CORRIDA DE LA CULTURA

Puerta grande a la autenticidad absoluta de Ureña en Las Ventas

El murciano, que fue duramente volteado, logra el sueño de triunfar en Madrid tras desorejar a un notable toro de Victoriano del Río; Castella y Roca Rey, sin suerte
Gonzalo I. Bienvenida
sábado 15 de junio de 2019

Fotos: JAVIER ARROYO

Apareció el sexto justo después de regresar Ureña de la enfermería. La emoción a flor de piel mientras recorría el murciano el callejón y la plaza entera le ovacionaba. Toreó desde el principio espatarrado por verónicas, ganando terreno, a cada cual más suave. El toro empujó y lo agarró en todo lo alto Pedro Iturralde. El inicio de faena volvió a poner a Madrid en pie: intercaló trincherillas, pases de la firma, ayudados por bajo y un pase de pecho a la hombrera contraria. La emoción continuó en la primera tanda sobre la derecha, donde el toro respondió con mucha humillación pese al defecto de salir con la cara por alto. Se echó la muleta a la mano izquierda y llegó el temple absoluto de Ureña, que tiró de la embestida en dos tandas rotundas. El toro derrochó calidad por ese pitón. Ureña lo bordó, con el compás abierto y con el compás cerrado. Muy despacio, muy vertical, con mucho gusto. Obra medida y muy sentida. En la tercera tanda cogió la espada, volvió a desplegar naturales eternos, más en redondo esta vez. La estocada en lo alto completó el sueño. Tardó el notable toro de Victoriano del Río en echarse. Dos orejas tras aviso.

El segundo, acucharado de cara y ancho de sienes. Humilló de salida. Paco Ureña salió entregado y le recetó un gran ramillete de verónicas con una media abelmontada. Comenzó el toro a tornarse abanto. Salió escupido de los caballos y fue corretón en banderillas. A punto estuvo de coger a Agustín de Espartinas al tomar el olivo en terrenos del 5. Se le recriminó a Castella su mala colocación durante el tercio de banderillas, que podía haber costado un disgusto. Antes había habido rivalidad en quites: Roca Rey por chicuelinas ceñidísimas, Ureña por delantales dormidos. El murciano levantó a Madrid con el desplante final. Arrancó la faena que había brindado a su peón herido Víctor Hugo Saugar ‘Pirri’ sentado en el estribo. La exigencia permitió al de Victorino centrarse en las telas del torero de Lorca. Ya en los medios todo fue temple, especialmente por el pitón izquierdo echando todos los vuelos hacia delante y llevándolo muy toreado. Cuando estaba tomando vuelo la faena recibió un duro volteretón. En el primer muletazo de una serie a derechas el toro le cogió de lleno y le pegó varios derrotes en las piernas y el costado. Se repuso y siguió, volvió a dejar naturales con su sello, ahora de uno en uno. Madrid continuó rugiendo con Ureña. El pinchazo previo a la estocada enfrió un poco. Vuelta al ruedo tras petición. Se retiró a la enfermería.

Ambiente de máxima expectación y con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo. El primero de Victoriano del Río fue algo protestado de salida pese a su seria cara, astifino. Colocó la cara de salida, Sebastián Castella lo recibió por verónicas. Perdió las manos, por lo que hubo ciertas protestas. Castella brindó a sus compañeros heridos tras un buen tercio de banderillas de Rafael Viotti. El toro fue perdiendo celo, no así nobleza. Castella había arrancado por estatuarios, quizá un punto exigentes, por lo que el toro se apagó pronto. Aun así hubo momentos de lucidez del francés. Silencio.

Muy pareja resultó la primera mitad de la corrida. Otro toro un punto alto, con cuello, lomo recto. Con la cara hacia delante. No se empleó de salida en el capote de Roca Rey. No fue un toro fácil por la movilidad que tuvo constantemente. Muy abanto también resultó en el inicio de faena de Roca Rey por estatuarios. Logró quedarse con él con la mano derecha; entonces el mansito enseñó su casta humilladora con mucha emoción. Al tercer muletazo reponía con peligro, el peruano le tragó y remató siempre con el forzado de pecho. Tuvo mérito la faena. A la movilidad le faltó entrega. Roca Rey lo intentó por los dos pitones. Hubo momentos de mucha intensidad por la entrega del peruano y el nervio del toro. La espada cayó baja tras pinchazo. Silencio tras aviso.

El cuarto, de abrochada cara y montada expresión, salió con mucho nervio. No pudo torearlo a gusto con el capote Castella. Melgar le arreó trasero y mal. El francés quitó por chicuelinas muy verticales. Expuso mucho José Chacón en banderillas. En la muleta aguantó tres series con mucho disparo. En cuanto se acabó esa inercia soltó la cara, saltó por encima del palillo y resultó violento. Castella porfió hasta el final, ya en tablas. Lo mató de un bajonazo. Silencio.

En quinto lugar se lidió el que iba a cerrar la tarde ya que Paco Ureña continuaba en la enfermería. Más destartalado que sus hermanos por su amplia cara y falta de remate en los cuartos traseros. Brindó a Juan Pablo Corona, su apoderado en América. Roca Rey lo recibió con actitud. Muy suelto en los sucesivos tercios. Salió suelto de nuevo en la muleta de Roca Rey. Estuvo cicatero parte del público con su colocación. El toro pasa en modo huída. Sin celo ni clase. Tampoco transmisión. Pinchó dos veces antes de la estocada. Silencio.

Madrid. Sábado 15 de junio de 2019. Corrida de la Cultura. Toros de Victoriano del Río. Corrida bien presentada, pareja. De noble juego. Destacó el sexto. Sebastián Castella, silencio y silencio; Paco Ureña, vuelta al ruedo tras petición y dos orejas tras aviso; Roca Rey, silencio tras aviso y silencio. Entrada: Lleno de no hay billetes.

PARTE MÉDICO DE PACO UREÑA: “Contusión parrilla costal izquierda con posible fractura y contusión escápula izquierda. Pendiente de estudio radiológico. Pronóstico reservado. Bajo su responsabilidad decide continuar la lidia. Firmado: Dr. Máximo García Leirado”.

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