El origen del toro de lidia es el uro, que, procedente de la Selva Negra de Alemania, atravesó Europa hasta penetrar en España por los Pirineos, instalándose en primera instancia en el norte de la Península Ibérica. La evolución del uro condujo al toro de lidia, que poco a poco fue arraigando en toda la geografía española. El toro bravo es pues una riqueza zootécnica indiscutible del campo español, que si la tuviera cualquier otro país europeo la defendería con uñas y dientes.
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