HISTORIA

La última hazaña de Ruiz Miguel en el Coliseo

Se cumplen tres décadas de la triunfal despedida de Nimes del torero gaditano
Rolland Agnel
miércoles 05 de junio de 2019

Es el torero que más corridas de Victorino ha lidiado en su carrera. A tal punto, que no se sabe muy bien si los victorinos han hecho a Ruiz Miguel o si Ruiz Miguel ha dado a los victorinos su grandeza.

A partir de su alternativa el 27 de abril de 1969 en Barcelona, Francisco Ruiz Miguel llevó una carrera de guerrero, enfrentándose a los hierros más ásperos del campo ganadero. En 1989, después de 20 años de alternativa, decidió saborear un merecido retiro muy bien ganado. El 11 de mayo de aquel año, Francisco Ruiz Miguel encabezaba en Nimes el cartel de la corrida de Victorino Martín. Un cartel compuesto por otros dos lidiadores consumados: Roberto Domínguez y Luis Francisco Esplá. Fue el último paseíllo en el anfiteatro romano del de San Fernando, del que este año se cumplen tres décadas.

Los toros de Victorino, muy bien presentados, con trapío pero desiguales, alcanzaron un peso medio de 549,5 kilos. Dos de ellos sobrepasaron los cinco años. Fueron fieros y con malas intenciones. “Una corrida muy fiera… que dio un juego propio del año 20”, escribió Salvador Pascual en su crónica (Aplausos n° 607 del 15 de mayo de 1989). Toros ásperos a los cuales no se les podía dar un muletazo completo sin jugarse la femoral. Pero toros muy del gusto del público por el interés que despertaron, por su gran movilidad y poder. Y sobre todo, toros que dieron a la corrida toda su verdad.

Ante esos pupilos, Francisco Ruiz Miguel saludó una ovación merecida después de haber finiquitado a su primero. Supo imponerse a este toro, de mucha presencia, incómodo sobre el pitón derecho, mejor sobre el izquierdo.

En su último toro en Nimes, un animal de unos 605 kilos, de arrancadas imprevisibles pero repetidor, la faena empezó en tono menor con un oponente que no se dejaba. Ruiz Miguel firmó una labor generosa, de mucha determinación y técnica. Su esfuerzo hizo que el público, ya metido con el torero, vibrara en los últimos minutos de la faena. Tres grandes naturales de frente, un largo pase de pecho en el mismo centro del ruedo y dos pases de rodillas llegaron con mucha fuerza al tendido. Tranquilo y seguro, Ruiz Miguel, a pesar de recibir un recado presidencial, quería rubricar a lo grande su despedida del coso nimeño sellando su obra de manera indiscutible. Por eso, con la tizona en la mano, se la jugo totalmente volcándose en el morrillo del toraco, dejando un estoconazo memorable en buen sitio, saliendo prendido de manera dramática a nivel del vientre. Por suerte, todo quedó en un fuerte susto. Sin ninguna discusión, asomaron dos pañuelos blancos en el palco presidencial. No hubo protesta alguna. Con las dos orejas en la mano, Ruiz Miguel inició una primera vuelta, dio una segunda después y, para su despedida de Nimes, se abrió la puerta grande al finalizar una corrida de toros muy entretenida.

Después de su retirada de 1989, hubo algunos regresos puntuales a los ruedos. Así, el 20 de agosto de 2011, con 62 años, reapareció en Sanlúcar de Barrameda para matar una corrida de Fuente Ymbro junto con Finito de Córdoba y Juan José Padilla. Toreó en 2012 en la plaza francesa de Arles, con motivo de la despedida de esta plaza de El Fundi.

En 2014 inauguró la plaza de Almedinilla, anunciando que esta corrida era la última, pero finalmente se retiró de forma oficial de los ruedos el 18 de julio de 2015, en su San Fernando (Cádiz), tras cortarle la coleta uno de sus hijos.

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