-Usted llegó al toro casi de rebote…
-Así es, como un juego. Mi hermano Rubén era rejoneador -ahora es picador-, empecé a ayudarle con los caballos y cogía un capote cuando me lo pedía. Tenía mucho miedo. Aprendí de los subalternos que llevaba mi hermano, que me fueron enseñando el oficio. Poco a poco decidí hacerme profesional.
-¿Cuándo dio el paso?
-Toreé por primera vez en público en 2008. Mi idea era ir en la cuadrilla de mi hermano, quedarme en los rejones. Empecé a prepararme en el carretón, al año siguiente toreé novilladas sin caballos y me gustó.
-¿Trató de hacerse lidiador?
-Siempre tuve claro que quería ser tercero. Para ser lidiador hay que haber sido matador o novillero para saber claves de la lidia que yo no tenía. Me faltaba esa base, creo que acerté.
-¿Con qué toreros ha ido colocado?
-El primero fue Gómez del Pilar, después con Javier Castaño y desde 2015 con Joselito Adame. Además, he toreado con José Miguel Arroyo “Joselito” cuando reapareció en Istres, con David Mora, con Morante de la Puebla, con novilleros como Pablo Atienza, Marcos y Francisco de Manuel. Esta temporada iré con algunos novilleros además de colocado con Joselito Adame y con Antonio Ferrera.
-Su fama se disparó al formar parte de la exitosa cuadrilla de Javier Castaño en 2013. Sus compañeros fueron Marco Galán, David Adalid y el picador Tito Sandoval. ¿Qué recuerdo tiene de esa temporada?
-Empezó en Castellón con toros de Miura. Fue mi primera corrida como banderillero. Toreamos 42 corridas y vivimos tantas cosas que no dio tiempo a asimilarlas. Estaba muy nuevo, pero pude disfrutar mucho, me sentía orgulloso de hacer las cosas como las sentía. Me di cuenta de lo que habíamos conseguido cuando empezaron los reconocimientos. También se nos criticó con fuerza pero me siento muy orgulloso de haber dado aquel espectáculo toda la temporada como me pedía mi matador. Le agradezco mucho cómo apostó por su cuadrilla.
-¿Qué es lo que le hace sentir más satisfecho de aquella etapa?
-Logramos que la afición estuviese pendiente durante toda la lidia, que no fuera un trámite. Javier Castaño quiso poner en valor toda la lidia. Hay que agradecérselo.
“Siempre quise ser tercero. Para ser lidiador antes hay que haber sido matador o novillero”
-Qué es más importante para usted, ¿la eficacia o el lucimiento?
-Para mí siempre que haya lucimiento con eficacia está justificado el lucimiento. Banderillear con espectacularidad es algo positivo para todos. Hay que banderillear bien y si encima se hace lucido, mejor.
-¿Cuáles son las claves para ser un buen tercero?
-Lo más importante es la colocación: evita percances, capotazos, problemas… Es la base fundamental de un buen tercero además de manejar bien la puntilla. No se le da mucha importancia pero el tercero puede echar por tierra una faena de dos orejas. Es una responsabilidad en la que casi nadie repara. Busco la regularidad con la puntilla.
Cuestionario
-¿Su referente con las banderillas?
-Me he fijado en muchos banderilleros, pero quien realmente me ha marcado, pese a no haberlo visto en persona, es Manolo Montoliu. Por su elegancia, por su pureza, por su temple…
-¿Su espejo con el capote?
-Tengo muchos espejos: Miguel Martín, José Antonio Carretero, Juan José Trujillo, Sergio Aguilar, Tomás López, entre otros.
-¿Qué terceros le hacen sombra?
-Jesús Arruga, Alberto Zayas, Javier Gómez Pascual… Me fijo mucho en ellos.
-¿Un toro clave en su carrera como subalterno?
-El toro de Cuadri en Madrid en la Feria de San Isido de 2013 en el que la afición nos obligó a dar la vuelta al ruedo. No fue un toro fácil de banderillear y tuve que enseñar mi capacidad y mi entrega.
-¿Qué consejo le daría a los nuevos banderilleros?
-Que sean constantes, pacientes y que luchen por ser los mejores.
-La cuadrilla ideal que llevaría si mañana tuviera que torear una corrida de toros.
-De picadores llevaría a los Sandoval o a los Bernal. Como lidiadores llevaría a los que he mencionado antes como referentes con el capote y como tercero a Jesús Arruga, seguro.
Fotos: LAURENT DELOYE y ARJONA
