Tengo la sensación de que este invierno los taurinos andan más despiertos que en temporadas anteriores. Vuelvo de Colombia y el movimiento, aleluya, es superior al de otros eneros. Lo de Victorino y su cuadrilla tiene un aire muy positivo. Por primera vez se fue al lugar de los hechos, o sea, al lugar del “crimen a la libertad”, a Olot, en esa Cataluña descolorida por los catalanes más simplistas, retrógrados y cavernarios de toda la historia. El “seny” catalán, que la Enciclopedia Catalana lo significa como “tener buen juicio” -es más, añade, “el hombre con seny (supongo que también valdrá para las mujeres) es aquel que contempla las cosas y los actos humanos con visión serena”-, parece en extinción. Al menos en la grey política y su amplio ejército de seguidores. Pues bien: en Olot, Victorino y la Fundación plantearon sus razones y han iniciado el ataque legal. Nunca se gana una batalla si no hay valor para ganar en campo ajeno. Y de momento ya han abierto una brecha y tienen al alcalde durmiendo con otro problema que no sabe cómo resolver, y lo más seguro es que meta la pata. Pero las batallas solo se ganan arriesgando. Y ojalá que Olot sea la primera estación de la libertad en una Cataluña que, sin toros, se dedica a una especie de “correbou humano” por las calles de tan bella y maltratada ciudad. Y le digo a Matilla, gestor de la casa Balañá, que en paz descanse, que es el momento de probar. Anuncie una gran corrida con figuras y vamos a ver cómo reacciona, por un lado, la afición, y por otro, el pueblo y los políticos de partidos tan variados como reinan o ensucian Barcelona. Las batallas se ganan con la razón y con el paso adelante.
LOS CARTELES DE CASTELLÓN Y EL RETORNO DE UREÑA
El calendario religioso quiere que este año primero se quemen las Fallas y que luego Castellón siga la fiesta. Es un año raro. La Feria de Abril de Sevilla se celebra en mayo. Toma ya. Y Madrid intentará no pisar demasiado la coincidencia. La capital de La Plana, mi tierra, luce cinco carteles atractivos. Garcigrande para Juli, Ureña (grande Paco) y Roca Rey. Otro: García Jiménez para Morante, Manzanares y Varea. Tercero: Juan Pedro Domecq, con Ponce, Fandi y Cayetano. Fuente Ymbro: El Cid en su despedida, López Simón y Ginés Marín. Y Adolfo Martín para Emilio de Justo, Pepe Moral y Vicente Soler. Carteles lujosos en la Comunidad Valenciana. Los de Valencia ya los conocen y tienen además el retorno de otro grande que hay que admirar: Paco Ureña, pureza, entrega, verdad y una carrera marcada por la honradez y ahora por la epopeya que ya atravesó con éxito Juan José Padilla. Ahora más que nunca todos debemos ayudar, entender y valorar a Paco Ureña, el lorquino de “La Escucha”, su pedanía, su huerta de brócoli, su grandeza torera y humana.
Colombia y Perú tienen dos secretos taurinos: la provincia, plazas de pueblo, a veces escondidas en la plural orografía americana. Plazas llenas, enorme afición, el dinero justo pero la oportunidad para muchos toreros. Ahora me dicen que Eduardo Gallo anda recuperando ilusiones entre otros muchos españoles. Emilio de Justo lo puede contar, cuando no había ni qué ni dónde la provincia colombiana le dio aire, toros, algo de dinerito y, sobre todo, paciencia y fe en el futuro. La provincia en esos países es lo que más me emociona de ellos.
Lo que fastidia es lo del alcalde de Xàtiva, de donde es mi amigo, mi hermano, mi ídolo de juventud, Raimon, aquel que dejó a su madre ahí en “El carrer blanc”, y con el que compartí la dureza de los años extremos del franquismo, acompañándole a comprar, con el censor sentado en la primera fila, por nuestra tierra y por Cataluña, que nada tiene que ver con la de ahora. Sobre todo, en políticos. Pues el alcalde de Xàtiva ha dicho que no quiere 254.000 euros que le ofrecía Valencia para arreglar la plaza. Prefiere sellar el ruedo que arreglar un recinto que valdría para toros y más cosas. Ojo: Roger Cerdà.
ARLES, EL ESMERO DE BAUTISTA Y LA SORPRESA DE CHAMACO
Grande Francia y ahora Arles, bella ciudad, legado de Roma, el Ródano en la orilla y Juan Bautista, el hijo de Luc, que es el empresario, cuidándolo todo. Se despedirá del traje de luces en septiembre. El día 7, mano a mano con Roca Rey… Vaya tela. La Quinta, Zalduendo y Domingo Hernández para Juan, y Adolfo Martín, Cuvillo y Jandilla para el peruano. Dos ferias para Arles. La primera en abril, 19, 20 doblete y 24 doblete. Recomendable.
Tengo amistad con Chamaco. Antonio llevaba un par de décadas sin torear y ahora le ha convencido Juan Bautista para que lo haga el 21 de abril con Castella y Perera. Yo le recuerdo en aquellas tardes de triunfos brutales en Nimes, Arles y aquel estallido que tal vez no tuvo el final que merecía. Pero mira por dónde, al final lo va a escribir cuando nadie contaba con él. Está como si le hubiera tocado el gordo de la lotería. O mejor: como un torero que no había dicho la última palabra y al que le apetece hacerlo en la Francia de su estallido.
No es como las rebajas de El Corte Inglés, sino todo lo contrario, porque los precios están por las nubes. Pero todos los empresarios quieren firmar con Roca Rey, que es sinónimo de lleno en la taquilla. El torero no quiere pasar de las 55, o máximo 60 tardes y eso supone que todos quieren comprar el pescado antes de que cierre la tienda. Yo añado algo que he disfrutado en Colombia. Tres toreros en situación distinta que han demostrado estar en su mejor momento. Uno: Ferrera, torería, gusto, temple, lidia, creatividad, magia, etc. Álvaro Lorenzo en Manizales, mejor que nunca; si sigue así en España, ojo al pájaro. Y aquí lo tenemos medio enterrado, pero en Colombia le he visto más despierto, feliz y más capaz que nunca. Me refiero al colombiano Luis Bolívar. El año va a ser competitivo y espero de Simón Casas la Feria de San Isidro más original y atractiva que pueda recordar la afición. Yo confío en sus novedades. Y en que vuelva el “seny” catalán.
