El 31 de agosto de 1919 dijo adiós a los ruedos en el coso de Vista Alegre Cástor Jaureguibeitia Ibarra “Cocherito de Bilbao”. Tras quince temporadas como matador de toros -tomó la alternativa en septiembre de 1904, de manos de Antonio Fuentes, en la vieja plaza de Madrid- y casi quinientas corridas toreadas, tres aspectos clave le animaron a la retirada: su edad -42 años-, su maltrecho cuerpo -tenía las piernas plagadas de cicatrices- y el desmesurado empuje de dos colosos -José y Juan- que estaban asentando entonces unas nuevas formas de torear que acabarían por revolucionar para siempre el arte de lidiar toros.