Desde el Arenal

Retiradas

Carlos Crivell
sábado 05 de enero de 2019

Hay noticias que se quedan ocultas en el baúl de las notas tristes. De hecho, no se suele escribir mucho de ellas. En la relativa tranquilidad invernal vuelvo a rememorar los adioses de dos novilleros en 2018. Ambos anunciaron su retirada sin haber podido tomar la alternativa: Carlos Ochoa y David Salvador. Contemplé sus actuaciones en Sevilla en las dos últimas temporadas. Me agradaron dentro de las posibilidades que les prestaron sus oponentes. Y los dos han anunciado que dejan la profesión.

Carlos Ochoa ha sido drástico. Dijo en su comunicado que si un torero no está dispuesto a jugarse la vida es mejor que no insista. Naturalmente, Ochoa admitió que no estaba en condiciones de jugarse la vida hasta las últimas consecuencias. Más incierto fue el comunicado del salmantino Salvador, que simplemente anunció que dejaba el traje de luces. Este chaval cortó una oreja en Sevilla este año en las novilladas de abono. La impresión que dejó fue excelente. Algunos aficionados de Salamanca estaban más que esperanzados en su futuro.

Estas dos retiradas se enmarcan en el gravísimo problema de la falta de novilladas. En múltiples columnas he llamado la atención sobre el abandono del escalafón de los novilleros con picadores, que es una de las mayores lacras que tiene la Fiesta. No hay dónde torear. No hay posibilidades de forjar una profesión que exige vestirse de luces ante los públicos. Estos novilleros se marchan realmente aburridos. Han toreado muy poco y no han podido recoger los frutos de sus buenas tardes en plazas de primera. Ochoa admite que no está dispuesto a jugarse la vida, pero seguro que si tuviera oportunidades de torear y de alcanzar una alternativa de lujo nunca hubiera abandonado. Salvador no dice nada pero queda muy claro que se marcha cansado y que vislumbra un futuro muy negro.

El empresario José María Garzón quiere reaccionar. Aunque pierda dinero, pretende organizar novilladas en sus plazas. Recuerdo que cuando tomó las riendas de Algeciras le dije que en sus primeros carteles faltaba una novillada. Me miró y me dijo si pretendía su ruina. Ahora quiere modificar su criterio de entonces. Me alegro. Las dos retiradas comentadas pueden tener continuidad si no hay festejos menores.

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