REPORTAJE CON FOTOS Y VÍDEO DE LOS TOROS RESEÑADOS PARA MADRID

¡Hay Partido!

Partido de Resina lidiará este domingo una corrida de toros en Las Ventas, en la que están anunciados Marc Serrano, Sánchez Vara y Miguel de Pablo, que confirmará alternativa
José Miguel Arruego
martes 25 de junio de 2019

El próximo día 30 regresan a Madrid los toros de Partido de Resina. Poseedores de una arrogancia y una belleza incomparable a cualquier otro de su especie, su estampa sirve de reclamo al aficionado. Ahora que recientemente se han cumplido dos décadas en manos de sus actuales propietarios, y con el festejo de Las Ventas como telón de fondo, su representante José Luis Algora nos habla del presente y del futuro de los toros guapos.

Lo primero es definir el encierro preparado para la Monumental capitalina, al que el domingo harán frente Marc Serrano, Sánchez Vara y el joven Miguel de Pablo, que confirmará su alternativa. “Se trata de una corrida típica de la casa, con mucho trapío, muy seria; está muy rematada por la época que estamos, con toros con buenas hechuras”, comienza diciendo José Luis, que añade además que “esperamos que embista, que transmita mucho, y que dentro de la complejidad de estos toros ofrezca oportunidades para poder cortar las orejas”.

“La asignatura a eliminar es que salga alguno que mansee, como pasó el 12 de octubre del año pasado… que salga un toro manseando es lo que peor llevo”

Hay un precedente inmediato muy cercano, el lote lidiado el pasado 12 de octubre en esta misma plaza. Le pedimos al representante de la vacada que compare ambos encierros y esto es lo que responde: “En lo referente a reatas no coinciden en las madres, sí algunos en los sementales, y en cuanto al trapío pues son corridas de Madrid al fin y al cabo, pero esta es un punto más fuerte. La corrida está muy preparada”.

Al contrario de la moda que se ha impuesto en los últimos años, en muchas plazas pero quizá de modo más acusado en la de Las Ventas, la corrida es toda de cuatreños. José Luis Algora, que además es veterinario, desvela los motivos de esta tendencia.

“La de Madrid es una corrida típica de la casa, con mucho trapío, muy seria; está muy rematada por la época que estamos, con toros con buenas hechuras”

“En esta corrida no hay cinqueños. En los últimos tiempos, sobre todo porque en las ferias tempranas los ganaderos tienen miedo por si el invierno ha sido duro, con mucho agua, a que los toros no les dé tiempo a rematarse, es habitual que se lidien en Las Ventas toros con cinco años, pero en esta ocasión no será así. Aunque hay que reconocer que el cinqueño, además de la presentación, tiene la ventaja de que lleva un año más con el peso que exige Madrid y tiene los tendones y los músculos preparados para ello, el de cuatro años cuando llega mayo tiene los kilos recién puestos, por decirlo así, y es más fácil que puedan acusar falta de fuerza. Por eso muchos ganaderos dejan una corrida de un año para otro, para ir tranquilos y a gusto. Ahora se devuelven muchos menos toros -continúa-. La alimentación y el manejo han sido claves para que, sin bajar el trapío que se ha impuesto, los animales sigan embistiendo. En nuestro caso particular, y voy a tocar madera, hace seis años que no ha doblado un toro una mano. Cada uno ha salido de una manera, pero todos han tenido poder y movilidad”.


El otro cambio sustancial que ha sufrido el toro bravo en las últimas cuatro décadas ha sido el tamaño. Si tomamos como referente al toro Serranito, de esta misma casa, con el que Paco Camino abrió la puerta grande en el San Isidro de 1971 y lo comparamos con cualquier toro de saca de esta misma temporada vemos una diferencia abismal. Y el propio criador lo corrobora.

“Estos toros tienen la particularidad de que no humillan como los de otros encastes, hay que saber entenderlos, tener muy buena colocación, torearlos a media altura, y ahora parece no se sabe torear a media altura”

“Tengo en casa fotografiada la corrida de Serranito entera y ahora no me la aprobarían en Málaga. Y tengo de esa época fotografías de corridas de esta casa con los pitones en los ojos y los mataba hasta Rafael de Paula. Eran una corridas preciosas, con las caras cerradas… pero eso ahora, ¿quién lo vuelve para atrás? Es difícil revertir aquello -prosigue-, por parte de los ganaderos estaríamos encantados, por parte de los matadores seguro que también, pero luego a la afición, que la has acostumbrado a una cosa y a la prensa, que también, cuando no sale ese toro te acribillan. Y hasta los propios equipos presidenciales no se la juegan y no te aprueban una corrida así, porque a mí estos años me han dejado toros preciosos que son el doble de ese Serranito, por decir el presidente… es que nos lo van a pitar y yo les digo pero si es una pintura de toro y me contestan que sí, pero que pesa sólo 500 kilos…”.

En cuanto al comportamiento Algora hacía referencia en el principio de esta entrevista a las “complicaciones en la embestida” de este tipo de reses. Ahondando en el tema, matiza que “estos toros tienen la particularidad de que no humillan como los de otros encastes, hay que saber entenderlos, tener muy buena colocación… Paco Camino le cortó las orejas a Serranito a media altura, y ahora parece que no se sabe torear a media altura, o hacer arte a media altura, cuando se ha toreado en otras épocas estupendamente sin bajar tanto la mano, que es una de las cosas que ha venido a revitalizar Pablo Aguado, por ejemplo, toreando muchos toros con mucho arte a media altura”, explica. “A veces los toreros, y yo lo entiendo, si el 90% de lo que torean y tientan embiste de una manera pues les cuesta acoplarse a esto y más en Madrid, con ese trapío, esos pechos, que imponen mucho”.

También habla de las virtudes de esos animales, sobre todo de su nobleza aunque advierte que “no los puedes torear encima, si les das su distancia, su aire, una de las virtudes de los toros de Pablo Romero es la nobleza. Hay muy pocos toros que te quieran coger, que sean agresivos de buscarte, hay que aprovecharles esa arrancada en la distancia y aprovechar esa inercia. Algunos, desde Joyerito, que humilló una barbaridad, sí salen descolgando, pero otros muchos embisten con el morro a media altura. A todos hay que darles aire; si los ahogas no rompen para delante y se defienden”, subraya.

¿Y el principal problema a erradicar? “Sobre todo la asignatura a eliminar es que salga alguno que mansee, como pasó el 12 de octubre del año pasado… en estos años hemos solventado problemas muy importantes como la falta de fuerza y la consanguinidad, pero que salga un toro manseando es lo que peor llevo”.

Volviendo al festejo del domingo en el coso de la calle de Alcalá y a modo de epílogo le preguntamos por la terna que se va a enfrentar a los antiguos Pablo Romero. ¿Le gusta el cartel?, le interrogamos. “Pues mira, sólo por el hecho de haber dicho que sí a una corrida como esta, los tres matadores ya merecen todo nuestro respeto. Les deseo lo mejor, porque además sé que lo mejor para ellos será lo mejor también para nosotros”, finaliza.

“La tablilla es información para el carnicero”

Al hilo de la conversación mantenida con el representante de Partido de Resina referente al aumento, en ocasiones desmesurado, del tipo de toro, sea del encaste que sea, en los últimos cuarenta años, y sobre el origen del mismo, aparece la tablilla como uno de los principales “culpables”.

“La tablilla predispone mucho al público. Hace dos años, el toro más ovacionado que he sacado en Madrid, Cubanito, pesó 470 kilos, y levantó a la gente del asiento, pero no están acostumbrados a eso. Si ven en la tablilla menos de 500 ya están con la escopeta cargada… pero en realidad la tablilla, ¿qué información da? La tablilla es para el carnicero… Yo veo toros que a ojo piensas que pesan 550 y luego como son bajos, después del viaje igual no llegan a los 500… y en una faena, que es algo artístico, ¿qué tiene que ver el peso del toro? Es como si a partir de un día se nos ocurre poner el peso del torero como los jockeys. La tablilla no aporta nada positivo al espectáculo. Eso obliga a los ganaderos a buscar sementales con mucho trapío. En los años 70 dices que sale un toro de Santa Coloma con 600 kilos y te dicen que estás loco, y ahora no sólo salen sino que además embisten, pero es fruto de un trabajo muy grande y una selección muy exigente por parte de los ganaderos”, asegura Algora.

Sobre si sería bueno suprimirla, Algora propone una solución intermedia. “Una cosa interna, poner en los reconocimientos un corte de 465 kilos para el ganadero como existe actualmente, pero que se quede ahí, entre bastidores. Yo no soy partidario de la tablilla”.

Dos décadas como Partido de Resina

El pasado curso se cumplieron dos décadas de los actuales propietarios al frente de la ganadería, veinte años que estos míticos astados cambiaron su nomenclatura por la actual de Partido de Resina, aunque en la jerga todo el mundo se siga refiriendo a ellos como los “pablorromeros”.

Preguntamos a su representante si se han cumplido las metas trazadas en la hoja de ruta en estos cuatro lustros y la respuesta es positiva: “Las metas se han conseguido sobre todo en cuanto a movilidad y en cuanto a fuerza, que nos ha costado mucho. Han sido muchas horas de estudio hasta que se encajan todas las piezas. Estos animales tenían muchos problemas de consanguinidad, en las articulaciones… prácticamente todos los años el anterior propietario Jaime de Pablo Romero tenía que sacrificar a puerta cerrada diez o quince toros con problemas de artrosis, era algo que genéticamente estaba muy fijado y daba debilidad”.

“Las metas se han conseguido sobre todo en cuanto a movilidad y en cuanto a fuerza, que nos ha costado mucho”

“La consanguinidad es otro de los asuntos en los que más hemos trabajado. Hemos llevado un trabajo grande de abrir líneas, para evitar esos problemas de parentesco, con estudios genéticos y de ADN que hemos hecho a la hora de hacer los lotes”, desvela José Luis.

¿Y en la actualidad tiene vigencia y mercado una ganadería con estas connotaciones? Su representante responde raudo: “Hasta ahora, en estos veinte años, lo hemos sacado todo. Tampoco nos hemos querido aventurar a subir la camada… con nuestras tres corridas y tres novilladas anuales nos estamos manejando, más todos los toros que tenemos de sobreros que luego nos los quitamos en la calle, que también tenemos buen mercado. Por el momento y tal y como está la situación vamos a mantener el número de vacas que tenemos actualmente, que es de 130, lo que nos permite a la hora de aprobar quitar esas ocho o diez que o bien ya están viejas y ya no paren por edad, o tienen problema de fertilidad, o no te gusta cómo dan, y a la hora de aprobar, aunque tengas quince vacas que valen por nota, pues solo te quedas con las diez mejores. Eso te permite ser más exigente con la selección. Y así seguiremos salvo que aumente la demanda de mercado”.

Fotos: ARJONA

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