ENTREVISTA A GUILLERMO HERMOSO DE MENDOZA

“Con mi padre aprendo y también compito”

"Me queda mucho que aprender en cuanto al acople con los caballos, cómo enseñarles a torear... pero creo que he mejorado mucho en poco tiempo", asegura el jinete
Gonzalo I. Bienvenida
jueves 27 de diciembre de 2018

Ha conocido el toreo desde la cuna. Empezó antes a montar a caballo que a andar. Su padre es la figura del rejoneo más importante de la historia. Combate a base de esfuerzo y de ilusión el peso del apellido. No aspira a ser uno más. Aprende y rivaliza con su maestro cada tarde que coinciden en una plaza. Emplea el cien por cien de su tiempo al campo, a los entrenamientos, al toro y al caballo. A punto de afrontar la campaña americana, ya piensa en la precoz alternativa que llegará la próxima primavera.

-Oficialmente la de 2018 ha sido su primera temporada completa, ¿cómo la ha vivido?

-Apenas había toreado. En Estella, en Francia y en México había toreado puntualmente, pero efectivamente esta ha sido mi primera temporada real. Empecé en enero en México y terminé en octubre en Zafra. Mi padre me vio preparado y por eso dimos el paso para 2018. Ha sido muy importante.

-¿Qué tardes han marcado positivamente su campaña?

-Ha habido dos días clave para mí. Por lo que sentí y por lo especial que fue todo me quedo con el mano a mano con mi padre en San Sebastián. La otra corrida de la que te hablo es la mañana de Nimes. Era mi debut en una plaza de primera categoría y cortar un rabo a un novillo del Capea era inimaginable para mí. Son dos tardes que recordaré siempre.

-¿Cómo es la relación padre-hijo en el ruedo?

-Cada uno va un poco a lo suyo. Tanto él como yo queremos dar lo mejor de nosotros. Competimos en trofeos. Mi padre me da consejos, me ayuda, pero no deja de haber una rivalidad bonita entre los dos.

“Este año ha habido dos días clave por lo que sentí: el mano a mano con mi padre en Illumbe y la matinal de Nimes en la que corté un rabo”

-¿El resto de la familia qué tal lo lleva?

-Mi madre es a la que menos gracia le hacía al principio. Después de lo que ha sufrido con mi padre… Me siento muy apoyado por mi familia.

-En el día a día, ¿cómo es la preparación?

-Pasamos muchas horas montados a caballo. No las cuento. Son muchos ratos entregado a lo que más me llena. Mi padre me ayuda en todo. Es él quien me enseña a poner los caballos. Con él he aprendido a montar, a torear, a entrenar con el toro manso…

-¿Comparten la misma cuadra?

-Contamos con unos 27 caballos que están toreando. Tenemos organizadas dos cuadras por si coincidimos toreando en la misma fecha en plazas distintas. Si toreamos juntos también llevamos dos cuadras separadas pero hay cuatro caballos que son ‘comodines’ y que en función de cómo vaya la tarde los saca uno u otro.

-Si tuviera que quedarse con el caballo que mejor le entiende, sería…

-Un caballo clave para mí es Disparate. Es el que tiene la experiencia, me enseña muchísimo porque soluciona la papeleta con el toro malo y también con el bueno. Es el que mayor confianza me transmite. Con él he conseguido la mayoría de mis triunfos.

-Como en el toreo a pie, la suerte suprema es fundamental en el rejoneo para alcanzar los triunfos, ¿con qué caballo se siente más seguro en este momento de la lidia?

-Pirata ha sido fundamental con el rejón de muerte. Aprendí en América con Bacano. Los dos me han enseñado cómo debo hacer las cosas para matar bien a los toros. Pirata es todo un maestro. Matar los toros es muy difícil, por eso es importante tener un caballo que te transmita tranquilidad en ese momento.

“Me queda mucho que aprender en cuanto al acople con los caballos, cómo enseñarles a torear… pero creo que he mejorado mucho en poco tiempo”

-¿Ha habido alguna tarde en la que el rejón de muerte le haya privado de algún triunfo?

-En Bilbao y en Málaga no salí con buena sensación de la plaza por haber matado mal a los toros. Fueron dos días seguidos, dos tardes de muchísima responsabilidad. Me fui cabreado por la sensación de no haber rematado las cosas.

-¿Qué tarde ha sido la más complicada?

-Salamanca fue otra tarde difícil. Sentí que no me encontré a mí mismo. Son tardes duras que también forman parte del toreo. Aquel día no me embistieron los novillos y no me encontré a gusto en ningún momento.

-¿En qué le gustaría mejorar como jinete?

-Me queda mucho que aprender en cuanto al acople con los caballos, cómo enseñarles a torear, cómo debo estar en la plaza, pero poco a poco… creo que he mejorado mucho en poco tiempo.

El objetivo de 2019: la alternativa

Guillermo Hermoso de Mendoza tiene 19 años y suma una temporada como rejoneador de novillos profesionalmente. El escalafón de rejoneadores de su categoría no existe. Compite en números con todos los demás, por eso se ha quedado el noveno con 19 festejos. Ser rejoneador de novillos es un cajón de sastre, algunas tardes se encontró erales y otras utreros. Tiene claro que en 2019, antes de cumplir los 20 años de edad, tomará la alternativa de manos de su padre en algún lugar especial: “La idea es tomar la alternativa al principio de la temporada. Puede ser precipitado por lo poco que he toreado como novillero pero el escalafón de rejoneadores está así. Cada vez es más difícil encontrar novillos para mis novilladas y hemos pensado que lo mejor es dar el salto al toro. Tomaré la alternativa con 50 festejos en mi haber aproximadamente”.

Fotos: ARJONA

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