La Pincelada del Director

No tienen enmienda, como la…

El rapero Valtònyc, zafio y sectario, una eminencia si se acepta la ironía, o si lo prefieren pueden llamarle capullo, no yerran, ha hecho una exhibición de humanidad ante el infortunio de El Soro. Está exiliado, que se lo queden
José Luis Benlloch
lunes 14 de enero de 2019

Los de las redes, algunos, no tienen enmienda como la jodienda. Son jodedores por naturaleza, por vocación, también seguramente por su incapacidad intelectual y ética, que les impide llegar más allá del exabrupto y la simpleza. Y en el colmo de la osadía se proclaman adalides de la cultura y la libertad. Lo último ha sido la manifestación del rapero Valtònyc, zafio y sectario, deseando que a El Soro no solo le corten la pierna sino también las orejas y el rabo. ¡Una eminencia, si se acepta la ironía! Si lo prefieren le pueden llamar capullo, no yerran. El tipo se ha tenido que pirar de España para defender, dice, su libertad de expresión, pues si su libertad de expresión es para cuestiones de tanto nivel moral e intelectual como esta, bien exiliado está. Que se lo queden. Todo viene a cuento de que Vicente no acaba de superar una infección en la prótesis de su rodilla y el proceso puede desencadenar en la amputación de la pierna por la que tanto ha luchado y sufrido. El lunes 14 está previsto que el doctor Cavadas le sometiese a un reconocimiento definitivo -les remito a aplausos.es para conocer el diagnóstico final en cuanto se produzca- y el ínclito rapero babeó sus agoreros deseos sin tener en cuenta los más elementales fundamentos de humanidad, en realidad ni la conoce, tampoco a El Soro, seguro, pero sus principios morales le deben provocar esa incontinencia moral que seguramente le excita su libido y le suelta la lengua.

Entiendo que la Fundación, que tanto y con tan buenos resultados se ha significado en la defensa jurídica del toreo, actúe contra semejante atropello. Estamos ante una clara manifestación de odio y una conculcación de los derechos de El Soro y por extensión de todos cuantos tenemos las mismas aficiones que él.

No es que compense, ni se debe entender como un trueque de lo uno por lo otro, o un juego de pares y nones, fundamentalmente porque en temas de derechos en una sociedad democrática no puede haber concesiones y lo que es de uno es de uno, pero la semana también trajo buenas nuevas de las que alegran la pestaña del aficionado y animan a seguir peleando por lo nuestro, contra la marginación y el escarnio, para evitar que nos empujen hacia el destierro, que a buen seguro ellos situarían en un gulag como lugar más ad hoc de su mentalidad. El caso es que los aficionados a los toros nos vamos escapando de la presión y tras lo de Andalucía y su aviso a navegantes anti y a quienes fomentan la soldadesca de fortuna y jornal que con tanta persistencia nos hostigan en las puertas de las plazas, ahora una resolución del Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 1 de Alicante ha anulado la decisión del ayuntamiento de Villena de no celebrar la corrida de toros solicitada en la pasada temporada.

Villena, Xàtiva, Ondara o Monòver están, al igual que otras plazas de otras comunidades, placadas/secuestradas por los santos reales de su dirigencia municipal con acciones preñadas de revancha y simbolismo partidista, para que se sepa quién manda, como si el mando fuese arbitrariedad e imposición…

De esta forma la justicia ha vuelto a reconocer que la Tauromaquia es un patrimonio cultural digno de protección en todo el territorio nacional, hecho que implica un deber de protección por parte de los poderes públicos, según recoge de manera explícita la sentencia. La estrategia de los gobernantes actuales de Villena, entarimar el ruedo, negar permisos e inutilizar el edificio como plaza de toros con todo lo que costó y la ilusión que trajo su restauración, ha quedado claro que fue, lo sigue siendo, una cacicada como otra cualquiera o más cacicada que otra si las cacicadas tuviesen grado o rango. Habría que recordar que la restauración de la plaza de Villena fue uno de los viejos anhelos de la gran mayoría de villenenses, que la asumió como una obra referencial de la ciudad en la que se volcó tanto la población como la Generalitat y que más tarde el ayuntamiento tripartito sobrevenido en una política pactista que ahora tanto se critica, decidió secuestrarla bajo la bandera de los revanchismos y los gustos personales e irrespetuosos, que no llevan a ninguna parte más que a crispar y tener que pasar la vida haciendo y deshaciendo.

La Fundación Toro de Lidia y la Peña Cultural Taurina Villenense, con Manolo Carrillo al frente, que nunca se rindieron, han llevado la iniciativa de esta reivindicación que puede tener gran trascendencia para la defensa del toreo en otros lugares. Hay que reconocerles el tesón y el mérito. El caso de Villena se ha repetido en otras partes de la Comunidad Valenciana y también en el resto del territorio español con total impunidad por el momento, y me vienen a la memoria plazas como las de Xàtiva u Ondara o Monòver, como las más próximas a Villena, que están placadas/secuestradas por los santos reales de su dirigencia municipal apoyándose en normas que como se ha comprobado no resisten un mínimo escaneado legal, con acciones preñadas de simbolismo partidista, para que se sepa quién manda, como si el mando fuese arbitrariedad e imposición. Ahora, tras lo de Villena, comienza a verse la luz, es evidente que las políticas de campanario y mala vecindad cambiaron de acera y se manifiestan con muchas siglas.

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