Ahora los ministros (y ministras), dualidad gramatical que dicen necesaria para no dejar fuera a ningún género humano o similar, andan cazando y pescando votos en el panal que sea. El voto es la miel de la política. Y la hiel también. Lo malo es que ponen a recolectar a ciudadanos (¿añado ciudadanas?) a los que se les ve rápido el escaso conocimiento laboral en busca del petróleo que permite caminar a muchos políticos. Y meten la pata (o el pato) como la ministra de Transición Ecológica, complejo oficio con el que hay que andar con mucho tiento. Pues de repente la ministra Teresa Ribera, consciente o torpemente, suelta dos bombas de una tacada que ofende a más de cinco millones de ciudadanos de este país. Así como si te tomases una manzanilla, confiesa que “pondría fin a dos prácticas: la caza y los toros”. Ambas totalmente legalizadas. Y añade: “Me gustan los animales vivos, no entiendo quién disfruta viéndolos sufrir”. Los ministros (y ministras) del PSOE de Sánchez se han puesto en pie de guerra al darse cuenta del estropicio que ha organizado la ministra que, eso sí, se ha reunido, naturalmente, con el partido animalista PACMA. Vale. Sin embargo, el presidente de la Federación Española de Caza ha solicitado en tres ocasiones reunirse con doña Teresa. Y el secretario de la ministra recordó aquel pasaje bíblico en que el Señor le dijo a Pedro: “Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces”. Pues tres veces quiso hablar con la ministra y le han remitido (esto tiene arte) a agosto del año que viene. Así está el patio.
Los que también fuman en pipa con la gracieta de la ministra son los criadores de toros de lidia. Doña Teresa se ha tirado a la piscina sin saber nadar. Y le dice Victorino: “Señora, estamos hartos de ocurrencias personales sin fondo real. Ustedes están para servir a los que representan y no para servirse de ellos”. Y le recuerdan: “El toro de lidia es el perfecto guardián de la dehesa ibérica, pues su crianza se extiende a 500.000 hectáreas en España y Portugal”. Álvaro Núñez del Cuvillo remata así: “Otra ecologista de ciudad que piensa que los animales sueltos se dan besitos…”. Y no sigo porque es perder el tiempo.
LA GENTE NO ES TONTA Y ESTÁ HARTITA DE LA DERIVA POLÍTICA
El problema es que los políticos juegan contigo y conmigo. Que si la socialista mete la pata, que si el del PP nos echa flores, que si se equivoca Ciudadanos…, se aparece Vox. Por cierto, a Vox, acusado de extrema derecha, lo han votado muchos currantes andaluces hartos del chiringuito socialista de tantos años, mangancia y cartas marcadas. La gente no es tonta. Ni aquí ni en Francia ni en Alemania ni en tu pueblo ni en el mío. La gente está hartita de la deriva política. Y de ahí este descalzaperros.
Unos nos dan jarilla y otros nos dan por donde no deben. Mejor sería que nos dejaran en paz. “Solo matan” por un voto. Así nos va. Pero sobrevivimos a la política que no es poco en este torneo de partidos por sumar poder, votos y futuro. Y así va esto. Todos contra todos
Lo más jodido, porque me lo pegó el maestro Antoñete, es que todos los que asaltan los cielos del poder y de las normas se atavían de amarillo, el lazo amarillo, el chaleco amarillo, la bandera amarilla… Joder, si Chenel viera todo esto no saldría de casa. El amarillo era la bicha y yo le dije un día: “Chenel, tanta animadversión al amarillo y ustedes lo llevan en el interior de sus capotes…”. Me miró, tenía clara la respuesta: “Manuel, el amarillo tiene que estar ahí porque en la Fiesta tiene que haber también tragedia y eso también es algo necesario para que tenga tanta importancia el toreo”. Y se fumó otro cigarro y yo me quedé con la copla.
Hablo con Álvaro Núñez del Cuvillo y con Ricardo Gallardo, dos ganaderos de nivel. Vuelven al tema de la ministra errada y coinciden: “Quienes han votado a Vox no son solo algunos muy de derechas sino casi todos los obreros y la gente del campo harta de los que llevan mandando tantos años y llevándose el sudor nuestro”. Todo está liado. Aquí, en la dulce Francia, jódete, en Bélgica, en Italia ni te cuento, hasta la férrea Alemania anda también pegando tumbos y en Inglaterra ya no saben si van por la izquierda como siempre (en la carretera, me refiero) o si van camino del precipicio. Y así va esto. Todos contra todos. El mundo del toro es ahora el que se merece una medalla internacional por su buena educación. Curran, pagan y son los que menos se quejan.
SE NECESITA UNA REORDENACIÓN ECONÓMICA PARA EL FUTURO
Luego está el lío de los partidos. La dulce Francia es un campo de batalla. Macron no puede ni salir del Eliseo. Valls, que no sabes bien en qué equipo juega en ese lío catalán de los Torra y compañía, no se sabe si es de Ciudadanos o del socialismo de Despeñaperros (yo les voté toda la vida, desde Felipe hasta Tierno Galván y hasta cuando me llegó el desencanto con Zapatero y todo el meneo que vino después). En fin, que todo tiene ida y vuelta. Pablo Casado ha aprovechado el error del PSOE para decir: “El partido socialista quiere prohibir a seis millones de personas ir libremente a los toros. Un sector que da trabajo a 199.000 personas, 57.000 empleos directos y una recaudación de 3.560 millones al año”.
O sea, unos nos dan jarilla y otros nos dan por donde no deben. Mejor sería que nos dejaran en paz. “Solo matan” por un voto. Así nos va. Pero sobrevivimos a la política que no es poco en este torneo de partidos por sumar poder, votos y futuro. Rafael Garrido, 51% de la plaza de Las Ventas, alto dirigente de Nautalia (me gusta ser su amigo porque nunca me subiré a un barco, me mareo), asegura que la Fiesta necesita una reordenación económica para que tenga futuro. Y eso depende de dos cosas fundamentales. Una: el arriendo muy elevado de las plazas por parte de la Administración. Y dos: hay que equilibrar gastos. El ganadero es fundamental. Y los toreros -las figuras- deben ganar lo posible, y lo suficiente los que todavía no lo son. Acabar con el desequilibrio sería un paso adelante.
