REPORTAJE

Carriquiri: puntal de su estirpe

"Nuestro objetivo es volver a Madrid y proporcionar más oportunidades para toreros y novilleros. Iremos cuando consigamos las condiciones con las que creamos que tenemos más oportunidades", explica María Briones
José Miguel Arruego
jueves 16 de mayo de 2019

Con los mimbres de un hierro legendario y la base de un encaste mítico creó don Antonio Briones una vacada a su imagen y semejanza, que después de tres décadas en sus manos ha consolidado como uno de los puntales de su estirpe. Madrid como plaza trampolín, y un puñado de toros como icono de su concepto de bravura avalan a Carriquiri para reverdecer más pronto que tarde éxitos no tan lejanos en el tiempo.

Poco o nada tiene que ver la actual vacada con la que creó don Nazario, el banquero navarro que allá por el siglo XIX puso en valor su apellido, no solo como financiero sino como criador de reses bravas. Sus temidos toros navarros alcanzaron gran predicamento y notable cotización en la época, y cuando a los toricos royos les llegó su ocaso por el camino que emprendió el espectáculo y la selección de la bravura, las reses y el pial fueron pasando por diferentes manos hasta llegar a don Antonio Briones a finales de la década de los ochenta de la pasada centuria.

Con el encaste núñez como base, María Briones, hija del propietario del hierro, nos cuenta cómo ha llegado la vacada hasta nuestros días: “Ahora mismo tenemos 164 vacas de vientre. Es un número más reducido que en el pasado, que llegamos a tener hasta 300 pero redujimos. Este año tenemos dos corridas de toros, tres novilladas con caballos y dos sin caballos de erales. Todo el encaste es núñez con tres vías: Alcurrucén, Carlos Núñez y también tuvimos algún semental de Nazario Ibáñez con el que refrescamos”, explica.

Dentro de esta aleación, la ganadera aclara: “Tuvimos una parte importante de Alcurrucén, tuvimos un número importante de vacas suyas, y seguimos con esa línea, que es la mayoritaria dentro de la ganadería. Mi padre originalmente lo que compró lo refrescó con Manolo González y Carlos Núñez y hace ocho años con algún semental de Carlos Núñez y con alguno de Nazario por abrir un poco”, explica con detalle.

Aficionados y profesionales conocen la aleación de sangres -Rincón y Villamarta- que da origen al encaste Núñez. Por eso procede preguntar a nuestra protagonista cuál de las dos predomina en la divisa extremeña. “Inicialmente lo llevábamos por separado, y luego Rincón absorbió Villamarta. Ahora mismo ya no hay una diferencia clara. Casi todo lo que teníamos era Rincón y la pequeña parte que teníamos de Villamarta pues poco a poco se fue diluyendo”, aclara.

¿Entonces os gustan más las cualidades de la rama Rincón?, le interrogamos. “Sí -responde rauda- porque la propia ganadería fue virando en ese sentido a través de la selección. Villamarta quedó más reducida en número y en un momento dado decidimos ir absorbiéndola con Rincón, se metieron sementales de Rincón con vacas de Villamarta, y ahí Villamarta fue diluyéndose sobre todo por la selección que se hizo en vacas de tienta, que se fueron reduciendo en número y luego al ir cruzando con Rincón fue disolviendo esa rama”, subraya la criadora.

Cuando se le pregunta por esa selección, en definitiva por lo que le piden a machos y hembras en las tientas, María Briones argumenta que, como todo ganadero, comprende como ideal para sus animales “que sean bravos, que embistan, que tengan raza, que humillen…, todas esas características que al ganadero le ilusiona poder llegar a ver en una plaza en un toro suyo: que sea colaborador en el espectáculo, que tenga movilidad, que tenga acometividad, que sirva para el torero, pero también que tenga emotividad en esa creatividad que hay en el ruedo. Que el toro emocione al torero y a la gente que está arriba, que es a quien le tiene que llegar”.

Pero, advierte la ganadera, este encaste “quizás en ocasiones requiera no de más experiencia en el torero, pero sí de ser conocedor del mismo, porque es un animal frío de salida, que hay que ir amoldando poco a poco, que hay que comprenderlo y que es verdad que si el torero llega a esa situacion de entendimiento, el toro sí que tiene ese tranco más. Ese encaste nos ha embaucado más en cuanto a su forma de embestir. Es un toro que siempre va de menos a más, de frío hasta que consigue romper para adelante cuando sale un toro bueno y nosotros sí estamos convencidos con este encaste”.

En este momento de la charla, surgen nombres de varios toreros clave en su opinión en la historia de esta ganadería, que además les reportaron destacados éxitos en sus respectivas trayectorias. “En casa estuvieron mucho tiempo Pedro Carra y Antonio Ferrera, que abrió la puerta grande de Las Ventas con una corrida de casa, pues cortó las orejas del toro Expósito en la Feria de San Isidro de 2002, más tarde Iván Fandiño, que fue un torero que estuvo mucho en casa, que triunfó con el toro Delicioso en la Goyesca de 2011 en Las Ventas y a partir de ahí surgió un entendimiento con la afición de Madrid y con esta casa. Siempre estará en el recuerdo de todos los que formamos parte de Carriquiri”.

Pero no son los únicos, la ganadera enseguida rememora más protagonistas: “No me quiero olvidar de Rafael de Julia, que fue nuestra primera gran sensación en Madrid, en su segunda corrida como matador salió por la puerta grande con dos toros de nuestra casa. También muchos otros, Javier Castaño, excelentísimo torero y muy entendido del encaste, Alberto Aguilar… Muchos toreros han pasado por casa a los que les tenemos un grandísimo cariño y siempre esperamos que cuando maten nuestros toros les proporcionen el triunfo que queremos”.

Estos triunfos, además, sirven para corroborar la exitosa relación de esta divisa con la Monumental venteña: “Ha habido corridas que han funcionado mejor, también hubo otras que por circunstancias no han funcionado y nuestro objetivo siempre es el de todo el mundo: todos queremos estar allí y que haya triunfos. Toreros, ganaderos, empresa, público… Nuestro objetivo es volver a Madrid y proporcionar más oportunidades para toreros y novilleros e iremos cuando las condiciones sean las que nosotros consideremos que tengamos más oportunidades, que estemos convencidos de los toros con los que vamos, con los sementales de los que proceden. Este año probablemente lidiaremos una novillada allí. Veremos cómo se desarrolla”.

La última tarde de esta divisa en Las Ventas, hace ahora tres años, también fue con una novillada y el resultado volvió a ser satisfactorio. La ganadera lo recuerda: “Se lidió en el mes de julio y cortó una oreja Aitor Darío “El Gallo”. Al tener una camada corta es complicado conseguir ocho o diez toros para Madrid, con la exigencia que implica, ahí está nuestro hándicap, que las ganaderías cortas hay años que no tenemos posibilidades de acudir a Las Ventas básicamente por el número de animales. Pero nosotros con nuestras 160 vacas nos sentimos bien y no queremos aumentar el número a base de disminuir calidad. Apostamos por que salga en Madrid o en cualquier plaza el toro que estamos buscando”.

Un toro que no solo tiene matices en su embestida, sino también en su morfología, su conformación y su pinta tal y como explica su criadora y propietaria. “Tenemos negros, castaños, colorados… Tuvimos un semental de Alcurrucén de pelo berrendo que marcó mucho, y por eso tenemos muchas vacas berrendas y machos berrendos, algo que además nos gusta porque creemos que aporta variedad y vistosidad al espectáculo”.

Camada corta, pero selecta

Plaza 1, empresa de Las Ventas, ha reseñado una novillada de esta ganadería para la temporada en La Monumental capitalina, un festejo que será el puntal de una camada corta, pero selecta. “Tenemos dos novilladas más que probablemente se lidien en Extremadura, y dos corridas que se está viendo para ver dónde se pueden colocar, no hay nada cerrado”, comenta la ganadera, que además añade: “Llevamos un toro a la corrida concurso de Zaragoza, ahora en abril, una corrida importante en la que estamos ilusionados por vernos anunciados en una plaza de esa categoría”.

Un hierro emblemático, un tesoro y una marca única

No son dueños de un hierro cualquiera. Se saben poseedores de un tesoro. Por historia y por leyenda. Y lejos de esconderla buscan potenciarla. Y no solo en el ruedo. María lo argumenta así: “Fue una decisión clara por parte de mi padre desde el inicio en su andadura ganadera. Compró el hierro, divisa y señal de Carriquiri, nunca quiso anunciarlo a nombre de Antonio Briones. Carriquiri es un hierro histórico que debe perdurar porque es historia de la Tauromaquia. El objetivo es mantenerlo tanto en la ganadería como en otras actividades culturales, como por ejemplo en la biblioteca que tenemos, una biblioteca de mucha importancia que también se llama Carriquiri, y no Antonio Briones”.

“Son formas de hacer que la historia de Nazario Carriquiri, fundador de la ganadería, pase a lo largo de los años y perdure y llegue a las generaciones venideras, para que no pierdan el sentido que tuvieron. Nosotros estamos muy orgullosos del hierro, del nombre, de la ganadería, de la biblioteca, y siempre queremos que la situación sea lo más propicia en la ganadería para que proporcione triunfos, y en la biblioteca para que la historia cultural de este arte permanezca y llegue a las generaciones futuras”, concluye.

Fotos: ARJONA

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