FERIA DEL TORO

Roca Rey y Ginés Marín se imponen en el cierre de Olivenza

Morante de la Puebla pasea un trofeo ante una corrida de Daniel Ruiz
Antonio Girol
domingo 10 de marzo de 2019

Fotos: ARJONA

Se abrió de capa Morante y se hizo aún más la luz en Olivenza por la manera en que jugó los brazos y la cintura el de La Puebla del Río en el saludo encajado a la verónica. Como encajado fue el inicio por alto sacando al toro al tercio. Luego llegaría la lentitud hecha toreo en una serie diestra con la que acarició al de Daniel Ruiz. Lástima que por el izquierdo el toro no quisiera más porque el par de naturales que esbozó hubiesen sido el delirio de haber tenido mayor continuidad. La que sí hubo por el lado derecho en otras series dadas tan al ralentí que parecían dibujadas a lápiz. Los ayudados tan suyos epilogaron su obra.

El segundo salió muy abanto y en banderillas tiró derrotes. Dos defectos que evidenció en el último tercio. Roca Rey intentó sujetarlo entre las dos rayas hasta que se le fue a chiqueros. Poco pudo hacer el peruano con tan nulo colaborador más que despacharlo. Pitos al arrastre y palmas para el torero.

No quiso quedarse atrás Ginés Marín con el muestrario de capa y lanceó con mucha torería en el saludo al tercero. A pies juntos comenzó el último tercio con pases por alto. Para después, ya en los medios, correrle muy bien la mano marcando perfectamente los tiempos para ayudar al de Daniel Ruiz, que no iba sobrado ni de raza ni de fuerzas. Pero enfrente tuvo un torero de mente despejada que se inventó una faena por ambos pitones en la que siempre esperó a su antagonista para construir muletazos de muy buen trazo. El final por bernadinas puso en pie a toda la plaza. Lástima del pinchazo que le restó la segunda oreja.

No pudo lucirse con el capote Morante en el cuarto, pero sí dejó un atisbo de su arte en el quite en homenaje a Chicuelo. Por ayudados sacó al de Daniel Ruiz a los medios, en donde intentó ligar faena ante un astado sin una pizca de raza que más que embestir, pasaba por allí. Lo intentó el sevillano ante tan desclasado animal y en vista de las nulas posibilidades se dobló con él antes de pasaportarlo. Pitos al toro.

El quinto soltaba la cara al final del muletazo pero se encontró en frente a Roca Rey, que se le impuso con mando hasta someterlo a su poderosa muleta. Le aguantó miradas y coladas con valor espartano, sufrió una voltereta y terminó imponiéndose al astado con esa virtud de torero poderoso que le caracteriza, logrando de esa forma meter al público en una faena desarrollada en los medios en un palmo de terreno y en la que los pitones del toro rozaron siempre los muslos del peruano. Con las bernadinas formó un taco en los tendidos, levantando al público de los asientos.

El cinqueño que cerró la feria tuvo una embestida áspera. Por eso Ginés se dobló de inicio con él para someterlo con su muleta. Había que estar muy firme con él para que no se hiciese el amo de la situación. Y Ginés lo estuvo. Hasta el punto de sacarle unas buenas tandas por el izquierdo con las que fue ahormando al toro, que tiraba derrotes secos al final del viaje. Se impuso Marín, que terminó en cercanías una vez hubo domado los complicados arreones a base de imponerse a un toro que tenía mucho que torear.

Olivenza (Badajoz), domingo 10 de marzo de 2010. Feria del Toro. Toros de Daniel Ruiz, desiguales de presentación y juego. Morante de la Puebla, oreja y palmas; Roca Rey, palmas y dos orejas; Ginés Marín, oreja y oreja. Entrada: Lleno. Saludaron Antonio Manuel Punta y Manuel Izquierdo tras parear al 3º.

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