FERIA DE LA COMUNIDAD

Fernando Plaza cautiva por su verdad en Las Ventas

El madrileño da una vuelta al ruedo y destaca ante una buena novillada de Montealto; Pablo Mora y Diego San Román, silenciados en sus lotes
Gonzalo I. Bienvenida
miércoles 01 de mayo de 2019

Fotos: JAVIER ARROYO

Dentro de la seriedad que exige Madrid, los novillos de Montealto trajeron a Las Ventas la presentación acorde a una novillada. El primero, alto y ancho de sienes, resultó abanto de salida. Lo recogió Pablo Mora con oficio. La emoción llegó en el tercio de quites: Diego San Román impresionó por su quietud por gaoneras y Mora respondió estoico de frente y por detrás. Encomiable actitud de los dos novilleros. En la franela no desarrolló el novillo de Montealto todo lo apuntado. Por falta de celo unas veces y por estar demasiado parado otras. Pablo Mora estuvo firme y entregado. Hubo momentos de interés, especialmente sobre el pitón derecho, por el que tenía mejor estilo el novillo. Remató por manoletinas y se atascó accidentalmente con los aceros: se cortó la mano derecha y le pegó un derrote en el vientre.

Bien hecho y armado fue el cuarto. Con cuello, recto de lomo. Pronto mostró mejor condición por el derecho en el saludo de Pablo Mora. El de Montealto fue noble. En la muleta le faltó continuidad dentro de su humillación. Las dos primeras arrancadas de cada tanda eran buenas, después no terminaba de buscarla por abajo. Mora trató de ligar sin demasiada transmisión. Hubo derechazos largos dentro de un conjunto que no llegó arriba. La estocada cayó en lo alto.

El quinto abría la cara sin demasiado perfil de pitón. Las puntas hacia adelante de forma ofensiva. Diego San Román lo recibió con buen gusto por verónicas. Por el derecho se quedaba por debajo, por el izquierdo se desplazaba mejor. Por ahí dibujó bellísimas verónicas sometidas. Se le dieron tres puyazos al novillo y estuvo bien lidiado por David Blázquez, que a punto estuvo de ser alcanzado tras una caída en la cara del utrero. Trujillo dejó dos pares inmensos. Obligó mucho al novillo con doblones flexionados que agotaron al novillo. Se puso por el derecho, el pitón malo, e insistió en demasía. Cuando se puso por el izquierdo ya no pasaba. La soberbia estocada y su cabal colocación fueron lo mejor de la faena.

El sardo que hizo segundo mantuvo el listón de la seriedad. De manos más cortas pero corpulento, montado de salida. Bruto fue su comportamiento de salida, después mostró su mansa condición en varas. Fernando Plaza quitó por gaoneras. Muy asentado se mostró Diego San Román con el mansurrote, que embistió a arreones. El mexicano dejó patentes sus estilosas formas: fino, asentado, con buen trazo. La espada cayó baja en el segundo encuentro.

El tercero fue precioso de hechuras y expresión. Fernando Plaza lo recibió con paciencia, empapándolo en los engaños hasta darle una verónica por el derecho con mucho temple. Arrancó la faena por estatuarios con una serenidad pasmosa. A base de temple atemperó las bravas embestidas del novillo de Montealto, que lo quiso todo por abajo. Logró muletazos muy templados por ambos pitones, tirando con suavidad de la embestida, sin vender nada. La verdad de Plaza fue indiscutible. La calidad llegó en un desdén por el derecho y una tanda cumbre al natural antes de enterrar el acero en todo lo alto. Tardó en caer el novillo hasta sonar los dos avisos. Una ovación despidió con justicia al novillo y otra agradeció a Plaza la pureza derrochada.

La buena condición del sexto vino a redondear la buena novillada de Agustín Montes. Bien presentado también. Fernando Plaza lo recibió con buena actitud, por momentos dejó impronta de su temple con el capote. Impactó el inicio de la faena, de rodillas. Se le quedó por debajo pero no le importó, se volvió a poner y aguantó otro frenazo sin inmutarse. Le faltó un punto de vibración al toro para llegar más. Hubo muletazos ceñidos, largos, en redondo. Madrid lo cantó con fuerza. El final de la faena, ganando mucho el pitón, tuvo tanta pureza como belleza. La estocada cayó trasera tras un pinchazo y la petición quedó en una vuelta al ruedo. La no concesión de la oreja fue completamente injusta.

Madrid, miércoles 1 de mayo de 2019. Novillos de Montealto, bien presentados y de buen juego en conjunto, especialmente el tercero. Pablo Mora, silencio tras dos avisos y silencio; Diego San Román, silencio en ambos; Fernando Plaza, ovación con saludos tras petición y dos avisos y vuelta al ruedo. Entrada: Menos de un cuarto. Destacó bregando al quinto David Blázquez y Juan José Trujillo con las banderillas.

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