MADRID

Aranda, oreja; toque de atención de Olsina en Las Ventas

Buena novillada de La Guadamilla; el francés dio dos vueltas al ruedo
Gonzalo I. Bienvenida
domingo 11 de agosto de 2019

Fotos: PLAZA 1

Los domingos volvieron a acoger la novillada semanal de Las Ventas tras las nocturnas celebradas los domingos. Inauguró la tarde un novillo de la Guadamilla montado, alto, con seriedad. Ancho de sienes, con la cara hacia delante. Javier Montalvo, que se presentó en Madrid como sus compañeros de terna, se mostró con ganas en el saludo capotero. Blandeó las manos el novillo despertando protestas. Se recompuso y Montalvo logró acomplarse en algunas tandas con la muleta. Trató de lucirlo dando distancia. Hubo fases buenas pero no terminó de redondear ante la nobleza del novillo. Se mostró solvente con los aceros. Saludos tras aviso.

El segundo de La Guadamilla fue alto y cabezón, estrecho de los cuartos traseros. Con remate habría sido un toro por su alzada y su expresión. Carlos Aranda mostró buen aire con el capote, el novillo tuvo medias arrancadas y terminó dando arreones de manso antes de centrarse en la faena. Aranda dio una seria imagen, ligó las embestidas que le permitió el novillo y cuidó la colocación. En el arranque había dejado un cambio de mano por delante tan bello como el final andando hacia tablas rematando por abajo. La estocada viajó pescuecera provocando derrame. División de opiniones.

El tercero, rematado y de baja hechura, obedeció de salida en el capote de Carlos Olsina. Ganó terreno hacia delante el francés por verónicas. El novillo no se empleó en el caballo aunque apuntó calidad en el quite de Javier Montalvo. La nobleza vino acompañada de la humillación que aprovechó Olsina tras brindar al público. Arrancó de rodillas la faena muy entregado. Hubo dos tandas de mucha intensidad con exigencia por abajo. Después me lo novillo se paró y el francés tuvo errores de colocación censurados por la afición. Remontó en el final por bernadinas ajustadísimas. Pinchó antes de la estocada desprendida. Vuelta al ruedo tras leve petición y aviso.

El cuarto fue un pavo: astifino, descarado, alto… Repitió de salida y Javier Montalvo quiso torear de capa aunque el novillo resultó incierto. Se rajó sin opción alguna. Montalvo trató de plantear faena entre los bandazos del manso. Estoqueó con habilidad. Palmas tras aviso.

El colorado ojo de perdiz que hizo quinto tenía cuajo y alzada. Ensillado, hondo y largo. Muy dispuesto estuvo Carlos Aranda, recogió la embestida y la empujó hacia delante. Se pareció a sus hermanos en sus abanto comportamiento en varas. Aranda le buscó las vueltas en una actuación muy centrada. Siempre buscando el pitón contrario, siempre queriendo enganchar delante la embestida. El novillo respondió con obediencia aunque le faltó recorrido. Tuvo un punto de transmisión que aprovechó el manchego. Hubo derechazos en redondo con gusto. En el final genuflexo volvió a mostrar buenas formas. Dejó media estocada en la suerte de recibir. Oreja tras aviso.

El sexto fue otro novillo serio aunque con buenas hechuras. Carlos Olsina se echó el capote a la espalda de primeras y toreó por gaoneras en el saludo. En la lidia de Mario Campillo mostró su humillación aunque también su celo. Ese fondo enrazado apareció en el último tercio tras el brindis al respetable por parte del francés. El novillo tuvo la virtud de buscarla por abajo aunque le faltó entrega en el tramo final, soltando la cara y casi siempre tocó el engaño. El final fue por manoletinas. Estocada en lo alto. Vuelta al ruedo tras petición.

Madrid, domingo 11 de agosto de 2019. Novillos de La Guadamilla, de fuerte presencia y de buen juego. Javier Montalvo, ovación con saludos tras aviso y palmas tras aviso; Carlos Aranda, división de opiniones y oreja tras aviso; Carlos Olsina, vuelta al ruedo tras leve petición y aviso, y vuelta al ruedo tras petición. Entrada: Un cuarto de plaza.

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