FERIA DE ABRIL

El temple de Álvaro Lorenzo y un bravo toro de El Pilar

El toledano dio la única vuelta al ruedo de un festejo en el que destacó el encastado cuarto del desigual encierro de El Pilar
Carlos Crivell
martes 07 de mayo de 2019

Fotos: ARJONA

El toro que abrió plaza, alto, cuesta arriba, manso, debió ser devuelto por su manifiesta invalidez. Tras una lidia muy prolija, Pepe Moral lo intentó pero la mala condición del animal impidió su lucimiento. Mató de un pinchazo y una estocada atravesada. Hubo pitos al toro y silencio para el torero.

El segundo, más reunido y armónico, tomó dos varas con poco celo. Quitó por chicuelinas Ginés Marín. Álvaro Lorenzo realizó una faena inteligente en la que se vio molestado por el viento. Templó bien, mejor por la izquierda, por donde los naturales tuvieron ritmo y cadencia. El toro acabó rajado. Después de un pinchazo y salir tropezado, el toro le hizo hilo y a punto estuvo de ser alcanzado. Luego dejó una estocada. La petición fue insuficiente, dando el toledano la vuelta al ruedo.

El tercero fue también un toro alto, ligeramente bizco del izquierdo, que salió con poca fijeza. Marín comenzó con verónicas y terminó con chicuelinas. No se empleó el de El Pilar en dos varas, llegando a la muleta con la cara a media altura y doblando las manos cuando el torero le exigió. La faena fue larga, con fases más logradas y otras menos brillantes. Se mostró muy sereno, acertó en la distancia y lo templó. El viento fue un invitado indeseable. Mató de estocada trasera y saludó una ovación.

El cuarto fue un toro muy serio, alto y amplio de cuna. Pepe Moral se lució con el capote por verónicas y chicuelinas, sintiéndose especialmente a gusto en dos medias de remate. El toro fue bien lidiado y lucido por su matador. Tomó dos varas espectaculares arrancándose desde lejos. Juan Antonio Carbonell anduvo muy bien a caballo. El toro se movió en la muleta y en ocasiones se mostró algo brusco. Fue un toro encastado. Moral no acabó de templar sus arrancadas, que no fueron fáciles. Faena larga, con más tandas sobre la diestra, pero sin acoplamiento. Mató de estocada algo atravesada. Silencio para el torero de Los Palacios. El toro, en cambio, fue ovacionado.

No pudo lucirse Álvaro Lorenzo con el capote con el quinto, que tomó dos varas con poca entrega. El toro fue noble pero soso y la larga faena del toledano fue de menos a más, mejorando conforme avanzaba porque poco a poco fue cogiéndole el temple al astado. Hubo toreo despacioso en numerosas tandas sobre ambos pitones en las que el toro, sin excesiva transmisión, no puso la emoción necesaria. La muy larga faena acabó con bernadinas, previas a una estocada trasera y tendida. Saludos tras un aviso.

El sexto fue otro serio, bien armado y de amplia cuna. No hubo lucimiento con el capote de Ginés Marín. Tomó dos varas sin mucha bravura. A la muleta llegó con alguna brusquedad, echando la cara arriba al final y no repitiendo las embestidas. Fue un toro carente de clase. Marín realizó una faena sobre ambas manos sin poder ligar los pases a un toro al final muy poco lucido. Mató de un pinchazo y estocada desprendida. Silencio.

Sevilla, martes 7 de mayo de 2019. Feria de Abril. Noveno festejo de abono. Seis toros de El Pilar, bien presentados y en el tipo de su encaste. De juego desigual: sin fuerzas el 1º; noble y soso el 2º; sin clase el 3º; bravo pero complicado el 4º; noble el 5º; y desclasado el 6º. Pepe Moral, silencio en su lote; Álvaro Lorenzo, vuelta al ruedo tras leve petición y saludos tras aviso; y Ginés Marín, aplausos y silencio. Entrada: Media plaza. De entre las cuadrillas destacaron dos grandes puyazos de Juan Antonio Carbonell, una buena brega de Domingo Siro y los lucidos pares de Antonio Manuel Punta al sexto.

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