SEMANA GRANDE

El Juli, a hombros tras desorejar a un bravo toro de Domingo Hernández en Illumbe

Detalles de Pablo Aguado frente a la casta de los toros charros; Pablo Hermoso de Mendoza pierde triunfo con los rejones de muerte
André Viard
jueves 15 de agosto de 2019

Fotos: ANDRÉ VIARD

Pablo Hermoso sacó todo el provecho posible del primero de El Capea, noble pero justo de transmisión. Sacó a Jibaro de salida, Disparate y Donatelli en banderillas y mató de un rejón trasero montando a Corsario.

Por pinchar dos veces, Pablo Hermoso de Mendoza perdió el triunfo que su lidia al buen cuarto de El Capea merecía. Destacó con Alquimista de salida y desató clamores en banderillas a lomos de Disparate. Pero lo dicho, a pesar mantener el interés montando a Alabama para las cortas, se tuvo que conformar con recibir una calurosa ovación desde el centro.

Orgullito, primero de lidia ordinaria marcado con el hierro de Garcigrande, tuvo tanta nobleza como pocas ganas de romper de verdad. Juli administró sus fuerzas a base de temple y buena colocación. El final de faena, muy variado por alto y por bajo, así como la estocada entera de efecto inmediato, desataron la petición y consiguió la oreja, justo premio a la sabiduría del lidiador.

En tiempos de la guerra fría, Juli hubiese podido dar lecciones de estrategia a los expertos de Washington y de Moscú: posee la potencia atómica, y más aún sabe cuando utilizarla. Chulo, de Domingo Hernández, fue un buen toro de salida y cumplió a lo largo de los dos primeros tercios. Sin embargo, Juli tomó el tiempo de dejarle coger su mejor tranco antes de exigirle más y más hasta disparar todos los misiles de su ámplio arsenal. Juli se atracó de toro por ambos pitones, ligando su faena en un palmo de terreno, hasta sacar la última gota de nobleza brava de Chulo. El estocadón final fue como la bomba de Hiroshima: una explosión de soberbia torera impulsada por la juventud que aprieta.
Petición de vuelta para el toro con enorme ovación y dos orejones, casi de una tacada.

Aunque pareció carecer de fuerzas en el recibo capotero de Pablo Aguado, Desterrado, de Domingo Hernández, le pegó un tumbo de campeonato a Juan Carlos Sánchez, apretando en bravo, y a punto estuvo de repetir en el segundo, antes de ponérselo difícil a los compañeros de a pié. Este Desterrado pedía una muleta poderosa para sacar su buen fondo y Aguado se acopló a rachas. Hubo dos o tres naturales encajados y de largo trazo, pero también las dudas normales frente a este tipo de casta, dormida en apariencia y muy seca cuando arranca. La pinturería y los remates sevillanos gustaron mucho, así como el gran volapié final. Desafortunadamente todo se enfrío con el descabello. Saludo trás aviso. Ovación en el arrastre.

Bravo fue también el castaño Violín, que, a pesar de lastimarse algo en el primer topetazo, empujó al caballo hasta el centro del ruedo. Sin llegar a cuajarlo del todo, Pablo Aguado anduvo más a gusto frente a Violín. Hizo lo mejor sobre el pitón derecho, con varios muletazos largos y estéticos, sin todavía conseguir ligar más de dos. ¡Que le cuenten ahora lo de los “garcichicos facilones” que tanto le gustan al Juli! Mató de una casi entera y de un golpe de descabello trás aviso. Ovación en el arrastre y palmas al torero.

San Sebastián, jueves 15 de agosto de 2019. Semana Grande. Toros de El Capea (1º y 4º), para rejones y de Domingo Hernández y Garcigrande (2º). Pablo Hermoso de Mendoza, palmas y ovación; El Juli, oreja y dos orejas; Pablo Aguado, ovación con saludos tras aviso y palmas tras aviso.

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