EMOTIVO PREGÓN DEL MADRILEÑO EN CIUDAD RODRIGO

El Juli: “El caballo y la Tauromaquia me engrandecen como persona”

"Ambos mundos los traslado a mis hijos como algo sagrado, porque donde a veces no llegan mis palabras, llega el ejemplo que veo", señaló el torero
Redacción APLAUSOS
miércoles 27 de febrero de 2019

Julián López “El Juli” fue el encargado de pronunciar el pregón del Carnaval 2019 de Ciudad Rodrigo, un acto celebrado en el Teatro Nuevo de la localidad salmantina y que estuvo organizado por la Peña el Caballo. El torero madrileño, en un emotivo discurso, fue relatando su relación con el mundo del caballo, una pasión “tardía”, según confesó el propio Julián. “Nunca de niño tuve oportunidad de subirme a un caballo cuando era una de mis máximas ilusiones. Teniendo en cuenta que me pasaba la vida en el campo, no surgió esa posibilidad seguramente más por mi prudencia y timidez que por falta de cualquier detalle de las ganaderías que visitaba”.

El Juli señaló que hoy por hoy “mi vida tiene la misma influencia de la Tauromaquia como del mundo equino. He crecido en mis amistades, he crecido en mis conocimientos e incluso llegué al amor y a la familia gracias a aquel tentadero fortuito”. Además, confesó: “A caballo me siento libre, me siento pleno y la preparación de nuevos caballos y sus primeras echadas colman mis ilusiones. Pero el tentadero de machos es sin duda la emoción más intensa, el día grande en el que otra vez junto al toro he vivido los momentos más excitantes”.

Se refirió también a su relación con Ciudad Rodrigo, “una tierra tan importante en la que El Juli no ha toreado en su extraordinario Bolsín, pero sí un Julián López, apodado casualmente Reverte aquella vez, que sí lo toreó, además con un gran éxito, convirtiéndose en triunfador allá por el año 1971. Orgulloso de mi padre”.

Por último, El Juli finalizó dando las gracias “a Ciudad Rodrigo por vuestra vinculación y pasión con los dos mundos que más amo, el caballo y la Tauromaquia, dos mundos totalmente complementarios y que me engrandecen como persona. Me siento un privilegiado por poderlos vivir con la intensidad con la que creo que se deben vivir las cosas que tenemos. Esos dos mundos que traslado a mis hijos como algo sagrado, porque donde a veces no llegan mis palabras, llega el ejemplo que veo y que les puedo transmitir por medio de las personas que conozco y que gozo de su amistad en esta gran familia que componen juntos el toro y el caballo”.

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