ENTREVISTA

Juan Leal: “¿Miura y Pamplona? Quería aceptar ese reto”

El torero galo, recuperado de la grave cornada que sufrió en Madrid, hará el paseíllo este domingo en la capital navarra y será el encargado de cerrar los sanfermines con los toros de Zahariche
José Ignacio Galcerá
lunes 08 de julio de 2019

Fue uno de los destacados de San Isidro y si no logró mayor reconocimiento se debió únicamente al infortunio. El valor de Juan Leal, tantas veces cantado, quedó demostrado -cornada incluida- en la primera plaza del mundo. El francés está en esa nómina de toreros jóvenes que poco a poco va haciéndose hueco en las ferias. Dos actuaciones con sendas corridas de Miura en 2017 y 2018 en Bilbao le abrieron el camino. Por delante tiene el verano más importante de su carrera hasta el momento

Vive a caballo entre Sevilla, la tierra que le acogió siendo apenas un niño, y Salamanca, el cuartel general de su mentor, Julián Guerra. Los últimos días los ha pasado en territorio charro, huyendo del sofocante calor del sur, y los ha aprovechado para torear. Asegura que necesita estar en permanente contacto con el toro, en realidad siempre lo ha estado, como desde que llegó a España y se instaló en Virgen María, la ganadería de su paisano Jean Marie Raymond. El impasse en su temporada antes de hacer el paseíllo este domingo en Pamplona lo ha aprovechado para hacer tentaderos y seguir recuperando sensaciones tras su regreso a los ruedos el pasado 22 de junio en La Brede (Francia) después de la cornada que sufrió en la Feria de San Isidro de Madrid. “La herida tardó un poco en cerrarse por la zona en la que estaba, pero ya estoy recuperado. Cuando un toro te hiere nunca sabes muy bien qué tienes, aunque esta vez noté perfectamente cómo entraba el pitón y sabía que me la había pegado. Las cornadas forman parte del toreo”, asume con naturalidad.

-El mejor tratamiento fueron las dos orejas de su reaparición en La Brede. Así se recupera uno mucho mejor.

-Sí, aunque por el camino perdí Nimes -estará acartelado en la feria de la Vendimia de septiembre tal y como anunció Simón Casas-. Disfruté de una gran corrida de toros y las sensaciones fueron muy positivas. Llevaba desde el año anterior sin torear en Francia, además, me encantó reencontrarme con una ganadería como Fuente Ymbro, que desde novillero siempre me ha proporcionado muchos triunfos. Fue una buena reaparición.

-Venía de cortar una oreja en Madrid y de caer herido. ¿Cómo valora su paso por San Isidro?

-No era fácil -torear en Las Ventas nunca lo es- porque se trataba de mi primera corrida de toros del año. Era una responsabilidad pero ¡bendita responsabilidad!, todos soñamos con torear en San Isidro y en plazas de esta repercusión. Estoy seguro de que vendrán más oportunidades.

-¿Se le quedó trabajo por hacer?

-Me quedé con ganas de más. Cuando nos ponemos delante de un toro sabemos lo que puede ocurrir. Esa corrida la esperaba desde hacía mucho tiempo y mientras me pudiera mantener en pie, quería quedarme en el ruedo. Estaba en la enfermería y quería salir a terminar lo que había empezado. Me quedé con la decepción de no haber podido matar a mi segundo toro.

-¿Mantenerse en el ruedo estando herido no es restarle importancia a las cornadas?

-No lo veo así, sinceramente. A mi juicio, el toreo se basa en la entrega total de un hombre ante unas embestidas. La entrega se la merecen el público y el toro. Cuando se está con la máxima sinceridad y honestidad, el hecho de quedarse herido en el ruedo no creo que reste importancia a las cornadas. En mi situación, siempre que pueda mantenerme delante de un toro en esas circunstancias, lo haré. Si los toreros somos especiales es porque hacemos gestos especiales, así que en ningún momento se trata de quitarle importancia, al contrario, se engrandece más si cabe el toreo.

“Cuando estás cerca del toro puedes caer en la tentación del arrimón y de no torear. Pero arrimarse es una cosa y torear dentro del toro es otra bien distinta. Es más difícil lo segundo que ponerse de lejos y vestir una embestida”

-La entrega trae cornadas pero, ¿cuál es la recompensa?

-Que poco a poco se van abriendo las puertas y surgiendo las oportunidades. Si está sucediendo esto es porque de alguna manera me lo habré ganado. La entrega, que es como yo concibo el toreo, no es el camino más fácil ni más corto pero sí el más consistente. Es muy bonito entregarse haciendo lo que te gusta, esa satisfacción personal lo recompensa todo.

-Además de eso, en su caso habría que añadir lo de arrimarse como un jabato.

-Bueno, eso va de la mano. Cuando un toro te deja expresarte y torear a gusto, que es lo que buscamos todos, pues se torea. Pero cuando no es así, algo habrá que hacer. Cuando toreé en Bilbao recuerdo que Emilio Muñoz dijo sobre mí: “A este o le abren las puertas o las derrumba”. Pues eso. Si el toro no te deja expresarte, toca arrimarse.

-¿Disfruta más en las cercanías?

-En las cercanías el toreo alcanza toda su dimensión, es donde puedes controlar dónde, cuándo y cómo enganchas un toro, cuando cruzas esa línea y te metes dentro de ellos, los toros te dan lo que tienen. Para mí el toreo toma ahí toda su importancia. Muchas veces se confunde estar cerca con el arrimón y con pasarse al toro por delante y por detrás. El toreo bueno y el que más llega arriba es el que se hace cuando estás dentro del animal y templas su embestida en corto.

-¿Defiende pues que en esos terrenos también se puede torear?

-Desde luego, ahí los toros reducen su embestida, toman su ritmo, la profundidad, cogen curva, yo siento el mando de la muleta en ese terreno, me siento que estoy toreando y no pasando al animal. Si citas de lejos a un toro, por su propia inercia, se sale de los chismes, pero a toro parado es cuando tienes que engancharlo adelante, enroscártelo, templarlo y soltarlo con la máxima profundidad posible. A algunos les puede parecer mejor que un toro se arranque de lejos, pero a mí me llena tomarlos en corto.

-¿A todos los toros se les puede aplicar ese concepto?

-No se trata de un concepto o de unas formas, eso son tópicos, es una cuestión de entrega, eso es lo fundamental. En ocasiones se habla del valor como si solo fuera estarse quieto, cuando el valor es entregarse al toreo. Además…

“Si los toreros somos especiales es porque hacemos gestos especiales. Mantenerse herido en el ruedo no es quitarle importancia a las cornadas, al contrario, es engrandecer más si cabe el toreo”

-Diga…

-Cuando estás cerca del toro puedes caer en la tentación del arrimón y de no torear. Pero arrimarse es una cosa y torear dentro del toro es otra bien distinta. Es más difícil lo segundo que ponerse de lejos y “vestir” una embestida. Con el paso del tiempo, voy matizando y puliendo lo que digo aunque cuesta llevarlo a cabo de una manera perfecta, pero me voy acercando.

-Las maneras, el concepto, las formas…, ¿siempre las tuvo claras?

-El resultado final siempre he sabido cuál tiene que ser. Lo que más cuesta es cómo llegar a él. Estoy entrenando, probando, repitiendo, equivocándome mil veces… este es el proceso de cualquier artista. A veces es más complicado saber qué quieres hacerle a un toro que hacerlo, pero esto último también lleva su proceso y su tiempo, saber cómo se hace no se consigue de un día para otro.

-¿Hay prisa?

-Yo prisa no tengo ninguna. Para lograr rotundidad se necesita dedicarle mucho tiempo. En mi carrera he tenido la oportunidad de coger algunos atajos, pero nunca he querido hacerlo porque sé cuál es mi camino y sé a dónde quiero llegar. Me costará más o menos, pero a base de dedicación lo conseguiré.

-Los espejos en los que se mira son evidentes.

-Es necesario contemplar y admirar a muchos toreros y coger aspectos de cada uno para hacerlos propios e impregnarlos de la personalidad de cada cual.

-Dámaso González y Paco Ojeda son dos buenas referencias.

-Me quedo con la personalidad de ambos y con la verdad con la que han estado delante del toro. Es admirable lo que han conseguido en el toreo.

EL CAMINO PERO NO LA META

Hasta este año, cuando su colocación en las ferias se ha visto mejorada tras los éxitos de las dos últimas temporadas, las oportunidades a Juan Leal le han llegado por la vía de las corridas duras. El torero francés se ha forjado en la exigencia, un camino abrupto que poco a poco le ha abierto senderos más llanos.

“El resultado final siempre he sabido cuál tiene que ser. Lo que más cuesta es cómo llegar a él. Entreno, pruebo, repito y me equivoco mil veces…, es el proceso de cualquier artista”

-¿Las corridas duras son el camino pero no la meta?

-Desde luego, son oportunidades que surgen. Yo afronto cada corrida con ilusión, respeto y me las planteo como una ocasión de seguir mejorando. El camino que uno elige o le toca, si se hace con verdad tiene recompensa. Como ha ocurrido en Bilbao, donde después de torear dos años la corrida de Miura, voy ahora con la de Fuente Ymbro.

-No le gustaría que le encasillaran, entiendo.

-Si tengo que ganarme el sitio con las corridas duras, lo haré para después mejorar esa circunstancia. Si lo he conseguido en Bilbao, por qué no lo voy a hacer en otras ferias.

-¿Faltaba que le dieran un mejor sitio más que oportunidades?

-No, yo hablaría de oportunidades más que de sitio. No soy nadie para exigir, no puedo obligar a nadie a que me dé un sitio bueno. Sé el camino que tengo que andar para estar donde quiero. Tengo la cabeza fría en este sentido. Esto es una carrera de fondo.

-En Pamplona estoqueará la corrida de Miura.

-Hay una historia bonita con la familia, una relación de amistad. El último toro que lidié antes de Madrid fue de Miura. Cuando estaba en un momento delicado de mi carrera, me programaron con una corrida de ellos en Bilbao en 2017 que me abrió las puertas de otras plazas. Este año, después de la oreja de Madrid, el único sitio que quedaba era con la de Miura y quise aceptar el reto.

-Se va a convertir en un especialista con la ganadería.

-No, no… He matado solo dos corridas aunque eran de Bilbao…jajaja. Pero no me considero ningún especialista ni mucho menos.

-¿La ha visto en el campo?

-Sí, me gusta verlos. El toro en el campo también te dice muchas cosas, su mirada, su comportamiento…

-¿Y no le dieron ganas de salir corriendo…?

-Jajaja… no, no. Los toreros estamos aquí para estar en las ferias. Aunque si me pregunta cuántas horas duermo, le digo que pocas, pero… ¡bendito miedo!

-¿Más español que francés?

-Estoy muy agradecido a España, desde que vine con 14 a vivir aquí me abrió sus brazos y me acogió, pero yo me siento muy francés aunque en España esté como en mi casa.

“En Francia no me regalan los contratos por ser francés”

A Juan Leal se le presenta un interesante verano a los dos lados de los Pirineos. Además de la mentada de Pamplona, el galo está anunciado en Mont de Marsan, Saintes Maries de la Mer, Dax, Beziers, San Sebastián, Bilbao y Nimes, entre otras plazas. “Las oportunidades están surgiendo a la par en España y en Francia. Pero ni por ser francés me van a regalar los contratos allí ni por vivir en España lo van a hacer aquí. En Francia me ponen si lo merezco y me lo gano”. En su país hará el paseíllo en prácticamente todas las plazas de primera categoría. “Menos Arles, curiosamente, y Bayona. El año pasado estaba anunciado en Bayona pero por la cornada de Bilbao no pude torear. Este año no me han contratado pero en cuanto les interese, me contratarán”. Extraña el caso de Arles, ciudad natal del torero. “A mí no me extraña. El empresario de Arles ha confeccionado grandes ferias y contratarme no entraba en sus planes. Como buen empresario que es, cuando lo vea conveniente me propondrá torear en Arles”. Habrá que seguir dándole motivos a Juan Bautista para que no tenga más remedio que ponerle, insistimos. “Luego, cuando me lo proponga, ya veré si iré o no. Ha hecho carteles muy interesantes y no ha creído conveniente contratarme. No hay ningún problema. Cuando lo vea conveniente, lo intentará”.

Desde finales de la pasada temporada, Juan Leal unió su carrera a Julián Guerra, quien hace las funciones de apoderado junto al compañero Maurice Berho, hombre de confianza del torero desde sus inicios. “La relación es muy buena, muy satisfactoria. Tanto él como Maurice y yo nos compenetramos muy bien. Cada uno tiene su parcela, su espacio y lo respetamos. Los resultados del año pasado están viendo sus frutos este año, se está notando el apoderamiento en el día a día y la relación va por buen camino”.

Fotos: BERHO

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