FERIA DE SAN ISIDRO

El temple de Curro Díaz y la verdad gravemente herida de Román

El valenciano recibió una terrorífica cornada de 30 cm del toro al que le cortó la oreja; el de Linares lo bordó con su desmayada mano derecha
Gonzalo I. Bienvenida
domingo 09 de junio de 2019

Fotos: JAVIER ARROYO

Román se jugó la vida sin trampa ni cartón con el complicado tercero de Baltasar Ibán. No escatimó en su esfuerzo con un aplomo tremendo. Un auténtico tío fue el tercero: largo, con dos astifinas velas, tocado arriba. Tuvo disparo desde salida, mucho gas bien ahormado por Santiago Morales “Chocolate” que había sido derribado en el primer encuentro. El toro empujó. En banderillas se puso imposible: esperando mucho, tardo en la caótica lidia y para colmo el irresponsable presidente Gonzalo de Villa obligó a pasar en siete ocasiones a César Fernández y a El Sirio hasta que reunió las cuatro banderillas reglamentarias en lo alto. La absurda exigencia a punto estuvo de costar un disgusto. El de Ibán, cada vez más orientado, cazó al Sirio y en el suelo le partió la chaquetilla de un derrote. Milagrosamente se libró el subalterno. Muy decidido estuvo Román desde el inicio. Había que esperar mucho al tardo toro de Ibán que cuando se arrancaba lo hacía con desbordada violencia y con la cara por las nubes. El valenciano tragó quina, se colocó de verdad y se jugó la vida a carta cabal. Aprovechó las embestidas hacia dentro para ligar algunos muletazos. Muy cruzado siempre, muy de frente. El toro se rajó ante la apabullante seguridad de Román. Se tiró a matar con la misma verdad y recibió una terrorífica cornada. Todo el pitón dentro y el valenciano girando sobre él. La plaza quedó conmocionada mientras se lo llevaban a la enfermería. La oreja la recogió Raúl Martí.

El cuarto, engatillado y acapachado, fue serio por su amplia testa. Lo recibió con voluntad Curro Díaz. Arrolló en los primeros tercios. El veterano torero de Linares dejó la montera en la barrera justo en la enfermería. Allí donde estaba siendo operado Román. Empezó la faena con sus clásicos muletazos por abajo con mucho sabor. El de Baltasar Ibán colocó la cara con buena expresión. Dos tandas de derechazos fueron cumbres. Hubo muletazos muy despacio, muy en redondo. Todo tuvo un halo de torería inmenso. Recortes, detalles andando, trincherazos, pases de las flores. Por el izquierdo no hubo el mismo acople. El toro echó la cara arriba desluciendo el final de la obra. La entregada estocada cayó en lo alto y con ella, la oreja.

El primer toro de Baltasar Ibán fue devuelto en banderillas. En su lugar salió un serio sobrero de Montealto, burraco y armado. Embistió con todo de salida, tanto que perdió las manos con su codicia. No fue franco al caballo, pegó oleadas sin centrarse en banderillas. Cuando Curro Díaz se puso con la muleta era una incógnita. Soltó un derrote seco al final de los muletazos en ese arranque de faena genuflexo. No se mostró convencido el torero de Linares y el toro se fue viniendo arriba. Le tragó mucho al natural esperándolo con la muleta entre los muslos. El de Montealto pasó sin demasiada clase. Curro no terminó de apostar. Estocada tras pinchazo.

Curro Díaz lidió el toro que le correspondía a Román que a su vez sustituía a Emilio de Justo. Fue un toro fino, en la línea Contreras. Hizo algunos extraños con la vista, como regates. Curro Díaz trató de torearlo con el capote pero los frenazos no se lo permitieron. Empujó con la cara por las nubes y fue difícil para banderillear. En la muleta Curro Díaz trató de torearlo de uno en uno pero el toro no respondió con calidad.

El segundo de Baltasar Ibán, fino y serio por delante, tuvo un comportamiento alocado de salida. Pepe Moral lo paró con determinación. Se templó algo en el caballo de José Antonio Carbonell. Pepe Moral se mostró muy firme y logró enjaretarle dos buenas tandas sobre la mano derecha. Ganó la cara entre muletazo y muletazo, dejándosela siempre puesta. El toro respondió bien a la exigencia aunque perdió fuelle. Lo acusó por el pitón izquierdo por donde no se empleó igual. Perdió intensidad la faena. Pinchó antes de dejar una estocada suelta.

El quinto fue un pavo. Abierto de cara y astifino. Muy serio. Fue un toro reservón en su comportamiento. Abanto de salida, irregular en banderillas. En la muleta no tuvo una embestida igual a la otra, midiendo mucho con dificultad. Moral resolvió como pudo aunque se atascó con los aceros.

Madrid, domingo 9 de junio de 2019. Feria de San Isidro. Cinco toros de Baltasar Ibán, bien presentadados y de complicado juego, a excepción del buen 4°; y un sobrero de Montealto (1º). Curro Díaz, silencio, oreja y silencio en el que mató por Román; Pepe Moral, silencio y pitos tras aviso; Román, oreja y herido. Entrada: Más de tres cuartos.

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