Fotos: ANDRÉ VIARD
Cuando un toro noble, con calidad pero algo flojo, tal como el primer torrealta, sale al ruedo, hacen falta muñecas de seda para mantener el interés. Más conocido hasta la fecha por su valor frente a las ganaderías duras, Juan Leal demostró que también puede entrar en los carteles buenos. Recibió de capote a este primer toro con los vuelos y jugando los brazos con suavidad. Empezó en los medios con las dos rodillas en tierra, también en modo templado, y una vez de pie siguió la senda del toreo largo y reposado hasta acortar las distancias sin perder nunca la compostura. Leal se atracó de toro matando, dejando dos golpes de descabello que, por lo visto, hicieron que la presidencia desatendiera la fuerte petición de oreja.
Asustar al miedo, como se dice en la jerga taurina, no es lo más difícil. El miedo es muy cobarde y en el ruedo, decía Desperdicios, hacen falta hombres de valor. Lo meritorio es asustar al valor y el que se le suponía a Ropa Vieja, un bonito toro negro bragado, no resistió mucho tiempo a la entrega de Juan Leal. Otra vez a base de temple y medida, así como de arrojo cuando hizo falta, mantuvo el interés a lo largo de una faena de tanta cabeza como pasión. Mató de otra estocada entera y esta vez no le guindaron la oreja. ¡Hombre, tanto anhelar el relevo, a ver si nos vamos a volver cicateros cuando aparece un torero que lo puede encarnar! Hubo palmas en el arrastre y oreja y dos vueltas al ruedo de clamor para el torero. Cuidado con Juan Leal.
Flojillo fue también el precioso jabonero segundo, que tuvo tanta calidad como aprecio por las tablas. Román, más discreto primero y más descarado de mitad de faena para adelante, emprendió la reconquista sobre sí mismo después de su gravísima cornada de Madrid. No cabe duda de que la muy buena tanda de naturales que dio le ayudará a reencontrarse muy pronto. Mató hábilmente de estocada casi entera algo desprendida y varios golpes de descabello.
Volanderito, un castaño precioso dentro de su seriedad, fue el más bravo y potente hasta ese momento. Empujó con todo en el peto, acudió alegre en banderillas y saludó la cuadrilla de Román en banderillas. Sin embargo, después de doblarse con él y darle una primera tanda por derechazos, el torrealta bajó de tono y empezó a protestar. Román apuró las embestidas que quedaban por ese pitón y lo intentó al natural. No pudo haber ligazón pero sí muletazos de buen trazo de uno en uno. Remató por manoletinas apretadas y mató en el tercer intento -secuela de la cornada de Madrid- después de escuchar un aviso. Le aplaudieron con fuerza, saludó en el tercio y pitaron al toro.
El jabonero sucio que hizo tercero embistió con más fuelle e igual nobleza que sus hermanos de camada. Luis David lo toreó bien de salida y replicó al quite de Juan Leal, por tafalleras uno y lopecinas el titular. Después de tres tandas, el torrealta soltó la cara pero Luis David le impuso seguir la muleta por abajo y por ambos pitones, con tantas ganas de imponerse como oficio. Una vez podido, el toro buscó las tablas, donde el mexicano le dio una estocada recibiendo de manual, saliendo el toro rodado. Esta vez la presidencia no resistió la petición y concedió la oreja.
El último fue el toro más simplón de la corrida, dejándose sin problema alguno pero sin transmitir. Otra vez el segundo de la familia Adame tiró de oficio, ganas y repertorio, matando en el tercer intento.
San Sebastián, viernes 16 de agosto de 2019. Toros de Torrealta. Bien presentados, de buen juego, aunque les faltó un punto de fuerza y casta. Bravo el cuarto. Juan Leal, vuelta al ruedo tras petición y oreja y dos vueltas al ruedo; Román, ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos; Luis David, oreja y palmas. Entrada: Un tercio de plaza. Saludaron en el quinto Raúl Martí, César Fernández y El Sirio.
