FERIA DE SAN ISIDRO

Puerta grande para un rotundo Roca Rey en Madrid

El peruano, corneado por el tercero, salió a matar al sexto y se entregó al máximo en una faena para la historia
Gonzalo I. Bienvenida
miércoles 22 de mayo de 2019

Fotos: JAVIER ARROYO

Una ovación estalló en el turno de Roca antes de salir el sexto. Por los tendidos se había corrido el rumor de la cornada. Muy abanto resultó el bajo y serio toro de Parladé. Rebotado de los caballos, se quedó sin picar con sueltas oleadas. Nadie veía al toro por ningún lado. Roca Rey, sí. Tras brindar al público, empezó con un pase cambiado por la espalda y una tanda que fue un pulso a vida o muerte. Las oleadas y los derrotes no cesaban pero la clave de la faena estuvo en la apabullante seguridad de Roca Rey. Primero aprovechó las inercias, con la mano derecha, para después someterlo con toques abajo y muleta rastrera. También el toro respondió con emotiva entrega. Especialmente en una tanda extraordinaria al natural. Dejó la muleta muerta, tragó y tiró despacio de la embestida crujiendo la cintura. Lo bordó. La emoción de la casta, nada fácil, y la deslumbrante entrega del peruano. Otro natural cumbre en redondo antes del final por bernadinas. La plaza fue un manicomio. La trincherilla como broche. Se volcó sobre el morrillo y las orejas premiaron la mejor faena de lo que va de San Isidro. De novillero ya salió a hombros con una cornada y tuvo que ir a la enfermería tras la puerta grande. En esta ocasión, la herida que le produjo el tercero tampoco le impidió gozar de una multitudinaria y apasionada salida en volandas.

El tercero fue devuelto por falta de fuerza, saliendo en su lugar un sobrero de Conde de Mayalde, bastito pero corto de manos. Prácticamente de salida, Roca Rey se echó el capote a la espalda. Tras una primera gaonera de infarto, resultó cogido con violencia en la segunda. La banda y el vientre del vestido, completamente destrozados. Tras el susto se fue a los medios, por ceñidas chicuelinas ahora y una bonita media. Quedó sin picar por las huidas constantes del sobrero de Mayalde. Genio apuntó en la lidia. Roca Rey brindó al Rey Emérito, Juan Carlos I. Arrancó por inverosímiles estatuarios, los dos últimos imposibles. Apretaba el toro hacia dentro. La movilidad tuvo fondo de mansedumbre, las embestidas fueron agrias. Roca Rey apostó por los dos pitones. Se puso sin reserva alguna. El toro no se entregó en ningún momento. El peruano se la jugó a carta cabal. El borrón llegó con la tizona: bajonazo que hizo guardia y provocó derrame. Fue ovacionado al pasar a la enfermería.

LÓPEZ SIMÓN, OREJA

Una oreja cortó López Simón al buen segundo de Parladé. Un toro de buena hechura que tuvo transmisión desde salida. El torero de Barajas lo recibió dispuesto. En la lidia de Yelco Álvarez se vislumbró el pitón bueno, el derecho. Tras un inicio con cambiados por detrás, muy inteligente estuvo López Simón, que no dejó nunca parar al colaborador domecq. Emotiva ligazón por encima de temple. Más costoso fue por el pitón izquierdo, quedándose por debajo y sin terminar de ir de verdad. Tras pasarlo por ese pitón con oficio volvió a la derecha elevando el ambiente. Las bernadinas y orticinas finales pusieron en pie a los tendidos. La contundente estocada cayó desprendida.

La pareja corrida trajo otro buen toro de hechura soñada y bonita cara, con el punto tocado arriba que aportaba seriedad. López Simón se fue a portagayola. El cuerpo a tierra fue la mejor opción cuando apareció el misil con el hierro de Parladé. La afición agradeció el gesto. El otro momento de emoción llegó con Yelco Álvarez, que buscó al toro con las banderillas cuando éste esperaba con dificultad. Arriesgó de verdad y Madrid le ovacionó. El toro cantó la gallina tras una primera tanda en la que dejó ver su buena condición. Ya rajado, López Simón se arrimó. Tras media estocada atravesada, descabelló con precisión. Saludó.

El Cid saludó una ovación que reconoció su trayectoria antes de recibir al salpicado primero. Un toro de Parladé de soñadas hechuras y acodada encornadura. La divisa negra homenajeaba a Fernando Domecq. En los primeros tercios apuntó falta de fondo, como dormido en la lidia. No fue muy lucido el quite de López Simón, que terminó desarmado. Se animó tras banderillas, incluso El Cid aprovechó un relance para hilvanar una verónica y una media. En la muleta la nobleza dio paso a buen ritmo aunque escaso de transmisión. El Cid se dobló con suficiencia al principio y trató de relajarse después. Una tanda llegó al tendido antes de pinchar. Palmas.

El fino cuarto, de avacada expresión, descolgó de salida en el lacio capote de El Cid. Continuó humillando en la lidia. El Cid brindó a Juan Carlos I. El toro no rompió pese a su buena condición. El Cid lo intentó sin lograr llegar arriba. La media estocada, muy agarrada, quedó en todo lo alto. Saludos tras aviso.

Madrid, miércoles 22 de mayo de 2019. Feria de San Isidro. Toros de Parladé y uno (3º bis) de Conde de Mayalde, sustituto del titular devuelto por flojo. El Cid, palmas y ovación saludos tras aviso; López Simón, oreja tras aviso y ovación con saludos; y Roca Rey, ovación al pasar a la enfermería tras aviso y dos orejas tras aviso. Entrada: Lleno de “no hay billetes”. El Cid fue obligado a saludar tras el paseíllo en su adiós a Las Ventas. Los toros lucieron divisa negra en señal de duelo por la muerte de Fernando Domecq Solís, tío del ganadero de Parladé, Juan Pedro Domecq Morenés. El Rey Emérito, D. Juan Carlos I, asistió a la corrida junto a la Infanta Dª Elena.

ROCA REY, HERIDA DE 6 CM. “Herida por asta de toro de 6 cm. en tercio superior cara posterior muslo derecho que rompe fascia superficial y lesiona musculatura isquiotibial. Contusiones y erosiones múltiples. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería de la plaza de toros bajo anestesia local. Pronóstico: Reservado, que no le impide continuar la lidia. Firmado: Máximo García Leirado”.

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