Caracas, Quito, Bogotá. La siguiente capital que camina al peligro de quedarse sin toros es Lisboa. La propiedad de la plaza, en maniobra política de los socialistas, ya no tiene obligación de celebrar corridas de toros en Campo Pequeno. Al ser un coso multiusos, su rentabilidad ya no pasa por dar toros y pueden ganar dinero de otra forma. Sin duda alguna es una estrategia política para terminar con los toros. Pero también una consecuencia de haber convertido al histórico coso en un lugar para todo tipo de eventos, parking incluido.
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