencia quienes están en casas fuertes, que no son necesariamente los mejores. Solo así se explica que algunos matadores permanezcan en el lado oculto de la Fiesta sin que les lleguen las verdaderas oportunidades. ¿O es que Emilio de Justo es ahora mejor torero que hace cinco años? No, ahora es como entonces, pero antes no tenía ninguna posibilidad de torear en los escenarios de lujo que ahora se abrirán en la próxima temporada.

Hace poco decía Simón Casas que no era partidario de que los empresarios fueran al mismo tiempo apoderados de toreros. Ya sabe Simón lo que tiene que hacer. Debe dar ejemplo y, mientras sea empresario, debería dejar de llevar la carrera de algunos espadas que ahora están en su equipo. Sería un ejemplo admirable. Lo que pasa es que Simón dirá que si no lo hacen los demás no lo hará él tampoco. Y así estamos. Los apoderados de siempre casi han desaparecido.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando